Perú: subidas de tasas del Banco Central secan la economía – Por Alejandro Narváez Liceras
Perú: subidas de tasas del Banco Central secan la economía
Alejandro Narváez Liceras – Otra Mirada
El Banco Mundial (BM), en su informe de junio 2022, de Perspectivas económicas mundiales, en línea con el desplome de la economía mundial, ha recortado su pronóstico de crecimiento del producto bruto interno (PBI) para Perú a 3.1% para este año y para el 2023 proyecta un PBI de apenas 2.9%. El Banco Central de Reserva del Perú (BCR), hizo lo propio en su reporte de este mes. Proyecta para este año un reducido PBI de 3.1%, lo que supone 3 décimas menos de sus proyecciones presentadas en marzo pasado. Entre tanto, la CEPAL (junio 2022) sitúa en un 2.5% de crecimiento para este año. Para muchos analistas estas cifras son muy optimistas, podrían ser peores y quizás estemos en el inicio de una dura recesión que puede ser dolorosa y prolongada para la mayoría de peruanos.
El presidente del Grupo BM, David Malpass, advirtió hace poco: “el crecimiento de la economía mundial estaba paralizándose y el riesgo de estanflación, un periodo de estancamiento económico con aumento de desempleo e inflación elevada, era muy factible, y sería potencialmente muy duro para aquellos países con ingresos medios y bajos”. Como dijimos en un artículo anterior (abril, 2022), la estanflación ocurre cuando el crecimiento económico experimenta una desaceleración significativa, pero a pesar de ello, persiste alta inflación.
La última vez que el mundo atravesó un periodo semejante, fue durante la crisis del petróleo en la década de los años 70, cuando los altos precios del crudo provocaron una elevada inflación en todo el mundo y una recesión en los países que importaban grandes volúmenes de ese producto, principalmente de Oriente Medio. Aquel momento marcó, el inicio de la llamada década perdida (1980 -1990) en muchas economías. Los patrones que iniciaron la estanflación en 1970, aparecen hoy con más virulencia: desaceleración económica, altas tasas de interés, inflación galopante y aumento de la deuda pública.
BCR sube otra vez el precio del dinero
El directorio del Banco Central de Reserva de Perú (BCR), nuevamente, este mes ha subido el precio del dinero (tasa de interés de referencia) en 0.50% (50 puntos básicos), hasta el 5.5%. Son diez meses de subidas continuas de tasas, y no ha servido para frenar los precios, excepto, secar la economía cada vez más. El argumento que esgrime el banco para tomar esa decisión, ha sido el aumento de la inflación anual a 8.09% (cifra oficial) en mayo último. Insinúa en su reciente comunicado, que seguiría con su estrategia agresiva de subida de tasas en los próximos meses. En decir, quien se endeuda desde este mes pagará más, y quienes ya están endeudados, pagarán también más si sus tasas son varíales (los hipotecados, sobre todo).
El BCR está agotado de ideas para actuar sobre la oferta. La reducción del pulso de la demanda agregada es el único recurso que tiene en sus manos para atajar los riesgos de que la inflación siga su racha alcista. Ni la inflación responde a los mismos factores, ni las economías son iguales. Esto no lo entienden. Combinar soluciones acordes con la realidad actual del país, puede dar otros resultados. Con su obsesivo empeño de subir tasas, está secando la economía peruana. Tasas altas de interés reducen la demanda agregada principalmente porque inciden recortando la inversión. Frena la actividad económica, porque reduce las oportunidades de inversión afectando negativamente el mercado laboral.
La política económica, incluida la monetaria, deben estar orientadas a resolver problemas concretos. Veamos algunos de esos problemas que demandan respuestas urgentes que los decisores de macroeconomía, hacen de la vista gorda:
Algunos rasgos de escenario actual
Las cifras oficiales más recientes del mercado laboral a nivel nacional, publicadas por el INEI (junio 2022), revelan que la población subempleada (trabajadores con empleo inadecuado, con salarios menores al ingreso mínimo referencial o porque el número de horas trabajadas es menor al de una jornada laboral de 35 horas) asciende a 8,284,000 (44.5% de la PEA) habiendo un desempleo abierto de 1,106,000 (6.0%). Hay 6,909,000 (27.1%) peruanos mayores de 14 años que no trabajan (No PEA). Según la misma fuente el empleo informal asciende a 76.8%. Estos son, entre otros, los principales problemas estructurales del país, que causa, pobreza, hambre y desigualdad a millones de peruanos.
