La derecha usó la violencia para intentar generar vacío de poder
En noviembre de 2019, cuando se movilizaron grupos paramilitares y parapoliciales, el objetivo final era lograr un vacío de poder, fin que no fue concretado inmediatamente porque los sectores golpistas pretendían que el Estado se quede sin ninguna autoridad legal para asumir el poder, por ello coaccionaron a varios parlamentarios, gobernadores y ministros para que renuncien, amenazándoles con matar a sus familiares o quemar sus propiedades.
El ministro de Minería del gobierno del entonces presidente Evo Morales, César Navarro, fue una de las autoridades que tuvo que renunciar, coaccionado por los grupos parapoliciales y paramilitares que lo amenazaron con asesinar a su sobrino y quemar su vivienda.
A casi dos años de estos hechos, Navarro analiza lo sucedido y señala que ninguna de las renuncias de autoridades en los días previos al golpe de Estado fue voluntaria y pone como ejemplo la situación que a él le tocó vivir y que se replicó con varios parlamentarios, ministros y autoridades subnacionales.
“Mi renuncia fue motivada por el intento de asesinato a mi sobrino y la amenaza de la destrucción de mi casa. Mi sobrino logró huir, pero quemaron mi casa, señaló.
Navarro asegura que el propósito de estos grupos, liderados por el exdirigente cívico Fernando Camacho, era no solo lograr un vacío de poder, obligando a autoridades a renunciar, sino, apuntaban a “asumir el poder ante la generalización de la renuncia”.
Y como evidencia de ello Navarro recuerda que el 10 de noviembre de 2019, a las 09.00, Camacho llamó a una conferencia de prensa en el bunker que instaló en la zona Sur de La Paz, donde planteó la organización de un “gobierno de notables”.
“Él pidió las renuncias de los parlamentarios, de los miembros del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), del Tribunal Supremo Electoral (TSE), del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP). Camacho quería la destitución de todo el Estado para tener el control y gobernar mediante ´ciudadanos notables`”, señaló.
La exdirectora de la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF) Teresa Morales recordó que Navarro estaba sumido en un profundo dolor y desesperación por todo lo que tuvo que vivir su familia.
“Era conmovedor ver a los compañeros sufrir, César Navarro lloraba por lo que tuvo que vivir su familia; Víctor Borda lloraba sobre todo por su hermano. Me cuentan que Adriana Salvatierra también lloraba por sus papás que estaban en Santa Cruz. De esa manera forzaron las renuncias de las autoridades, tuvieron que hacerlo por esa presión”, contó.
Morales calificó como “cinismo enorme” el argumento de la derecha de que se produjo un vacío de poder debido a esas renuncias, pese a que en realidad fueron los golpistas quienes “quisieron crear un vacío de poder, tomando de rehenes a los parientes, amenazando a los parientes, amenazando con quemar las casas”, afirmó.