Uruguay | Familiares de desaparecidos y organismos de DDHH realizan la 27ª Marcha del Silencio

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Este viernes 20 de mayo se realiza la 27ª Marcha del Silencio bajo la consigna: “¿Dónde están? La verdad sigue secuestrada. Es responsabilidad del Estado”

La Asociación de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos convoca a participar de la 27ª Marcha del Silencio que en Montevideo comenzará a la 19:00 horas desde Rivera y Jackson hacia la Plaza Libertad, bajo la consigna: “¿Dónde están? La verdad sigue secuestrada. Es responsabilidad del Estado”. También se realizará en distintas ciudades del interior y del exterior del país.

Este viernes se realizará una nueva Marcha del Silencio, retornando a la presencialidad. La fecha recuerda los asesinatos de Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz, William Whitelaw y Rosario Barredo, y la desaparición de Manuel Liberoff, en Buenos Aires, y a los casi 197 uruguayos desaparecidos.

En tal sentido, la Asociación Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos expresa que son los tres poderes del Estado los que tienen en sus manos la obligación y la responsabilidad de dar respuestas sobre el destino de los detenidos desaparecidos a mano del terrorismo de Estado.

La Marcha “también es una respuesta a quienes pretenden herir y distraer nuevamente con mentiras la memoria colectiva”.

Declaración

A través de una conferencia de prensa, la Asociación Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos emitió una declaración, cuyo texto íntegro reproducimos a continuación:

“Mañana 20 de mayo, recorreremos las calles nuevamente, caminaremos junto a nuestros familiares detenidos desaparecidos en una nueva Marcha del Silencio. Nuestros, de todos.

Queremos agradecer a todas y todos los que han convertido esta Marcha, a lo largo de estos años, en un hecho tan importante y sentido.

Una expresión profundamente política, no partidaria, intensa, comprometida, de todos.

Juntos hemos construido, una inmensa expresión y reclamo por valores que nos unen y atraviesan como sociedad: el valor de la vida y la libertad, de nunca más dictaduras ni terrorismo de Estado.

El crecimiento de la Marcha por todo el país, ha sido gracias al cuidado y compromiso de innumerables personas. Al trabajo de cada colectivo, sindicato, centro estudiantil, organización, llegando a cada casa, a cada muro; desplegando creatividad y autonomía en actividades de todo tipo, que tienen como eje la memoria sobre el terrorismo de Estado; que durante la pandemia no pudimos materializarla en las calles, como este año haremos, lograron sostener el reclamo de verdad y justicia, y hacerla más visible aún.

Las fotos de nuestros desaparecidos y desaparecidas, que encabezarán la Marcha como siempre, simbolizan los dolores más profundos que vivió nuestra sociedad.

En ellos, en sus cuerpos que las Fuerzas Armadas mantienen secuestrados, está representado todo el padecimiento de una sociedad avasallada por el autoritarismo más atroz.

Junto a ellos está el corazón de nuestras madres, que iniciaron esta lucha, y abrieron una luz en la oscuridad de la impunidad, reclamando Verdad y Justicia, para esclarecer su destino, ¿Dónde están?

Son los tres poderes del Estado los que tienen en sus manos la obligación y la responsabilidad de darnos esas respuestas. Ese es nuestro primer reclamo.

Fue el Estado el que decidió y cometió estos crímenes.

El que los mantiene ocultos hasta hoy, permitiendo que ese crimen se siga cometiendo.

Como no hemos dejado de denunciar: la información detallada de todas las operaciones de las Fuerzas Armadas, brazo ejecutor del terrorismo de Estado, las siguen teniendo en su poder, en sus archivos clasificados, al que seguramente sólo acceden algunos oficiales superiores y sus altos mandos.

La que puede y debe exigir el presidente de la República y ministro de Defensa, mandos superiores de las Fuerzas Armadas, subordinadas al poder democrático.

Todas estas acciones, fueron realizadas por agentes del Estado, o con su apoyo. Desde nuestro primer desaparecido por el Escuadrón de la Muerte en el año 1971 hasta el último de nuestra lista en 1982.

