El Salvador | Muertes en penales se cuadruplicaron durante el régimen de excepción

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Por Laura Jordán

Las muertes por causas no violentas en las cárceles salvadoreñas se cuadruplicaron con la implementación del régimen de excepción que, hasta el cierre de 2022, dejó a 406 personas fallecidas.

Según los datos del sistema penitenciario, los casos en 2022 incrementaron significativamente en comparación con 2019, cuando hubo 109 privados de libertad que perdieron la vida por motivos no violentos (enfermedad o accidentes). En 2019 el promedio mensual fue de 9 decesos, mismo que en 2022 pasó a 34.

En 2020 las muertes no violentas dentro del sistema carcelario fueron 100 en todo el año (promedio de 8 al mes), mientras que en 2021 las autoridades no publicaron los datos oficiales.

Estos datos están basados en registros del sistema penitenciario analizados por LPG Datos y destacan, además, que 18,756 reos estaban identificados, hasta finales de 2022, con algún tipo de enfermedad.

“Si una persona que tiene diabetes no recibe el tratamiento de manera oportuna puede fallar de manera temprana por la complicación y por falta de medicamentos, ya no digamos quien padece del corazón, tiene la presión alta o insuficiencia renal ”. Jorge Panameño, Médico infectólogo internista.

Edwin Manuel Flores Corea es uno de los reos que comenzó a padecer complicaciones de salud mientras estaba preso. Residía en Santiago de María, Usulután, y había quedado libre el 17 de enero de 2023, nueve meses después de su captura en el régimen de excepción. Pasaron solo 24 días y la tarde del 10 de febrero Edwin había muerto. La causa fue una gastritis cancerígena que, de acuerdo con el testimonio de su familia, se le originó en prisión y estaba muy avanzada cuando pudo tener el acceso a salud que necesitaba.

«A los tres meses de detenido comenzó a sentirse mal, vomitaba sangre. A los seis meses lo ingresaron en el hospital Saldaña. Cuando salió de la cárcel venía irreconocible. Parecía un esqueleto, si apenas pesaba poco más de 80 libras, estaba desnutrido, deshidratado y con anemia», relató un miembro de su familia.

A Edwin nunca le fue comprobado ante la justicia el delito de agrupaciones ilícitas por el que fue capturado.

Mauricio Rodríguez, un reo que padecía de diabetes y complicaciones del corazón y fue trasladado a un centro hospitalario en diferentes ocasiones, murió bajo custodia del Estado. Falleció el 22 de octubre en el Hospital Nacional Rosales. Tres días antes, Mauricio se había rebuscado por conseguir un celular en el hospital donde estaba internado y avisar a su familia de que se encontraba grave de salud.

«Dijo que ya no quería regresar al penal porque estaba sufriendo y que esta había sido la tercera vez que lo habían llevado al hospital, quizás presintió que ya no iba a aguantar más», contó un familiar de Mauricio tras su muerte.

Los datos también dan cuenta de que hasta diciembre de 2022 el Centro Preventivo y de Cumplimiento de Penas La Esperanza, conocido como Mariona, era el que más albergaba privados de libertad con una enfermedad, con 2,534; seguido del Centro Penal de Izalco con 3,457; y el Centro Preventivo y de Cumplimiento de Penas de Apanteos, con 2,678. Otros 5,100 estaban en las granjas penitenciarias de Zacatecoluca y Usulután, en conjunto.

Los registros del sistema penitenciario salvadoreño también reflejan que las enfermedades con mayor cantidad de casos son tuberculosis, hipertensión, diabetes y VIH.

Sobrepoblación

El hacinamiento incrementó en las cárceles en un 300% desde que fue implementado el régimen de excepción, el 27 de marzo de 2022, de acuerdo con análisis de especialistas en seguridad.

Desde entonces organizaciones de sociedad civil han alertado sobre el incumplimiento de estándares internacionales de derechos humanos y que ello puede generar más enfermedades en los reos.

La cifra de población carcelaria hasta marzo de 2021 era de 36,997. Con la cantidad de capturados desde que inició el régimen de excepción hasta diciembre de 2022 esta ascendía a 103,538. Esto significa una tasa de personas encarceladas de 1.7 por cada 100,000 habitantes.

La cifra puede ser menor si se toman en cuenta la cantidad de personas que, según las autoridades, han sido liberadas durante el régimen (4,000) y las que murieron a causa de la violencia estando en prisión (116, según publicó este medio el pasado 28 de marzo). Sin embargo, diferentes organizaciones han criticado la falta de transparencia y el acceso a la información en este tipo de datos, lo que impide tener una cifra exacta sobre la población carcelaria en estos momentos.

Médicos especialistas también han advertido de los riesgos en la propagación de enfermedades a los que son expuestos los privados de libertad en condiciones de sobrepoblación carcelaria.

«Si una persona que tiene diabetes no recibe el tratamiento de manera oportuna puede fallar de manera temprana por la complicación, ya no digamos quien padece del corazón», aseveró el médico internista Jorge Panameño en una reciente entrevista con LA PRENSA GRÁFICA.

La Prensa Gráfica

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