El triunfo de Daniel Noboa en Ecuador – Por Daniela Pacheco

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El triunfo de Daniel Noboa en Ecuador

Por Daniela Pacheco*

Quienes crean que el triunfo de Daniel Noboa en Ecuador es directamente proporcional a la derrota de la izquierda, desconocen por completo el contexto de la política ecuatoriana. El partido de la Revolución Ciudadana, perseguido durante seis años y cuyos líderes y lideresas se encuentran en el exilio, muchos de ellos en México, se hizo con el 48% de la votación de la elección presidencial.

Sin embargo, Ecuador no escapa de la realidad de otros países de América Latina, que se debaten entre un proyecto oligárquico y empresarial, que apuesta por la privatización y la disminución del Estado, y otro de bases sociales que defiende lo público y la ampliación de derechos, como es el caso de Argentina, por ejemplo.

Pero en la profunda crisis del país sudamericano, gracias a los dos últimos gobiernos, que pasa por una terrible degradación social que cotidianizó los sicariatos, los feminicidios, las extorsiones, los secuestros, la falta de servicios básicos, la compra ilegal de los mismos, la corrupción generalizada, la mediocridad de los funcionarios públicos, los asesinatos políticos, el abandono del Estado, ahora tomado por las mafias y el narcotráfico, y que hoy convirtió a Ecuador en el país más inseguro del continente, parece que las soluciones no se encuentran mirando el retrovisor y la desesperación por soluciones rápidas han empujado a la población a la “novedad” aunque sea inexperiente.

Desde afuera, Noboa no tiene nada de nuevo; más bien es claro que es a todas luces la continuidad de un gobierno neoliberal y fracasado como el de Guillermo Lasso, ambos candidatos y presidentes empresarios y evasores de impuestos, sin gran experiencia en lo público y con el expresidente Lenin Moreno y su estructura política detrás de sus triunfos.

Ayudado por una gran cobertura mediática, de su persona y su agraciada familia blanca, rica y “exitosa”, Noboa supo abstraerse de la dicotomía correista-anticorreista que ha dominado la política ecuatoriana durante los últimos años y mostrarse como una opción fresca, ecuánime y preparada.

De otro lado, el conflicto histórico de parte del bloque indígena con el correísmo, teniendo en cuenta su relevancia política tanto cualitativa como cuantitativamente, también dificultó la construcción de una mayoría en segunda vuelta para la candidata Luisa González, especialmente en la sierra centro y la amazonía ecuatoriana.

Hay que recordar que Daniel Noboa deberá asumir un gobierno de transición de 16 meses, es decir, que concluirá el gobierno de Guillermo Lasso, el mandatario peor evaluado del continente, y su principal reto será, sin duda alguna, darle un vuelco a la alarmante y creciente inseguridad.

Para garantizar gobernabilidad, el gran talón de aquiles de su antecesor, deberá negociar con la Revolución Ciudadana, primera minoría de la Asamblea Nacional, y cuya candidata, Luisa González, ya manifestó su deseo de trabajar en unidad, siempre y cuando sea en beneficio de la gente y no en detrimento de su bienestar.

Por el bien de Ecuador, aunque desde orillas ideológicas muy distintas, el pueblo necesita que se deje de lado la política mediocre y de odio que ha gobernado ese país durante los últimos seis años.

*Comunicadora social y periodista. Asesora de gobiernos progresistas. Analista política. Colaboradora del Instituto para la Democracia Eloy Alfaro (IDEAL).

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