Ultraderechistas claman por Dios, patria y familia: más que risible muy peligroso – Por Gerardo Villagrán del Corral
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
Ultraderechistas claman por Dios, patria y familia: más que risible muy peligroso
Gerardo Villagrán del Corral*
El cónclave de la ultraderecha que tuvo lugar este viernes y sábado en el hotel Westin Santa Fe de la Ciudad de México ofreció un desfile de figuras farsescas, que resultarían simplemente risibles si no fuera por el papel que algunas de ellas han desempeñado en pasajes oscuros de la historia reciente, y por su denodada voluntad de imponer su agenda de odio en todos los rincones del mundo, señala La Jornada en su editorial.
Una gran manta fue extendida a lo largo del Paseo de la Reforma. Mostraba los rostros de Hugo Chávez, Lula da Silva, Evo Morales, Cristina Kirchner y, en el centro, López Obrador. Arriba de los rostros, el mensaje: “Piensan como Marx, gobiernan como Stalin y viven como Rockefeller. Hipocresía socialista”.
La Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) tuvo como cierre un breve telemensaje del ex presidente estadounidense Donald Trump, quien señaló: “Es muy importante para los conservadores de todo el hemisferio que se unan para defender a Dios, la familia… Tenemos que asegurar nuestras fronteras y desmantelar los cárteles criminales que violentan a nuestra gente”.
“Necesitamos detener la propagación del socialismo y no dejar que continúe corriéndonos de nuestra región o de nuestras tierras…, añadió Trump en su breve videoconferencia, tras ser reincorporado a Twitter
El cónclave también contó entre sus oradores (muchos de ellos, de modo virtual) al ex asesor de Trump, magnate y gurú de la posverdad y de la ultraderecha Steve Bannon, a la senadora colombiana María Fernanda Cabal, al senador republicano estadounidense Ted Cruz, al diputado brasileño Eduardo Bolsonaro, hijo del aún mandatario Jair Bolsonaro.
Asimismo, participó el diputado argentino Javier Milei, el presidente guatemalteco Alejandro Giammattei, Mercedad Schlapp, estratega política y copropietaria de la marca CPAC, al ex mandatario polaco Lech Walesa y el líder del partido neofascita español Vox, Santiago Abascal.
Los participantes son la suma del más radical neoliberalismo económico con un conservadurismo moral y económico que genera la impresión digno de un pasado no tan reciente. Para los organizadores mexicanos, la idea clave es la necesidad de un partido que defienda abierta y decididamente la agenda católica en México, y el lema que más se escuchó en el cónclave fue “Dios, patria, familia”, y el encuentro se clausuró al grito ¡Viva Cristo Rey!
Fueron dos días de oír a la Inquisición desgarrarse las vestiduras por la intolerancia de sus adversarios. Las tres palabras fueron las más escuchadas en los dos días de la CPAC, movimiento surgido en 1974 cuando la apertura fue un discurso de Ronald Reagan.
Encabezado por el exactor y hoy activista del conservadurismo mexicano Eduardo Verástegui, quienes tomaron el micrófono insistieron en presentarse como desamparados y perseguidos, como víctimas de una poderosa conspiración socialista y feminista que se ha adueñado del planeta, y amenaza con derruir los cimientos mismos de la sociedad. “ Somos la mayoría (y tenemos que) construir la verdadera alternativa”, dijo.Luego miró al cielo y gritó: ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva!
A esos yo los llamo lobos con piel de ovejas. Las pantallas que hacían de escenario brillaron más fuerte. Las dos filas de monjas y el resto de los asistentes batieron palmas, aunque el ex galán de telenovelas no se refería a los malvados gobiernos socialistas de América Latina, sino a la derecha partidista. Por demasiado tiempo, los conservadores de la región hemos estado desamparados, afirmó, como si Donald Trump o Jair Bolsonaro hubiesen sido sólo un mal sueño.
Herrman Tertsch, eurodiputado de la fascista española Vox, llamó a construir un programa de recuperación de la civilización occidental, Verástegui afirmó que la verdadera derecha está huérfana, Giammattei reprochó que organismos multinacionales condenen a su nación por imponer las creencias religiosas sobre el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos.
Steve Bannon, se centró en una de las obsesiones de los republicanos estadounidenses, que sienten que les han robado las elecciones en las que perdieron, aunque no aportan pruebas de ello. Bannon, líder ideológico del ultraconservadurismo, ha alertado de los riesgos del voto electrónico, algo que «buscan México y Brasil para robar las elecciones, para robar la soberanía», acusó.
