Colombia y Venezuela designan embajadores, primer paso para restablecer las relaciones

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Colombia y Venezuela: embajadores, primer paso para normalizar relación

El exsenador Armando Benedetti fue designado por el presidente Gustavo Petro como embajador de Colombia en Venezuela.

«He decidido, en respuesta al gobierno venezolano, que ha designado embajador, que tendrá como responsabilidad normalizar la relaciones diplomáticas entre los dos países, designar a Armando Benedetti como embajador de Colombia ante Venezuela, esperando el beneplácito de ese gobierno», dijo el presidente Petro este jueves.

El mandatario señaló que Benedetti tendrá «la ardua tarea de normalizar las relaciones entre los dos países, restablecer la institucionalidad que existía desde décadas antes para que los dos pueblos hermanos puedan guarecer sus derechos, libertades y lograr que entre Colombia y Venezuela se pueda construir riqueza para ambos pueblos».

Por su parte, Benedetti, en su cuenta de Twitter, manifestó: «Presidente, lo sorprenderé cuando lleguemos a 10 mil millones de dólares en intercambio comercial, cuando beneficiemos a los más de 8 millones de colombianos que viven en la frontera. Ninguna línea imaginaria nos volverá a separar como hermanos». Y agregó: «Gracias por su confianza».

Este anuncio se conoce horas después de que Nicolás Maduro anunciara la designación del excanciller y actual director del Centro Internacional de Inversión Productiva (CIIP), Félix Plasencia, como nuevo embajador de Venezuela ante Colombia.

Los nombramientos de los embajadores son un acercamiento más en el proceso de normalización de las relaciones rotas desde 2019 cuando el gobierno del expresidente Iván Duque cuestionó la legitimidad de Maduro y otorgó su apoyo al opositor Juan Guaidó, proclamado entonces como presidente interino.

Los países, que enfrentado tensiones desde hace años, habían firmado un acuerdo la semana pasada para avanzar en el proceso de acercamiento una vez que Petro asumiera el cargo como Presidente.

La normalización incluye, además del proceso diplomático, la apertura de la porosa frontera de más de 2.000 km, que está cerrada para los vehículos desde el año 2015 y parcialmente abierta para los peatones desde finales del año pasado. Esta extensa área ha estado marcada también por años de violencia, con presencia de guerrilla, paramilitares y narcotráfico.

El Tiempo

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