Continúa la crisis en Twitter: La libertad de restringir – Por Joaquín Moreira Alonso
Continúa la crisis en Twitter: La libertad de restringir
Por Joaquín Moreira Alonso*
Twitter restringió la cantidad de publicaciones que los usuarios pueden leer por día y suscitó rechazo y burlas. No es más que una muestra de los cambios que ya ocurren y los que vendrán en las plataformas sociales.
El sábado, los usuarios de Twitter se enteraron de que la plataforma impuso un límite a la cantidad de publicaciones de otros que pueden ver en un solo día. La medida fue anunciada por el propietario y ex-CEO de X Corp., compañía dueña de Twitter, Elon Musk, en un tuit en el que explicó que esto no afectará a todas las cuentas por igual. En el tuit, Musk informó que las cuentas verificadas (en su mayoría, aquellas que pagan una suscripción) podrían ver solo hasta 6 mil publicaciones por día, diez y hasta 20 veces más que las que podrán ver las cuentas no verificadas, aunque en las siguientes horas tuiteó que el límite se había extendido ligeramente.
Esta limitación, inexistente en el pasado, se dio tras días en los que muchos usuarios estuvieron quejándose de problemas de funcionamiento de la plataforma. Pero no es la primera vez que el Twitter de Musk tiene este tipo de problemas. En febrero, los usuarios reportaron dificultades para publicar contenido y enviar mensajes directos. Si bien en ese momento la compañía no dio explicaciones, un tuit de la cuenta del soporte técnico de Twitter dio a entender que se trataba de un bug (error de software) (CNBC, 8-II-23).
Por otro lado, en marzo, Twitter anunció un cambio en la política de precios del acceso a su API (interfaz de programación de aplicaciones, por sus siglas en inglés, una herramienta de intermediación que permite que otras aplicaciones usen sus datos), lo que afectó a muchas empresas de analítica y gestión de cuentas, que vieron encarecer su operativa, dejando de funcionar o mermando sus capacidades. Además, el 30 de junio (un día antes de la restricción de tuitsdiarios) Twitter restringió el acceso a sus publicaciones solo a usuarios registrados. De esta manera, ahora es necesario estar registrado e ingresar a la cuenta para ver los contenidos publicados en la plataforma, incluso cuando otros sitios incrustan un tuiten sus artículos (The Verge, 30-VI-23).
Estas limitaciones motivaron la aparición de diversos memes y las ya clásicas discusiones entre quienes creen que Musk es un genio que tiene siempre una razón estratégicamente pensada para cada «aparente» error y quienes creen que está demostrando su incapacidad. Las medidas también ocasionaron indignación de parte de los usuarios, y algunos anunciaron que iban a abandonar Twitter y unirse a alguna otra plataforma.
Pero también surgieron dudas acerca del futuro económico de Twitter, compañía que Musk compró en su totalidad en octubre de 2022 prometiendo convertirla en un gran negocio y un espacio para la libertad de expresión, una compra que parece haber tenido el efecto contrario.
RAZONES DEL CAMBIO
En el tuit en el que anunció las nuevas restricciones, Musk adjudicó tal decisión a la sobrecarga que le provocaban a los servidores «los niveles extremos de extracción de datos y manipulación del sistema» a los que estaban sometidos (Twitter, 1-VII-23). Esta explicación está en línea con algunas declaraciones que hizo en los últimos meses, en las que manifestó su intento de combatir el abuso de cuentas automáticas (bots) y señaló que el uso de Twitter para entrenar modelos de inteligencia artificial estaba sobredemandando al sistema de la plataforma. Sin embargo, también han circulado otras posibles razones, en particular algunas que señalan que esta medida es una forma de emparchar errores de la compañía.
En su cuenta de la plataforma Bluesky, el exejecutivo de Twitter Yoel Roth (uno de los pocos ejecutivos que Musk intentó mantener en el staff de la compañía, aunque finalmente renunció poco después de la adquisición) señaló que la extracción automática de datos (data scraping) no le parece razón suficiente para un empeoramiento tan dramático del funcionamiento de la plataforma, ya que esto es algo con lo que Twitter siempre lidió y a lo que sus técnicos siempre estuvieron atentos para evitar problemas (Business Insider, 1-VII-23). Otra explicación verosímil es que los cambios en el acceso a la API hicieron que las aplicaciones que la usaban para su funcionamiento hayan empezado a utilizar otras herramientas más propensas a sobrecargar el sistema (Waxy, 1-VII-23).
