Castillo y el rechazo a su destitución: el impacto en el gobierno y en el Congreso

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Pedro Castillo y la rechazada moción de vacancia: el impacto político en el Gobierno y el Congreso

El rechazo a que se debata la moción de vacancia contra el presidente Pedro Castillo por permanente incapacidad moral implica que el mandatario no acuda al pleno del Congreso para responder por los serios cuestionamientos contra su gobierno. Para que ello ocurriese, se requerían 52 votos, pero la iniciativa alcanzó finalmente 46 adhesiones, 75 posturas en contra y 4 abstenciones.

Fueron claves las posiciones adoptadas por bancadas como Alianza para el Progreso (APP), donde la mayoría —salvo Roberto Chiabra y Gladys Echaíz— votó en contra; así como las de Acción Popular y Somos Perú, que votaron en bloque oponiéndose a la medida. En el caso de Podemos Perú, solo Carlos Anderson se expresó a favor, mientras que los otros cuatro miembros de dicha agrupación se abstuvieron.

La sesión del martes contó también con el voto en contra de dos congresistas que son ministros: Betssy Chávez (Perú Libre), titular de Trabajo; y Roberto Sánchez Palomino (Juntos por el Perú), cabeza del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo.

La oposición solo alcanzó cohesión en el bloque de derecha conformado por Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza País. Entre los cuestionamientos estaban las presuntas presiones del Ejecutivo para ascensos en las Fuerzas Armadas y las reuniones que el mandatario tuvo en una vivienda de Breña y no transparentó, aunque este último tema no estuvo incluido en el texto de la moción.

Pasado el trance de la votación y todo lo que implicó, los politólogos Gonzalo Banda y Gabriela Vega, así como el analista político Jeffrey Radzinsky, analizan el impacto del resultado. ¿Quién gana, quién pierde?

El Parlamento no alcanzó los 52 votos requeridos.
1. ¿Cuán debilitado o fortalecido queda el presidente y su gobierno con el resultado de la votación?
Banda: Siempre, una moción de vacancia termina por debilitar al gobierno a largo plazo. Lo vimos en el caso de Pedro Pablo Kuczynski y Martín Vizcarra. En un sentido, se acostumbra a la opinión pública a tener una posición sobre ese tema. Pasa a estar en una futura agenda, se establece como una posibilidad real y ya no tanto como una amenaza, lo cual podría facilitar algún futuro intento de vacancia. Pero las condiciones en las que se dio este proceso de vacancia son especiales, Castillo estaba alejándose de su núcleo partidario, tenía cada vez más enemigos, problemas en varios frentes, nombramientos polémicos. Ahora aparece rodeado de sus partidarios y a ello se agregan algunos otros operadores políticos en Alianza para el Progreso y Acción Popular. Entonces, un panorama que era complejo se revierte en términos de circunstancias, porque las circunstancias han hecho que la opinión pública llegara a procesar que este proceso de vacancia no iba a ser bien recibido e iba a tener muchos costos políticos. Ha terminado fortaleciendo por ahora al presidente, aunque en el largo plazo pueda debilitarlo.

Vega: En definitiva es una derrota para la oposición y, sin embargo, para hablar de una victoria del Gobierno sí creo que es necesario poner sobre la mesa lo precaria que es. Sí, la oposición no logró ampliarse más allá del núcleo duro (Avanza País, Renovación Popular, Fuerza Popular y 3 parlamentarios disidentes), pero no hay nada que impida que un nuevo intento de vacancia se repita. Los votos y la vocación para presentarla están (y solo faltan 6 para poder admitirla a debate). Pero además, el gobierno sigue perdiendo popularidad y continúa dando razones para, aún no respaldando el reciente intento de vacancia, mantener a la ciudadanía crítica sobre su desempeño, decisiones y entorno cercano.

