Colombia: mejoran las proyecciones, pero seguirá la desaceleración

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Colombia: mejoran las proyecciones, pero seguirá la desaceleración

La economía colombiana pareciera estar repuntando, a pesar de estar en un proceso de desaceleración.

De acuerdo con las más recientes proyecciones de BBVA Research, el PIB de 2023 crecería 1,2 %, luego de que este mismo grupo de análisis situara la expansión de la economía nacional en 0,7 % hace unos meses.

Esta mejora en los análisis va, de cierta forma, en línea con la visión que tiene el Gobierno sobre cómo le irá al país este año. En su más reciente Marco Fiscal de Mediano Plazo, el Ministerio de Hacienda subió a 1,8 % su proyección (en el Plan Financiero, de principios de este año se encontraba en 1,3 %).

“La economía colombiana continúa su proceso de desaceleración ordenada. No obstante, los mejores indicadores de empleo, consumo privado y exportaciones han llevado a que las proyecciones de crecimiento para este año aumenten”, dijeron los economistas de BBVA en su más reciente informe.

Para este centro de análisis, las tasas de interés del Banco de la República se mantendrán estables hasta finales de año, cuando comenzarían a descender hacia 12,5 % (actualmente se encuentran en 13,25 %) y llegarían a 7 % para finales de 2024. Los analistas consultados en la Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo sitúan las tasas en 12 % para diciembre de este año.

De acuerdo con Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda, las tasas del Banco podrían comenzar a moverse hacia abajo en septiembre próximo. “Lo que se espera es que en este mes las tasas se queden quietas y hagamos un proceso de seguimiento a los próximos dos, tres meses para, hacia mes de septiembre, revisar si las tasas pueden empezar a bajar”, comentó el ministro el miércoles en una entrevista en la sede de Bloomberg en Nueva York.

Buena parte de las perspectivas sobre el crecimiento están atadas al comportamiento de la inflación, que ha alcanzado niveles no vistos desde los años 90.

Aunque se estima que el IPC continúe descendiendo en lo que queda del año, el impacto del fenómeno de El Niño en renglones como los alimentos y la energía podría descarrilar las buenas proyecciones de la economía (en caso de que las sequías que lleguen con El Niño sean más intensas de lo esperado).

A esto hay que sumarle el desmonte de los subsidios a los combustibles, que el Gobierno viene ejerciendo desde el año pasado con miras a sanear el déficit acumulado en el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC).

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