Elecciones: ¿qué está en juego para el campo? – Por María Rizzo y Matías Strasorier

1.155

Elecciones: ¿qué está en juego para el campo?

Por María Rizzo y Matías Strasorier *

Este domingo 22 de octubre, en Argentina se elige presidente o presidenta de la Nación, quién conducirá los destinos del país a partir del 10 de diciembre. Para el sector agropecuario, qué proyectos están en juego, cuáles son los programas agroalimentarios en disputa.

En las elecciones presidenciales hay una disputa central y principal, polarizada como hace tiempo no se observaba. Con puntos tan contrapuestos, tan contradictorios, que entre Unión por la Patria y la Libertad Avanza no hay conexión en ningún aspecto, aun menos que con Cambiemos. Agudizaron al máximo las contradicciones de programas queestán enpugna desde el nacimiento de la Patria.

La disputa histórica que ordena el territorio argentino son “las dos rutas de mayo”, como la caracteriza el historiador NobertoGalasso.Una ruta que impulsa un proyecto de país unitario, portuario, exportador de materias primas (primarizante), liberal en lo económico, con la mirada puesta en el exterior y obediente a los mandatos de las potencias del capitalismo imperialista y/o transnacional.La otra ruta propone un proyecto nacional, federal, inclusivo, industrialista, estatista, mercado internista, con la mirada puesta en cada habitante de la Patria y la Patria Grande, obediente al pueblo, rebelde ante la injerencia externa y los poderes transnacionales.

El éxito de la política económica diseñada y ejecutada por Perón se sostiene en datos y números. En 1950,  post segunda guerra mundial, Argentina estaba al nivel de los países potencias. El indicador renta per cápita, que muestra la relación entre el PIB (Producto Interior Bruto) de una zona y su cantidad de habitantes, ubica muestra que EEUU (USD 15.734); Australia (USD 14.625); Argentina (USD 11.508); Suecia (USD 10.881) y Reino Unido (USD 9.967); conformaban el top five de los países con mejor renta per cápita (según PennWorldTable).

Luego de 70 años se observa que la Argentina apenas creció 92,43%, mientras EEUU 302,90%; Australia 247,49%; Suecia 413,68%  y Reino Unido 363,40% (USD 9.967). ¿Qué pasó que Argentina no creció al ritmo de las potencias?

En los hechos que siguieron en la segunda mitad del siglo XX, con injerencia externa, hablamos de participación de las potencias mundiales en al acciones antinacionales de las oligarquías locales de los países de Latinoamérica, mediante golpes militares, desabastecimiento, endeudamiento externo, desembarco de empresas extranjeras, etc.

Finalmente en la primera mitad de la década de 1970 las fuerzas nacionales y populares logran el retorno al país de Juan Perón, su habilitación y su tercera presidencia. Quizás el dato en materia de política económica, de ese período de gobierno, es que se logra una distribución de la riqueza el Fifty-Fifty, que representaba un 50% para el capital y un 50% para los trabajadores. Juan Perón fallece el 1° de julio de 1974, tras lo cual se profundiza la disputa histórica de la Argentina. Tras lo cual comienza una crisis política, ante la ausencia física del líder.

El 24 de marzo de 1976, se produce el golpe cívico-militar que impone el Neoliberalismo como programa político económico para el país. Éste se basó en el endeudamiento externo, como una nueva forma de dependencia política y económica, en la destrucción de la industria nacional y todo el mercado interno, con apertura de importaciones (vale recordar la publicidad televisiva de la silla nacional versus la silla importada). En definitiva se restableció el rumbo que el mundo capitalista necesitaba que tenga la Argentina: productor de materias primas baratas para el desarrollo del capitalismo global.

Analicemos los programas en disputa impulsado por los gobiernos desde 1976 en adelante, en base a los datosy números.

Observamos la puja distributiva utilizó a la inflación como herramienta para trasladar las riquezas desde los laburantes a los empresarios (que era del 50%-50% en 1975). Mientras los precios de los bienes y servicios sufrieron un aumento promedio del más del 155% durante la dictadura, durante el gobierno de Alfonsín fue en promedio casi del 390% (hiperinflación de promedio). Durante los gobiernos neoliberales de Carlos Menem y Fernando De la Rúa, la inflación se estabilizó debido a la instauración de una dolarización encubierta llamada “Plan de Convertibilidad”. Esta definición política, que incluso fue convertida en Ley, fue conducida por Domingo Cavallo.

