Según informe, el 42% de las niñas y niños peruanos padece anemia

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Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar el 42% de niños y niñas de 6 a 35 meses padece anemia

Por José Cayetano

La lucha contra la anemia infantil sufrió un retroceso a nivel nacional el año pasado. La prevalencia de esta enfermedad en niños y niñas de 6 a 35 meses fue de 42.4% en el 2022 según los resultados de la última Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Esta cifra representa un incremento en un 3.6% en comparación con el 2021.

Puno y Ucayali son las regiones con mayor nivel de anemia infantil en el Perú con un 67,2% y 65,8% respectivamente. Cabe resaltar que la prevalencia en la región del sur disminuyó en un 3,2% en relación al 2021. Sin embargo, 19 regiones del país registran un aumento en el nivel de anemia infantil. Llama la atención el caso de Huánuco y Loreto, donde el promedio incrementó en 11,5% y 11,4% respectivamente en relación al 2021.

Para María Elena Ugaz, oficial de Nutrición y Desarrollo Infantil Temprano de Unicef, las cifras demuestran que el Perú enfrenta un La Organización Mundial de la salud determina que cuando la prevalencia nacional o local de anemia es mayor al 40% se considera como un problema de salud pública severo. De acuerdo al indicador del Endes en el 2022 [42.4%], el país se encuentra en esta situación”.

Ugaz lamenta este retroceso, puesto que el 2021 el nivel nacional de anemia infantil (38,8%) fue menor a 40% después de diez años. En 10 regiones del país la enfermedad en niños de 6 a 35 meses superó el 50%. Además, ninguna región se encuentra en una categoría leve, es decir, por debajo del 20%.

Por otro lado, la desnutrición crónica afectó al 11,7% de la población menor de cinco años en el 2022. Esta cifra superó en 0,2% al registro del 2021.

Motivos e impactos del retroceso

María Elena Ugaz manifestó que las crisis políticas, ambientales y climáticas, como el Fenómeno de El Niño, a nivel nacional e internacional impactan negativamente en la prevención de la anemia, porque reducen la capacidad adquisitiva de las familias para obtener alimentos nutritivos.

“De acuerdo a los indicadores del INEI, el 36,7% de niños, niñas y adolescentes viven en situación de pobreza monetaria. Cuando un niño tiene anemia y vive en un entorno de pobreza, el problema es más crítico porque permanecerá en el tiempo”, sostuvo Ugaz.

La especialista explica que el impacto de la enfermedad se da a nivel intelectual, emocional y social: “La anemia afecta al desarrollo cognitivo. Un niño que ha tenido anemia a edad temprana (menos de 3 años) reduce en 9% su coeficiente intelectual comparado a un niño que no tuvo esta enfermedad. Además, dependiendo del nivel de anemia que hayan tenido, los niños pueden comportarse más retraídos, menos sociables o irritables”.

Por otro lado, Ugaz asegura que la respuesta a la problemática de la anemia en el Perú debe abordarse de manera integral entre entidades públicas, privadas y todos los niveles de gobierno. “Cada región con el apoyo de los ministerios, debe analizar en qué sectores se ha logrado un avance en la reducción de la anemia y a través de qué estrategias, aun cuando a nivel regional haya aumentado la prevalencia. Esto permitirá potenciar el trabajo preventivo”, afirma.

En tanto, Ugaz subraya que las autoridades deben asegurar que los ciudadanos cuenten con acceso a agua y saneamiento para reducir enfermedades como la parasitosis. Esta infección intestinal impide que los niños absorban los nutrientes correctamente.

Labor de Qali Warma

Con el objetivo de contribuir a la asistencia escolar, la mejora de la atención en clases y los hábitos alimentarios de los alumnos de colegios públicos, el programa nacional Qali Warma atiende este año a más de 4.2 millones estudiantes del nivel inicial, primario y secundario. De esta cifra, un millón 161 mil 368 corresponden al nivel inicial en 33 993 instituciones educativas públicas.

Nataly Dávila, jefa de la Unidad de Organización de las Prestaciones de Qali Warma, explicó a El Comercio que el programa contribuye a combatir la desnutrición infantil y la anemia mediante la entrega de “alimentos inocuos, de calidad, y con pertinencia cultural”.

En las escuelas ubicadas en zona urbana pero en sectores de mayor pobreza, se les entrega alimentos para la preparación de desayunos y almuerzos. De esta forma se les brinda un aporte de energía que cubre hasta el 62 % del requerimiento diario en el consumo de los escolares de inicial y primaria. A los colegios ubicados en zona rural y comunidades indígenas se les reparte productos para elaborar desayunos y almuerzos, que cubren entre el 64 % y 66% del requerimiento diario”, detalló Dávila.

La experta indicó que los niños reciben cereales, menestras, harinas y proteínas de origen animal a través de conservas de pescado, de carnes, bofe y lácteos. En esa línea, compartió a este Diario la lista de alimentos ricos en hierro que ofrece Qali Warma.

El Comercio

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