UNQ | Estudio argentino evidencia que la tercera dosis es clave para enfrentar a Ómicron

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Por Luciana Mazzini Puga, Licenciada en Comunicación Social e Investigadora de ficciones televisivas (UNQ)

Un estudio de científicos y científicas argentinas publicado en la revista internacional “The Lancet Infectious Diseases”, confirma que es necesario aplicar una tercera dosis de la vacuna contra el Covid-19 para generar una respuesta inmunológica elevada contra la variante Ómicron. Se llegó a este resultado a partir del análisis, durante un año, de la respuesta inmune inducida por la vacuna Sputnik V en cien voluntarios. La investigación fue realizada por científicos del Conicet, del Instituto Leloir y del Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA (INBIRS), en conjunto con el ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires. Entre sus autores, se encuentran Andrea Gamarnik y Jorge Geffner que conversaron con la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.

El equipo de investigación demostró que la inmunidad generada por las dos dosis de vacunación contra Ómicron no es tan potente. Transcurridos los seis meses, se registra una caída significativa de la capacidad de los anticuerpos para hacer frente a esta variante. Andrea Gamarnik, líder del estudio y jefa del Laboratorio de Virología Molecular del Instituto Leloir, afirmó: “Ómicron es una variante del coronavirus con una gran cantidad de mutaciones en relación a la original de Wuhan (China). Muchos de estos cambios se encuentran en la proteína de la cubierta del virus llamada spike. Los anticuerpos que generan las vacunas reconocen muy bien la proteína de la cepa original porque es la que administran, pero no tan bien a la que sufrió muchos cambios, en este caso la Ómicron”, describe la investigadora del Conicet. Luego agrega: “Por este motivo, los anticuerpos generados por todas las vacunas que se están usando hasta ahora no neutralizan o bloquean tan bien a la variante Ómicron”.

Este artículo se difunde en momentos en que el ritmo de inoculación se ralentiza: aunque Argentina inmunizó al 80 por ciento de la población con dos dosis, solo el 40 por ciento recibió la tercera. La investigación comenzó hace un año con el inicio de la vacunación masiva en Argentina; y el equipo científico analizó durante ese lapso las muestras de sangre de cien voluntarios vacunados con las dos dosis de la Sputnik V. Los especialistas realizaron un seguimiento periódico del nivel de anticuerpos presentes contra SARS-CoV-2, mediante el test Covidar IgG desarrollado por el Conicet. Además, a través de cultivos virales, realizaron mediciones para evaluar la capacidad de los sueros de los voluntarios que buscan impedir la infección de la variante original de Covid-19 y también de la variante Ómicron. Si bien las muestras de sangre exhibieron una presencia de altos niveles de anticuerpos dirigidos contra la variante original tras la aplicación de las dos dosis de Sputnik V, el equipo científico observó una caída dramática en la capacidad neutralizantes frente a Ómicron.

Los anticuerpos generados por las dos dosis de la vacuna Sputnik V disminuyen notoriamente luego de los seis meses. Crédito: The Lancet

orge Geffner, el otro referente del trabajo e investigador del Conicet en el INBIRS, relató que “Ómicron sufrió cincuenta mutaciones, lo que la hace muchísimo más contagiosa y tiene una gran capacidad para evadir la acción protectora de las vacunas”. Además, el científico afirma que la tasa de letalidad actual de Ómicron es comparable a la del virus Influenza (que causa la gripe) pero aclara: “Hace dos meses, era otra cosa. Ómicron llegó e hizo un despelote en todos los países del mundo, por ejemplo, en Estados Unidos esta variante mató más gente en un mes que la gripe en todo un año. Eso cambió porque mucha gente está vacunada hasta con tercera dosis incluida y también porque gran parte de la población ya se contagió y desarrolló anticuerpos”.

Ómicron surgió en el continente africano, donde más del 80 por ciento de la población no ha recibido ni una dosis. En este sentido, Geffner manifiesta que “mientras no haya un acceso equitativo a las vacunas, es muy probable que las nuevas variantes que surjan sean de mucha preocupación, cuyo alcance no podemos predecir”. En coincidencia, Gamarnik resalta la importancia de la salud pública en todo el mundo y la disponibilidad de vacunas. “Es muy posible que se diseñen y se produzcan vacunas de nueva generación teniendo en cuenta los componentes de las variantes que circulen” explica la científica, y remata: “Si no hay vacunas para todos, seguirá habiendo pandemia para todos”.

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