Colombia | Los diagnósticos de VIH aumentaron un 40.27% entre 2022 y 2023

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“El VIH/SIDA es una injusticia política”: directora de ONU Sida

Por Mariana Escobar Bernoske

Para Winnie Byanyima, subsecretaria general de las Naciones Unidas y directora ejecutiva del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA), el camino para acabar con el sida antes del 2030 es claro. Se necesita una voluntad política que priorice los derechos humanos. Desde su activismo, abordar el VIH no puede ser solo desde el tema epidemiológico, es necesaria una mirada hacia las inequidades.

Según el más reciente informe de ONUSIDA, el año pasado cada minuto una persona falleció a causa del sida en el mundo. Además, millones de personas que viven con VIH siguen sin recibir tratamiento alguno. En Colombia, según la Cuenta de Alto Costo (CAC), entre el 1 de febrero de 2021 y el 31 de enero de 2022, se diagnosticaron 12.919 casos nuevos de VIH, lo que representa un aumento del 40.27% respecto al periodo anterior.

El Espectador dialogó con Winnie Byanyima, quien es ingeniera aeronáutica y política ugandesa, sobre su trayectoria en la lucha contra el VIH /Sida, la equidad racial y de género y lo que le espera al país para facilitar el acceso a tratamientos para el VIH como el dolutegravir. Estuvo de visita en Colombia en el Encuentro Internacional de Mujeres Afrodescendientes, organizado por la vicepresidenta Francia Márquez.

Desde 2019, usted lidera ONUSIDA, sin embargo, en entrevistas previas ha comentado que desde mucho antes tiene un vínculo personal con la lucha contra el VIH/Sida, ¿podría compartirnos un poco sobre esto?

Tengo una fuerte conexión personal. En el momento más álgido de esta epidemia, cuando ya había tratamientos en Europa y Estados Unidos, en mi país Uganda y en África en general, la gente seguía muriendo a diario porque el precio era demasiado alto. Somos pobres, no podíamos permitirnos los medicamentos. Perdí a mucha gente, amigos, familia y a mi hermano por el VIH.

El VIH/SIDA es una injusticia política, aunque ha estado ahí durante 40 años y ha habido muchos esfuerzos globales para combatirla, incluyendo esta parte de la ONU, todavía hay muchas nuevas infecciones. El año pasado, 1,2 millones de personas contrajeron la infección y 630.000 murieron a causa del sida, a pesar de que tenemos muchas herramientas para la prevención, diagnóstico y tratamiento. Pero aun así la gente se infecta, y muere por la injusticia, porque no pueden obtener lo que la ciencia les puede proporcionar.

Si tienes un goce pleno de tus derechos puedes prevenir la infección o acceder a un tratamiento y vivir bien. Pero cuando vemos que son las personas LGBTIQ+, afrodescendientes e indígenas, quienes tienen más probabilidades de infectarse, entendemos que se trata de una experiencia de injusticia al ser poblaciones discriminadas.

La epidemia del VIH se asocia mucho con los hombres gais, lo que ha llevado a un desconocimiento de las experiencias de las mujeres, ¿cómo se puede cambiar la narrativa?

Es muy importante entender cómo se desarrolla esta epidemia en diferentes países y regiones, no es lo mismo en todas partes. En África es causada principalmente por el sexo heterosexual y las que corren mayor riesgo son las adolescentes y mujeres jóvenes. En el África subsahariana, de donde yo vengo, cada semana 4.000 mujeres entre los 15 y 24 años contraen la infección. Esto se debe a las desigualdades de género, la violencia sexual tolerada en la sociedad y la falta de oportunidades para que ellas asistan a la escuela. Son las desigualdades de género las que lo impulsan.

Pero también sabemos que, en otras regiones como aquí en América Latina, la enfermedad se encuentra principalmente entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y mujeres transgénero; por eso lo llamamos una epidemia concentrada. Sin embargo, cuando se mira la cifra de hombres homosexuales VIH positivos es mayor entre los afrodescendientes e indígenas que entre la población blanca. La enfermedad viaja a través de las desigualdades, es realmente un espejo de la sociedad. La raza juega, así como la orientación sexual y la pobreza. No lo llamemos más enfermedad gay.

Actualmente, el gobierno colombiano busca declarar el dolutegravir como un medicamento de “interés público” para buscar una “licencia obligatoria” y así permitir que más productores lo vendan en el mercado. El laboratorio que tiene la patente no está de acuerdo con esa idea. ¿Cuál es su postura frente a esa discusión?

Acabo de tener un debate sobre este tema con su ministro de Salud. El Dolutegravir es el mejor tratamiento, tiene los menores efectos secundarios y las personas que viven con VIH deberían tener derecho a lo mejor que la ciencia tiene para ofrecer. Celebro al actual gobierno por esa decisión de avanzar hacia la licencia obligatoria.

Las compañías farmacéuticas, por supuesto, tienen que resistir. Estas farmacéuticas anteponen las ganancias sobre las personas, lo vimos con el COVID, sus dueños se convirtieron en multimillonarios y crearon una brecha artificial entre la producción y la demanda porque mantuvieron su derecho a la patente. Así que creo que necesitamos seguir adelante y emitir una licencia obligatoria para producir dolutegravir barato.

Me han dicho que en Colombia hay 13.000 personas en tratamiento con dolutegravir. Si lo produjeran aquí a través de un genérico, podrían lograr que con lo que ahora cuesta para una persona, atender a 35 personas. Es urgente hacer obligatoria esa licencia y empezar a producir, no hay razón para arriesgar la vida de los colombianos cuando el tratamiento está allí. ONUSIDA apoya la licencia obligatoria y apoyará técnicamente la puesta en marcha de las directrices y su implementación.

Finalmente, su trayectoria personal y profesional ha estado atravesada por el activismo. Hoy ¿qué entiende por feminismo y cómo ve el panorama para el liderazgo de mujeres?

El feminismo se trata de un mundo en el que hombres y mujeres, de todos los colores y diversidades, gocen de iguales derechos y donde nadie explota a nadie basado en el género. Estamos muy lejos de ese sueño.

La cuestión del liderazgo, de la participación en la toma de decisiones, es de interés estratégico para lograr esta visión feminista. En primer lugar, la agencia personal es fundamental; que usted sea capaz de hablar por sí mismo, conocer sus necesidades, comunicarlas y reclamar sus derechos. Pero también el liderazgo en los espacios públicos porque allí es donde se toman las decisiones que afectan la vida de las personas.

El hecho de que hoy todavía no tenemos igualdad de género, ni siquiera hemos alcanzado la cifra crítica acordada en Pekín en 1995, que es del 30 %. Tenemos que conseguir que las mujeres lleguen al liderazgo político para dar forma a la economía mundial para que funcione para todos nosotros, pero todavía estamos ausentes.

Debo decir que su vicepresidenta está usando su liderazgo de una manera muy estratégica, convocando y trayendo las voces de todas nosotras desde el exterior para apoyar las voces de las mujeres afrodescendientes. Es histórica esta apuesta por unir la desigualdad de género y la desigualdad racial para desafiarlas de manera conjunta y conseguir la solidaridad del resto de nosotros. Entonces, estamos en el camino correcto porque las mujeres feministas están liderando, pero aún no estamos allí. Lo que tenemos es trabajo por hacer.

El Espectador

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