Haití | Se registraron 225 secuestros en los primeros tres meses del año

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Crisis de secuestros en Haití se agudiza en 2022

Los secuestros en Haití se han disparado en los primeros meses de 2022, manteniendo la atroz tendencia observada a lo largo de 2021. Este flagelo se debe en gran medida a la crisis económica del país que impide que las pandillas obtengan ingresos con otras actividades.

De enero a marzo de 2022, se registraron 225 secuestros en Haití, lo que equivale a un incremento del 58 por ciento con respecto a los 142 casos del mismo periodo del año anterior, según un nuevo informe del Centro para el Análisis y la Investigación sobre Derechos Humanos con sede en ese país (Centre d’analyse et de recherche en droits de l’homme, CARDH).

El informe ofreció un desglose geográfico detallado de puntos álgidos de secuestro y los actores responsables. Identificó a la pandilla de Grand Ravine, que opera en la capital Puerto Príncipe, como principal culpable, y afirma que la pandilla y sus aliados “secuestran a su antojo” en muchos barrios y asentamientos informales en toda la ciudad.

El suburbio de Croix-des-Bouquets al norte de Puerto Príncipe –epicentro del secuestro, donde fueron raptados 17 misioneros el año pasado– tuvo una reducción de esta actividad delictiva. Entre julio y diciembre de 2021, 400 Mawozo, la pandilla que controla Croix-des-Bouquets y que se llevó a los religiosos, fue responsable del 60 por ciento de los secuestros en todo el país. De enero a marzo, esta cifra había bajado a menos del 20 por ciento. El CARDH atribuyó el fenómeno a la muerte de varios miembros por parte de las autoridades y a que muchos otros huyeron de la zona.

El informe también señaló que este año ha habido menos secuestros de extranjeros que el año anterior, aunque como lo señaló InSight Crime, es muy probable que esto se deba a la suspensión de operaciones de la mayoría de organizaciones y fundaciones benéficas internacionales en Haití.

Aunque los secuestros han azotado a Haití durante años, el poder y la impunidad de las pandillas ha exhibido un marcado crecimiento desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021. La influencia de los líderes pandilleros en las decisiones de gobierno en Haití se hizo tan evidente que, en 2021, InSight Crime designó como Ganador Criminal del año a la figura con mayor poder en el hampa haitiano, Jimmy Chérizier, alias “Barbecue”.

Análisis de InSight Crime

Las relaciones de las pandillas con las élites políticas y empresariales de Haití están en el centro de esta crisis de secuestros.

Los aliados de Jovenel Moïse, el presidente asesinado, tenían una relación comercial con la G9 y Familia (G9 an fanmi), confederación de pandillas de Puerto Príncipe, liderada por Chérizier. Un informe de la Clínica Internacional de Derechos Humanos de la Escuela de Derecho de la Universidad de Harvard reveló que el gobierno de Moïse desvió dinero, armas, uniformes y vehículos hacia pandillas como la G9, a cambio de que estos reprimieran a sus opositores políticos, muchas veces de manera brutal, y mantuvieran el orden en barrios marginados.

Con la muerte de Moïse se agotó esa fuente de financiación. En julio de 2021, el mes del magnicidio presidencial, Haití registró 31 secuestros. Esa cifra subió de inmediato a 73, 117 y 140 abducciones en los meses de agosto, septiembre y octubre, respectivamente, según el informe del CARDH.

Las pandillas han explorado otras formas de generación de ingresos. Los rescates por miles de millones de dólares exigidos por los 400 Mawozo sobre los misioneros secuestrados fue una de ellas. Quienes tienen la influencia y los recursos para hacerlo, como la G9, han sido más ambiciosos. Chérizier paralizó el país al bloquear el acceso a las terminales de hidrocarburos, provocando una crisis de combustible.

Pero para otras, el colapso de algunos comercios ha acabado con los pagos extorsivos y la salida de las organizaciones extranjeras los ha dejado sin blancos más lucrativos. Los haitianos promedio están pagando el costo. Según el CARDH, los objetivos de secuestro más comunes son ahora abogados y médicos, funcionarios oficiales y dueños de pequeños negocios.

InSight Crime

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