También se ha especulado que tales problemas pueden estar relacionados con el alojamiento de los datos de la plataforma. Tras la compra, Twitter dejó de pagar a Google Cloud (entre otros proveedores) por el servicio de alojamiento de algunos de sus servicios y no respondió las comunicaciones en las que se le instaba a reanudar los pagos. A fines de junio, en gran medida gracias al involucramiento de la nueva CEO de X Corp, Linda Yaccarino, se restablecieron tanto las relaciones entre las compañías como los pagos, al tiempo que se anunció una ampliación de la cooperación entre ambas empresas (Bloomberg, 21-VI-23).
Otra posible explicación adjudica el problema a un bug. En la mañana del sábado, dos horas antes del tuit de Musk, dos desarrolladores publicaron independientemente que, como consecuencia de la restricción de acceso a los tuitssolo a usuarios registrados, Twitter estaba teniendo un fallo por el cual la aplicación se envía a sí misma varias solicitudes infructuosas por segundo, saturando el servidor.
Si bien todas estas explicaciones que circularon no son más que especulaciones, contribuyen a la desconfianza de muchos hacia los argumentos de Musk, que le atribuyen el problema exclusivamente a algo externo, más aún teniendo en cuenta que, desde la adquisición de Twitter, Musk despidió a gran parte del personal de desarrollo y mantenimiento de la plataforma y muchos otros renunciaron por voluntad propia. En este contexto, para muchos usuarios de Twitter no resulta difícil imaginar que esto es otro ejemplo de la impericia de Musk para dirigir la plataforma.
NUEVOS DESAFÍOS
Al comienzo de sus acciones para comprar Twitter, Musk declaró que iba a lograr que la empresa aumentase sus ingresos abruptamente, algo que parece razonable si tenemos en cuenta que contrajo deudas importantes para juntar los 44.000 millones de dólares que pagó por la plataforma. Algunas de sus estrategias incluyeron el servicio Twitter Blue, por el que los usuarios se suscriben y reciben algunos beneficios, y el cambio de precios de la API.
Pero la principal fuente de ingresos de la enorme mayoría de las plataformas sociales es la publicidad, y Musk apuntó ahí al declarar que para valorizar la publicidad iba a reducir de forma drástica los bots que interactúan con las publicaciones de manera automatizada. Sin embargo, en los meses siguientes el número de bots no pareció bajar e incluso muchos usuarios afirman estar interactuando con mayor cantidad de ellos (Slate, 23-VI-23).
En estos meses, Twitter no solo no logró solucionar el problema de los bots, sino que sus ingresos por publicidad bajaron sustancialmente. En el mes siguiente a la adquisición, la mitad de sus 100 principales auspiciantes (entre los que se encontraban Chevrolet, Ford, AT&T, Black Rock y Chanel) dejaron de auspiciar en la plataforma y algunas agencias de medios recomendaron a sus clientes reducir o detener la inversión publicitaria en ella (CBS News, 23-XI-22). Musk intentó resolver esto apelando a auspiciantes más pequeños y anuncios más frecuentes, pero no parece haber funcionado, pues, según un reporte de The New York Times (5-VI-23), en abril de 2023 los ingresos de Twitter por publicidad fueron un 59 por ciento menores que los de abril de 2022. Por si fuera poco, como reacción a los cambios en los precios del acceso a la API, Microsoft anunció que su servicio de gestión de campañas digitales ya no incluirá a Twitter en la lista de aplicaciones con las que trabaja, lo que será un gran desestímulo para los auspiciantes.
En gran medida, el nombramiento de Yaccarino como nueva CEO de la plataforma parecía orientarse a mejorar las relaciones con los auspiciantes. Yaccarino llega a Twitter luego de oficiar 12 años como gerenta de ventas de publicidad de NBC Universal, uno de los conglomerados de medios más importantes del mundo, y antes trabajó 20 años en publicidad y marketing para Turner Entertainment. Pero, por más prestigio corporativo y buenas relaciones con el mercado de la publicidad que tenga Yaccarino, múltiples expertos en ese rubro coinciden en que las nuevas restricciones de Twitter complicarán mucho su trabajo (Reuters, 3-VII-23).