Y, obviamente, las contradicciones no faltaron. El Nobel de la Paz y olvidable presiden te polaco, Lech Walesa, en contra de las consideraciones del presentador dijo que el cambio climático sí es un problema real, y no una cuestión «ideológica» que «limita la propiedad privada y el empleo» . El año pasado, Walesa puso un anuncio solicitando empleo, porque la fundación que lleva su nombre estaba quebrando debido a la pandemia. En México advirtió que diría cosas que no gustarían: Soy de derecha y soy partidario del globalismo.
Y Ted Cruz, uno de los más furibundos antimigrantes y promotores de la idea de Trump y de erigir un muro en los tres mil kilómetros de frontera con México, exaltó a Estados Unidos como la tierra a donde cientos y miles de personas llegan a lograr sus sueños.
Mientras, Verástegui, quien tiene una de sus banderas en el combate a la trata de menores de edad para explotación sexual y tráfico de órganos, tema en el que choca con su aliado Javier Milei, aspirante presidencial argentino que defiende la venta de órganos como parte de la libertad económica.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, se refirió a esta reunión y habló de los fascistas, racistas y corruptos conservadores. Y Verástegui, quizá con la ilusión de ser candidato presidencial de la extrema derecha, aprovechó para atacar al mandatario “del socialismo autoritario, que aplica una agenda cultural de extrema izquierda, que ha lanzado un feroz ataque contra los valores de los mexicanos, que cancela los nacimientos navideños”.
El ex actor habló también de militarización, de ataques a la libertad de expresión. Y resumió: con López Obrador hay más pobreza y más corrupción. “Ya deja las mañaneras, ya olvida tu popularidad. Era más popular el Chavo del Ocho y nunca quiso gobernar”, dijo, tras alabar y agradecer a Trump.
Los oradores que desfilan aclaran: el mal tiene nombres variados: comunismo, socialismo, progresismo, feminismo… Da igual: la maldad tiene nombres variados para el engaño.
La boliviana Eva Sara Landau, residente en Las Vegas, puso forma a la maldad y pidió perdón a los mexicanos porque “AMLO recibió aquí al narcopolítico Evo Morales”. Con oratoria de pastor evangélico, resumió los orgullos de esta conferencia: Vox en España, los bolsonaristas en Brasil y, por supuesto, Trump.
Y también se refirió a una convicción general en este espacio: la derecha no pierde, la izquierda arrebata. Una cosa es perder una elección o tener difícil un triunfo por falta de apoyo electoral, y otra cosa es perder una elección por las prácticas normalizadas de fraude con las que estos criminales ganan las contiendas, repitiendo el guión de Trump.
El analista Arturo Cano señaló que “por momentos parece instalarse una suerte de competencia sobre quién dice la expresión más comprometida con la verdad, cuál frase es la mejor para dejar en claro que aquí está la verdadera derecha, la que no quiere pactar sino destruir al comunismo, la que no juega al centro, porque esa es una palabra de comerciantes, como dice el fascista español Hermann Tertsch”..
La republicana Mercedes Schlapp, dueña de la franquicia de la CPAC con su esposo Matt, se refiere al presidente López Obrador: “Empieza a hablar de fascistas… Los izquierdistas siempre usan ese tipo de nombres para acusarnos de algo que no somos”. Ellos nos señalan de lo que ellos son, dice la senadora colombiana María Fernanda Cabal, autocalificada como la mano de hierro contra Petro.
Define al presidente colombiano como “un mitómano, un megalómano, un narcisista se vuelve terriblemente peligroso cuando llega al poder. La izquierda es persecución y quema de iglesias, tortura a opositores, aborto disfrazado de derecho, humanización de los animales y dictadura de las minorías; los progresistas buscan convertir a la juventud en una juventud promiscua, con deseos convertidos en derechos”.
Hacia el cierre del encuentro, habló otro que dice ser presidenciable, el argentino Javier Milei, con una larga intervención repleta de lugares comunes, con frases de un economista que baja del pedestal para explicar a los (infelices) mortales: “Están muy lejos de ser Dios, por eso lo único que pueden hacer (los socialistas) cada vez que meten mano en la economía es hacer daño”.
Fue la primera edición en español, inglés y espanglish de la CPAC, dejando un océano de contradicciones insalvables que se resuelven con una consigna: sí a la vida (no a los derechos reproductivos), y con una convicción: ha llegado la hora de dejar de negar o de avergonzarnos de lo que somos, defensores de Dios, patria y familia.
Uno de los aspectos que más se ha destacado de la conferencia es su falta de convocatoria, quizá porque las figuras visibles de la derecha mexicana no deseaban mezclarse con un grupo marginal en momentos en que esperan sumar la mayor cantidad de fuerzas con vistas a los procesos electorales venideros. Pero las semillas del odio, la glorificación del fascismo y el fundamentalismo religioso fueron diseminadas.
* Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)