Según un reciente informe de la SBS, a marzo último, hay 460,579 empresas que no pueden pagar sus deudas del programa Reactiva Perú. El saldo de la deuda actual asciende a 37,492 millones de soles y el 90.4% de deudores son micros y pequeñas empresas (Mypes). Estos deudores exigen una segunda reprogramación de sus créditos, sin embargo, en este nuevo esquema las tasas de interés que cobrarán los bancos prestamistas serán más altas, lo cual dificultará aún más el pago de sus obligaciones. Muchas de ellas están al borde de la quiebra o ya quebraron. Recordemos que la pequeña y mediana empresa (Pyme) tiene un papel importante en la economía nacional, porque brinda empleo al 75% de la Población Económicamente Activa (PEA). Según la Cámara de Comercio de Lima, en los últimos dos años han quebrado más de 135 mil Mypes, dejando a 540 mil peruanos sin trabajo.
El BCR en su reporte de inflación de junio 2022, revela que la inversión privada total este año será 0%, el sector minero -4.9% y otros sectores 0.6%. Habría una ligera recuperación en el 2023, llegando al 2% (lejos de la cifra de 2021 cuando la inversión privada total fue de 37.4%). Tampoco la inversión pública será gran cosa. Se proyectó un reducido 2.1% (2021: 24.1%) y para el 2023 un 1.6%. Si añadimos a este panorama de nula inversión privada para este año, el encarecimiento de los préstamos y la ineficiencia de la burocracia peruana para gastar el presupuesto asignado, el drama del país es completo.
Subir tasas será peor
¿En el escenario descrito, habría alguna razón económica para subir tasas? En mi opinión, ninguna. Uno de los canales por donde trasmite el banco central su política monetaria son los créditos. Un aumento en la tasa de interés disminuye la disponibilidad de crédito en la economía para la inversión y el consumo. Encarece el costo del crédito y la cantidad demandada se reduce. La oferta de crédito también disminuye, en virtud de que una tasa de interés real elevada significa mayor riesgo de recuperación de colocaciones, por lo que los prestamistas son más selectivos con sus clientes.
El aumento del costo del dinero, en la práctica se traduce en un encarecimiento del crédito. Con tasas muy altas, a nadie le conviene endeudarse. Esta situación afecta directamente a las empresas que necesitan dinero prestado para llevar adelante sus planes de crecimiento y expansión, a los gobiernos que necesitan financiar el gasto público, y también a las familias que usan créditos de consumo. Ninguna familia compra una vivienda al contado. No hay empresa pequeña o grande, que autofinancie su supervivencia y crecimiento. Este es el mundo real, que parecen desconocer los burócratas del banco emisor.
Una manera efectiva de promover la inversión y generar empleo, es estimulando el emprendimiento, el autoempleo, y eso solo puede darse, cuando las personas y las empresas tengan acceso a créditos baratos. Es verdad, que la inflación castiga más a los pobres, sin embargo, en una economía en caída como la peruana, no se ataja subiendo el costo del dinero, obligando a las familias a consumir menos y a las empresas a invertir menos. Altas tasas de interés y más inflación producirá la temida recesión económica que ahondará el desempleo y la creciente pobreza que tenemos.
Apuntes finales
Estimular la economía productiva, la inversión y el empleo de calidad, es clave, y nada de eso se hace en el país. Estamos sin norte, caminamos por inercia y sin saber a qué puerto queremos llegar. Hay que admitir que la crisis económica que padecemos, no es fruto de la casualidad, es obra humana, sin paliativos. Es principalmente, la consecuencia de sucesivas decisiones erradas, tomadas por autoridades políticas y económicas del país, sin dejar de reconocer, que también hay factores exógenos que han incidido en ese estado de cosas, pero en muchísimo menor grado. El Perú no estuvo ni está preparado para nada. La crisis del coronavirus ha desnudado nuestra miseria humana. Hay que reconocerlo.
Por último, lo grave no es ni siquiera la inflación. Lo jodido es que la batalla contra la crisis económica está siendo “liderada” con sus decisiones, por los mismos burócratas que los han causado, que rotan de un cargo a otro, por aquellos que decían que la inflación era coyuntural y teníamos “grandes fortalezas” macroeconómicas, bla, bla, bla. Ahora estos son los que dicen que nos van a sacar del barro al que nos ha metido. Pero no dicen cómo ni cuándo. De sus decisiones dependen la economía macro, de las tuyas depende tu economía. Esta es la clave y debes entenderlo.