Varios de los problemas que está afrontando Twitter son responsabilidad directa de Musk, pero también hay desafíos generales en el entorno de las plataformas sociales y de entretenimiento que las compañías están encarando con cambios importantes. Hace solo unas semanas, Reddit (que lleva un tiempo experimentando con la monetización de sus servicios de cara a una próxima salida a la bolsa) también anunció cambios en los precios de acceso a la API, originando costos enormes para gran cantidad de aplicaciones de terceros que se utilizan para acceder a la plataforma o para administrar comunidades de usuarios. Esto dio lugar a una fuerte reacción de parte de muchos usuarios, algunos de los cuales llamaron a un boicot e incluso cerraron temporalmente algunas de las comunidades que nutren de contenido a esa red (AP, 13-VI-23).
A esto hay que sumarle los cambios anunciados por Netflix en los últimos meses, como la prohibición de compartir contraseñas entre distintos hogares (The Guardian, 23-V-23) y el anuncio del lanzamiento de planes más económicos que incluyen publicidad (The Verge, 18-V-23), así como la proliferación de publicidades más largas y en mayor cantidad en Youtube (The Verge, 18-V-23).
La era de las migraciones
Además de los problemas técnicos y económicos, una nueva amenaza se cierne sobre Twitter: el surgimiento o el crecimiento de plataformas sociales que buscan convertirse en alternativas y competir por sus usuarios. Desde hace algunos años, son recurrentes las llamadas migraciones,en las que, por algún desencadenante particular, miles o millones de usuarios declaran su voluntad de abandonar Twitter por otra plataforma, aunque muchos nunca cumplen la amenaza y otros luego regresan.
Un ejemplo de esto fue la gran migración de usuarios durante los últimos meses del gobierno de Trump y los primeros tras su salida, cuando surgieron alternativas directamente orientadas a usuarios de ultraderecha que capitalizaron el descontento de estos ante plataformas a las que consideran progresistas. La primera de estas plataformas en cobrar relevancia fue Parler, pero la más importante fue Truth, creada por el mismo Trump luego de que cancelaran su cuenta de Twitter.
Otra fuente de movimientos fueron el anuncio y la posterior concreción de la compra de Twitter por Musk en abril y octubre de 2022 respectivamente. En esos momentos, al tiempo que algunos que se habían ido a Parler y Truth regresaban, usuarios más progresistas abandonaron Twitter en rechazo al perfil conservador de Musk. Si bien hubo muchas plataformas de destino, la que recibió más usuarios fue Mastodon, una metaplataforma compuesta de varias instancias administradas y alojadas de manera independiente. Estas instancias no solo se vinculan mutuamente permitiendo que los usuarios de una interactúen con los de otra, sino que se integran también a muchas otras plataformas mediante un protocolo llamado Activity Pub, en lo que se ha llamado universo federado o fediverso.
Más acá en el tiempo, la competencia a Twitter vino de parte de su fundador y ex-CEO Jack Dorsey y su nueva plataforma Bluesky, un proyecto que comenzó cuando Dorsey aún era CEO de Twitter. Bluesky se lanzó en febrero para IOS y en abril para Android; de momento está en fase beta y solo es posible acceder por invitación. Ya a fines de abril tenía 50 mil usuarios registrados, número que aumentó de modo significativo tras el anuncio de Musk sobre las restricciones en Twitter (CNBC, 3-VII-23).
Para completar el panorama, luego de varias semanas de rumores y conversaciones, el lunes 3, Meta (propietaria de Facebook, Instagram y Whatsapp) lanzó oficialmente Threads, su nuevo producto que apunta de manera directa a competir con Twitter. La plataforma, que está disponible desde el 5 de julio y usa el protocolo Activity Pub –por lo que podría integrar el fediverso–, es un intento de Meta de aprovechar los tambaleos recientes de Twitter tras el poco atractivo que generó en los usuarios el proyecto insignia de los últimos años, el metaverso. Sin embargo, Threads ya arranca con problemas porque, al menos en un primer momento, no va a estar disponible en Europa, dado que su acuerdo de uso viola las normativas de protección de datos personales de la Unión Europea (Independent, 4-VII-23).
* Investigador de la Universidad de la República-Universidad de Córdoba, Uruguay. Publicado en el semanario Brecha