Radzinsky: El debilitado presidente Castillo se ha fortalecido. Era un liderazgo endeble, que venía en caída no solo por una mayor desaprobación ciudadana medida en distintos estudios de opinión, sino también por falta de cohesión en el oficialismo, cambios reiterados de ministros, dos Gabinetes en cuatro meses. Este fue un incipiente proceso de vacancia, fue poco atendido por la mayoría ciudadana. Ha sido una votación que apostaría a que fue poco interesante o atendida por millones de peruanos. Sigue claro que si bien puede haber una discusión muy grande entre las decisiones del gobierno o la relación con el Congreso, la mayoría ciudadana está en otra. El presidente tiene una nueva oportunidad —y las oportunidades se van acabando— de replantear. Esta mayor cercanía con Acción Popular y APP, que respaldaron la confianza a los dos Gabinetes, le dan una posibilidad más centrista, que es un espacio en el que puede ganar más que pegado a Perú Libre, porque le permite más líneas de acción. Perú Libre demostró que en cualquier momento lo puede dejar de respaldar, se fracturó la bancada en el voto de confianza para Mirtha Vásquez.

2. ¿Debería el presidente hacer cambios en su actitud y gestión?
Banda: Una interpretación inadecuada sería que el presidente crea que esta bala que ha esquivado lo deja fortalecido en el largo plazo. Tal vez en el corto plazo, sí, porque revela el carácter de una oposición —mediática fundamentalmente— bien torpe, estéril. Pero en el largo plazo, sabe que tener una bancada dividida e intentos de vacancia anteriores hacen que el juego para los diferentes actores políticos ya no sea tan costoso. El presidente tiene que cambiar sus formas, estilos de comunicación, porque está dejando todo un vacío, que es aprovechado por sus opositores. También es cierto que tiene que cambiar su estilo de aproximación a la gestión pública. Las acusaciones al presidente Castillo son formalmente bastante sustanciosas en algunos casos y significaría que tiene que enmendar un poco. La gente no lo está castigando por la radicalidad de sus propuestas o ser de izquierda, sino fundamentalmente porque revela un entorno de denuncias, corrupción y eso es algo que tiene que enmendar en el corto plazo.

Vega: Sin duda, el presidente Pedro Castillo debería tomar acciones para revertir no solo su posición en este juego de poder, sino su respuesta a la ciudadanía y enmienda de decisiones y nombramientos. Faltas de ética, responsabilidad, transparencia y comunicación, pero también acciones que minan reformas sobre las que descansan derechos fundamentales, como educación, transporte y otros. Estos cambios son necesarios para sostener su gobierno, para recuperar o mantener el respaldo de la población, pero sobre todo para el destino del país que está en manos suyas y de su equipo.

Radzinsky: Uno de los puntos más criticados son las pésimas designaciones de funcionarios. La gente no sabe exactamente quién es el ministro o en qué sector fue el último escándalo, pero lo que sí percibe es que hay muchas designaciones mal formuladas, con gente sin la mínima capacidad para el cargo, que hay escándalos de corrupción, lo del MTC es lo más escandaloso. El presidente debería hacer unos cambios que incluyan al Gabinete, pero que trasciendan a él. Lo de Essalud es un escándalo también, respecto de designaciones. Tiene que tener una bandera gubernamental, en más de cuatro meses no ha podido centrar un eje prioritario. Trató de hacerlo con la renegociación de Camisea, pero no hay nada concreto; con la segunda reforma agraria, tampoco; con la bandera de lucha contra la corrupción, pero rápidamente hubo escándalos, incluyendo el del exsecretario general de Palacio y reuniones clandestinas. Tiene que haber por lo menos una bandera, y no la hay. Hay una desaprobación, pero eso no implica que esa mayoría pretenda la vacancia. Pero a medida que la desaprobación aumenta hay más espacio para no objetar esa vacancia presidencial. Pero la mayoría ciudadana no la tiene como prioridad, sí lo es la mejora en el empleo y los ingresos, la educación presencial con un mejor nivel.

