Brasil | Alckmin para hoy ¿Hambre para mañana? – Por Erika Gimenez y Ana Dagorret
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
A cinco meses de la elección para presidente más importante de los últimos años en Brasil, la fórmula presidencial que pareciera quedarse con la victoria es la que encabezan el ex presidente Lula Da Silva y el ex gobernador de San Pablo Geraldo Alckmin. El acuerdo para incorporar a Alckmin genera gran resistencia dentro de la izquierda brasileña, debido a su pasado como opositor y por lo que podría significar su participación en un nuevo gobierno de Lula.
Pero, ¿Quién es el actual candidato a vice de la fórmula favorita? Geraldo Alckmin es oriundo de la ciudad de Pindamonhangaba, en el interior del estado de San Pablo. Formado en medicina, comenzó su carrera política como concejal en su ciudad natal de la cual se convirtió en alcalde en 1977, siendo entonces el más joven de Brasil con 24 años de edad. En ese momento Alckmin era parte del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), partido opositor a la dictadura militar que gobernaba desde 1964. Tras dejar el cargo de alcalde en 1982, fue elegido diputado estadual y, posteriormente con el inicio de la democracia en 1985, logró ser diputado federal.
En 1987 Alckmin participó de la Asamblea Nacional Constituyente, en la cual también participó Lula. Allí ambos diputados ya mostraban sus diferencias ideológicas. En relación a la cuestión del fin a la estabilidad del empleo, Alckmin se manifestaba a favor. En tanto, en cuestiones como la nacionalización del petróleo y la reducción de la jornada laboral, el diputado Alckmin se posicionó en contra.
En 1988, con el surgimiento de disidencias dentro del PMDB, Alckmin participó en la creación del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), del cual llegó a ser presidente de bloque en el Congreso.
Ya en 1994 Alckmin llegó a ser vicegobernador de San Pablo en la fórmula que encabezaba Mario Covas, uno de los fundadores y principales referentes del PSDB. En ese año se inicia el ciclo de gobiernos de este partido en el Estado, momento en el cual comienzan las privatizaciones a nivel nacional con el entonces presidente Fernando Henrique Cardoso y también a nivel estadual. En ese aspecto, Alckmin fue fundamental ya que estuvo al frente del Programa Estadual de Desestatización.
En 1998 la fórmula Covas-A Alckmin volvió a ganar la gobernación de San Pablo. En 2001, tras la muerte de Covas, Alckmin asume como gobernador y disputa con el Partido de los Trabajadores el gobierno de San Pablo en 2002, consiguiendo la victoria en segunda vuelta y consolidando el dominio del PSDB en el estado que aglomera el 21% de los electores del país.
Ejerciendo el mandato de gobernador, Alckmin disputó la presidencia en 2006 contra Lula en medio de un escándalo conocido como mensalão por el cual desde la prensa del país se apostaba que el candidato del PT no alcanzaría la reelección. El mismo consistía en el pago de mensualidades a miembros del Congreso a cambio de que estos legislaran a favor de las medidas impulsadas por el Ejecutivo, una práctica habitual en la política brasileña pero que en su momento fue apuntada como maniobra de corrupción de la gestión de Lula.
De duro adversario a aliado estratégico
Ya en 2010 Alckmin se presenta nuevamente como candidato a gobernador de San Pablo y gana la elección en primera vuelta con el 50,63% de los votos, logrando gran popularidad en uno de los Estados más importantes de Brasil. Sin embargo, se enfrentó varios reclamos de la ciudadanía, como los bajos salarios docentes o las protestas por el precio del transporte y la calidad de los servicios públicos que en 2013 se iban a trasladar a varios puntos del país.
Las protestas que comenzaron en 2013 terminaron por perjudicar principalmente al PT, que entonces gobernaba en la ciudad de San Pablo, con Fernando Haddad y a nivel nacional, con Dilma Rousseff. Esta situación no le afectó a Alckmin, quien fue reelecto como gobernador en 2014 con el 57,31% de los votos. En esa misma elección, Dilma ganaría en segunda vuelta por apenas tres puntos sobre Aécio Neves, del PSDB.
Tras haber logrado la reelección, en 2016 se dio a conocer uno de los escándalos de corrupción conocido como “mafia de las meriendas”, un caso de malversación de fondos públicos que afectó a escuelas de al menos 22 municipios en el estado gobernado por Alckmin. Aún así, el proceso judicial nunca afectó de manera directa al entonces gobernador debido al blindaje mediático del cual gozan los miembros del PSDB.
Desde la Operación Lava Jato, los casos de corrupción eran muy sensibles para la población. A la cuestión de las meriendas se le suma un nuevo caso de pago de coimas para la construcción de estaciones de subte y rutas en el Estado de San Pablo.
Las causas de corrupción quedaron en la nada y Alckmin se lanzó en 2018 a la presidencia con un discurso en contra del PT, acentuando los hechos que involucraron a miembros del partido y con un apoyo firme al impeachment contra Dilma Rousseff. Sobre Lula, en un recordado discurso decía lo siguiente: “Después de haber quebrado al país, Lula dice que quiere volver al poder. Es decir, él quiere volver a la escena del crimen. Nosotros lo derrotaremos en las urnas. Lula será condenado en las urnas por la mayor recesión de la historia”.
En las elecciones de 2018 en las que ganó Jair Bolsonaro, el PSDB de la mano de Alckmin obtuvo el peor resultado de su historia en las presidenciales con un 4,76% de los votos. El partido que aglutinaba el voto contra la izquierda fue desbancado por Bolsonaro, quien supo capitalizar el descontento de la población con la política tradicional.
Con un resultado desastroso para el partido, Geraldo Alckmin perdió fuerza dentro del PSDB y, con ello, la posibilidad de postularse nuevamente para gobernador de San Pablo en 2022.
Debido a esta situación, Alckmin decidió salir del PSDB y se afilió al Partido Socialista Brasileño (PSB), que ya venía negociando con el PT la fórmula para este 2022. Alckmin declaró: «El tiempo del cambio ha llegado. Después de mucho conversar decidí caminar con el Partido Socialista Brasileño. El momento exige grandeza política, espíritu público y unión».
A cinco meses de la elección, la fórmula Lula Alckmin se presenta como favorita para ocupar Brasilia a partir de 2023. Si bien el nombre de Lula tiene peso político propio y Alckmin no aporta un caudal importante de votos, la inclusión del ex PSDB tendría como objetivo garantizar la gobernabilidad. La duda está en si la misma será capaz de llevar adelante un proyecto más inclusivo, como propone el ex presidente Lula, o si el gobierno comenzará condicionado por los intereses que representa el propio candidato a la vicepresidencia.