Recordemos que Cavallo en 1982, como presidente del BCRA (Banco Central de la República Argentina) de la dictadura cívico-militar, estatizó la deuda privada de empresas como Ledesma (FliaBlaquier); Pérez Companc; Alpargatas S.A.; Grupo Macri; Banco Francés del Río de La Plata; Banco de Galicia; Bunge y Born S.A; Grafa S.A; Molinos de Río de La Plata; Loma Negra S.A; Acindar S.A.; entre otras. Lo que implicó alrededor de la mitad del endeudamiento externo de la dictadura.

Sin embargo, la estabilización cambiaria e inflacionaria se correspondió con un aumento del desempleo y destrucción de la industria nacional. En el indicador tasa de paro, que mide el porcentaje que representa el número total de desempleados con respecto a la población activa, y se observa un aumento notable de la desocupación en la década de 1990, que finaliza con el trágico diciembre de 2001. Para luego reacomodarse a partir de la llegada de Néstor y Cristina Kirchner al gobierno nacional. En el cual podemos observar que la tasa de paro se redujo mientras aumentó la renta per cápita. Esto además tuvo una redistribución del ingreso y recuperación de la industria nacional.

Este repaso histórico de las disputa de programas políticos-económicos en la Argentina, permite analizar desde lo general a la particularidad del sector agroalimentario. Los números y datos, en materia agropecuaria, muestran un antes y un después de la implementación de un programa de gobierno nacional y popular, en el cual observamos no solo aumentos del consumo interno de productos alimenticios, sino también la mejora del precio pagado al productor y en los volúmenes producción, incluso en la generación de divisas por exportación y en el agregado de valor de las materias primas.

En agricultura extensiva en el período neoliberal había apenas un poco más de 25 Millones de hectáreas sembradas con una cosecha en la campaña 2001/02, de alrededor de 70 millones de  toneladas (Mtn). El período 2003-2015 mostró una expansión de la superficie sembrada de maíz de prácticamente 100%, de la soja de casi un 75%, para el sorgo el crecimiento fue del 96%. También crecieron algunos cultivos de alto impacto regional como el maní en Córdoba, que aumentó el 89%; el algodón en el NEA, el 135%; y el arroz en Entre Ríos y Corrientes, el 83%.

Mientras que el volumen producido en la cosecha de cereales y oleaginosas argentinos, según los datos de USDA, fue en la campaña 2014/15 de 116 Mtn, mientras que la campaña 2015/16 rondó los 112 Mtn, es decir que el crecimiento de la cosecha agrícola fue de alrededor del 60%. Por el lado del ingreso de divisas,durante el neoliberalismo no alcanzaba los USD 10.000 millones, durante los gobiernos de Cristina y Néstor Kirchner promedio los USD 20.000 millones.

Respecto del Trigo, el cereal que estuvo en conflicto en la disputa por su rol de abastecer el mercado interno (importante consumidor de derivados del trigo) versus su rol de commodities, la diferencia entre la década neoliberal y la década de proyecto nacional y popular es importante. Los números muestran que el consumo interno de trigo durante la década de 1990 demandaba alrededor de 4,3 Mtn promedio para molienda anual, aumentando más de un 30% con el proyecto nacional kirchnerista, superando un promedio de 5,5 millones de toneladas anuales molidas. En el año 2011 se molieron casi 6,5 millones de toneladas, un crecimiento del 37% respecto a las 4,7 millones de toneladas molidas en 2002. En los últimos años de los gobiernos kirchneristas se mantuvo relativamente estable, alrededor de las 6 millones de tn.

En estos datos y números, se puede analizar objetivamente los programas en disputa en nuestro país, que van mucho más allá de la Argentina. Es decir no estamos aislados, sino que por el contrario, hay una mirada y accionar externo importante sobre lo que pasa en Argentina.

Este domingo se dirime el destino de los 47 millones de argentinos, una disputa que sin lugar a dudas tiene injerencia externa. Los productores agropecuarios deben elegir entre un programa que activó la producción y el trabajo, que favoreció al desarrollo nacional en su conjunto, que distribuyó riquezas, versus un programa neoliberal cuyo objetivo es abastecer de materias primas baratas el desarrollo de otros países.

Los números y datos son contundentes, los programas en disputaeste domingo, son la contradicción Patria o Colonia.

*Strasorier es Director del Centro de Estudios Agrarios, Argentina. Maestrando en Estudios Sociales Agrarios (FLACSO) y Analista agropecuario. Rizzo es co-Directora del Centro de Estudios Agrarios, Médica Veterinaria, maestranda en Desarrollo Regional y Políticas Públicas de FLACSO.

Más notas sobre el tema