Las pruebas de las acciones de las Fuerzas Armadas y policiales, o de particulares a su servicio, en Uruguay, Argentina y la región, existen; y son de dominio público. También las que demuestran que una cantidad innumerable de ellos fueron trasladados al Uruguay, como en el 2° vuelo de la muerte de la Operación Cóndor, declarado por el comandante de la Fuerza Aérea, Enrique Bonelli. El nacimiento de la hija de María Claudia y el traslado de tantos sobrevivientes.

En esta fecha que recuerda el horror del accionar terrorista del Estado, con los asesinatos de Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz, William Whitelaw y Rosario Barredo, así como el secuestro de sus tres pequeños hijos que el abuelo logra recuperar un mes después, y la desaparición de Manuel Liberoff, en Buenos Aires, la Marcha, también es una respuesta a quienes pretenden herir y distraer nuevamente con mentiras la memoria colectiva.

Ya lo vivimos. Por años nos cubrieron de silencio, de falsedades, de tergiversaciones, que fuimos enfrentando, disputando, esclareciendo. Toda esa información se complementó con juicios, investigaciones académicas y documentos de sus propios archivos.

No vamos a volver atrás en esta discusión.

¡No hubo dos demonios! Quien viola los Derechos Humanos es el Estado.

Nuestra respuesta está en esta inmensa ola de memoria activa.

Estos ataques que se dan hoy principalmente desde el partido militar, que utiliza al Parlamento para hacer campaña anti democrática, validar las acciones del terrorismo de Estado y el “servicio a la patria” que nos hicieron.

Con gran coherencia, persigue objetivos concretos: atacar a la Fiscalía Especializada sobre Violaciones a los Derechos Humanos, intentar una Ley de prisión domiciliaria para militares, policías y civiles, asesinos, torturadores y ‘desaparecedores’. Y hasta reflotar la infame Ley de Caducidad. Nada es novedoso, pero sí es muy grave.

También sostiene una campaña para bloquear o eliminar la Institución Nacional de Derechos Humanos, por la que tanto ha luchado la sociedad civil y sus organizaciones, entre quienes nos contamos.

Reivindicaremos cada vez, que sus directores, deben ser propuestos por la sociedad civil, destacando su idoneidad y compromiso para tan importante función, sin importar a qué partido voten. Así propusimos nuestros candidatos que han honrado esa distinción con su trabajo, y lo seguiremos haciendo.

Este día, la memoria de los desaparecidos, nos recuerda también a dónde nos llevó el camino del autoritarismo. Hoy otra vez, este discurso avanza y vuelve a poner en peligro nuestra convivencia.

El Estado ha sido insuficiente y omiso en esta defensa. Entregó por años la Justicia al poder de la impunidad. Esa Justicia frágil, también va abriendo un camino con las últimas sentencias, con el trabajo de la Fiscalía Especializada, pero tampoco es suficiente. Tenemos una nueva sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, cuando aún la de 2012 no terminó de cumplirse, que vuelve a señalar los debes profundos del Estado uruguayo con la verdad, la investigación, las garantías de una justicia que no admita más dilaciones a los delitos de Lesa Humanidad, que siguen horadando nuestra sociedad.

Estas marchas, que se replican por todo el país, son un lugar de lucha que hemos ido conquistando palmo a palmo con mucha humildad, pero con la firme determinación de enfrentar la impunidad en todas sus formas, sustituyéndola por los valores éticos y la dignidad que supieron cultivar nuestras madres fundadoras, restablecer la verdad e intentar que se haga justicia. Donde todos, sin distinción partidaria ni diferencia de edad, en cada Presente contra la impunidad y por el Nunca Más, abrimos la esperanza de una sociedad más justa, libre y solidaria.

Por verdad, memoria y justicia. En los muros de la ciudad.

Convocamos entonces a desbordar las calles, los muros y parques de fotos y margaritas y a acompañarnos en una inmensa manifestación que grite en cada presente.

La Red 21

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