Chile: el debate sobre el aborto sigue abierto – Por Verónica Ávila Rojas, especial para NODAL

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Mejor nunca significa mejor para todos, comenta. Para algunos siempre es peor. El cuento de la Criada

Por Verónica Ávila Rojas*, especial para Nodal

Esta frase del libro de Margaret Atwood, podría seguir siendo parte de un cuento distópico, pero en Chile hoy no lo es.

Durante los años 2019 al 2022 Chile estuvo viviendo un proceso político inédito que se abre en las calles el 18 de octubre al grito no son 30 pesos, son 30 años que las y los estudiantes levantaron en los accesos de las estaciones de la línea del tren subterráneo – METRO – y que con matices respecto a lo que el pueblo en la calle exigía, llevó a la conformación de una Convención Constitucional que luego de un año presentó un texto de Nueva Constitución a plebiscito el día 4 de septiembre de 2022, donde la opción rechazo se impuso por un contundente 62%. Razones, muchas, pero no es lo que hoy vengo a contarles. Sino de qué manera luego de este episodio trágico para los sectores progresistas y de izquierda, los que siempre han gobernado y siempre han hecho hasta lo impensado por mantener sus privilegios, logran un acuerdo político cupular, sin el pueblo para llevar a cabo un segundo proceso constituyente. Maniobrado desde el congreso y los partidos políticos, sin los movimientos sociales, ni los pueblos originarios, ni las mujeres.

De este proceso surgen tres lugares desde donde el que se está “redactando” esta nueva constitución: comisión experta, comité técnico de admisibilidad y consejo constitucional, éste último electo el día 7 de mayo. La configuración política de este espacioo es otro duro golpe, el partido Republicano de Chile (ultraderecha) obtuvo sin ir en lista 23 consejeros (renunció uno por denuncia de abuso sexual) que sumados a los 11 obtenidos por el conglomerado Chile Seguro, donde están los demás partidos de derecha, tienen 33 representantes de 50, por lo que son mayoría y tienen, con ello, poder de veto.

Así las cosas y teniendo además la primera mayoría nacional, el llamado “profesor Luis Silva”, el partido republicano se ha transformado en una amenaza real a los derechos ganados y a dejar establecidos cerrojos, aun más peligrosos que los que tienen la actual constitución dictatorial.

Uno de los argumentos que este sector conservador ha esgrimido para atacar y tratar de eliminar el derecho al aborto en tres causales, es robustecer la protección a la vida del que está por nacer en el nuevo texto constitucional, usando para ello, de manera mañosa algunos artículos de la Convención Americana sobre Derechos Humanos que señalan que persona es todo ser humano y toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Sin embargo, este argumento se manifiesta de manera irresponsable e interesada, pues Silva señala que los problemas que se generen entre el nuevo texto constitucional – de ser aprobado – y la ley 21.030, se deberán resolver en tribunales.

En términos objetivos, la convención citada establece la protección de la vida, sin embargo, la expresión en general, que contiene el artículo 4.1. es un punto que ha permitido que distintos estados que al año 1978 en que entró en vigor este pacto, ya contaban con ley de aborto como es el caso argentino (con causales desde 1921) o que en el futuro pudieran legislar «los casos más diversos de aborto»[1]. Este pronunciamiento se planteó a partir del caso “Baby Boy” en Estados Unidos el año 1981[2].

Luego, la misma CIDH en el caso “Artavia Murillo”, en 2012, señaló que la misma expresión en general significa que la protección del derecho a la vida que se consagra en la convención americana “no es absoluta, sino es gradual e incremental según su desarrollo debido a que no constituye un deber absoluto e incondicional, sino que implica entender la procedencia de excepciones a la regla general”.

Con todos estos antecedentes de la jurisprudencia internacional, los argumentos del sector antiderechos que ha intentado y sigue intentando bloquear los derechos que permiten a las mujeres y personas que gestan, decidir sobre su cuerpo en plena autonomía, quedan absolutamente desacreditados. Nos muestran una vez más que su interés no es la vida en su máxima expresión, sino que solo buscan imponer el control sobre los cuerpos y la reducción del rol de las mujeres solo al ámbito reproductivo, negándonos agencia para participar de la vida pública en cualquiera de los otros sentidos imaginables.

Es fundamental alzar la voz desde todos los espacios para señalar con claridad que Chile no puede retroceder a los años en que, junto a Nicaragua y El Salvador, eran los únicos países donde el aborto estaba totalmente prohibido. Desde el 2017 y a partir de una profunda pelea dada tanto dentro del Congreso, en las calles y luego en el Tribunal Constitucional, se lograra un avance en la garantía de derechos, negados por décadas a las mujeres de nuestro país.

Hablar de aborto en el siglo 21 y en este 2023, no puede ser comprendido de otra manera que como un derecho que debe ser garantizado por los Estados y en el caso de estar permitido en causales como en Chile, es un avance civilizatorio pensar en este derecho en un futuro próximo, sin restricciones de causa, regulando plazos y garantizando su seguridad tanto desde la perspectiva sanitaria como desde la perspectiva de género. Es necesario y urgente, pensar en un aborto feminista, con perspectiva interseccional, donde la decisión sea respetada, la prestación garantizada y se dé la posibilidad a la mujer de tener un aborto autogestionado o dentro de una institución de salud.

Quienes siguen anclados en el discurso de las dos vidas y siguen permanentemente atacando a quienes estamos del lado de la vida y la autonomía, no pueden ser quienes marquen la agenda ni delimiten los bordes. Hemos avanzado mucho en derechos civiles y políticos, sin embargo, los derechos sexuales y reproductivos constituyen una parte fundamental para profundizar la democracia y ampliar el concepto de ciudadanía que aún para las mujeres, no está del todo acabado.

[1] Conferencia Especializada Interamericana sobre Derechos Humanos, OEA/Ser.K/XVI/1.2, p.l59

[2] https://www.studocu.com/es-ar/document/universidad-de-buenos-aires/derecho-penal/cidh-baby-boy-informe-mas-detallado/8423718

*Activista por el derecho al aborto en Chile

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