3. ¿Qué imagen deja el Congreso tras los bloques vistos en la votación?
Banda: Los costos políticos de ir por la vacancia hace una semana eran bastante bajos, había muchos estímulos. Este Congreso de la República, en términos prácticos, ha hecho sus cálculos y se dio cuenta de que no le era rentable políticamente ir por una vacancia en la mayoría de los casos. Deja en bastante descolocación al ala de oposición más radical que tiene el presidente Castillo, en una posición bastante incómoda. Pero todo eso es muy a corto plazo, porque a mediano y largo plazo las condiciones sociales del Perú son inestables. Muchos sostienen la teoría de que los políticos del Congreso sin inexpertos, a mí me parece que Acción Popular y Alianza para el Progreso son bastante experimentados. Saben bien que hay situaciones en las que pueden volver a ser ese voto determinante en situaciones de riesgo.

Vega: Creo que es la foto que ya teníamos sobre la oposición: tres agrupaciones que se mantienen firmes opuestas al gobierno no solo por su desempeño, sino por su mera existencia: el rechazo a Pedro Castillo en la presidencia y a un gobierno de izquierda en el Ejecutivo independientemente de su performance. Por otro lado, un Perú Libre y Juntos por el Perú, que ante la emergencia, definen su postura de entero respaldo frente a la vacancia. Y por último, el resto de partidos considerando —cada vez, de acuerdo a cómo se van desarrollando los movimientos y nueva información disponible— su rechazo a la moción pero criticismo sobre la gestión. Creo que es importante recalcar que la constante en nuestro sistema fragmentado y sin representatividad es la variabilidad. Esta es una foto, no es adecuado proyectar lo visto el martes como respaldos invariables y sostenidos en el mediano plazo. Para lograr la admisión, eran necesarios solo 6 votos más de los alcanzados, con lo cual decir que era imposible de alcanzar sería bastante atrevido. Lo cierto es que el movimiento de expectativas alrededor de la potencial vinculación directa del presidente a actos de corrupción y su posterior frustración al no encontrarse pruebas que sustenten tales afirmaciones levantaron el costo de sumarse a la moción de vacancia.

Radzinsky: El Congreso tiene una desaprobación y desprestigio grande. Hay mucho rechazo al presidente, pero los encargados de zanjar ese rechazo son igual o más rechazados de cara a la ciudadanía. APP está a la derecha, y entre Perú Libre y APP hay un espectro enorme. Siguen siendo bloques poco predecibles, porque son poco institucionales, ni si quiera las bancadas tienen prioridades de acción, hay que fijarse en los proyectos que presentan, en lo que pasó con el ministro de Transportes, a la interpelación faltaron un montón. Hablan de que quieren ser duros con el gobierno, ¿y por qué no han censurado a ministros? Al final, mucho ruido, mucho discurso airado, pero parece más un objetivo de sacar al presidente que fiscalizar una gestión gubernamental. La falta de liderazgo opositor debilitó esa votación, que quedó estrecha. ¿Quién es el líder opositor en el Parlamento? Fuera del Parlamento tampoco queda claro. Algunos están tratando de posicionarse, pero no pueden ni cohesionar a sus bancadas.

4. Perú Libre votó en bloque, ¿puede ser una coincidencia pasajera?
Banda: El costo político de que vacaran al presidente Pedro Castillo, para Vladimir Cerrón, era muy grueso. Entre salir del poder y quedarse con el poder en el corto plazo, le convenía quedarse con el poder por ahora. ¿Pero a cambio de qué? Hay que entender que en toda conversación política —y el presidente Castillo lo ha demostrado—, tiende a recompensar políticamente a sus aliados. Castillo entiende la política de esa manera: cuotas de poder, participación en algún ministerio. Cerrón seguramente ha visto sus cálculos, ha visto las elecciones 2022 a la vuelta de la esquina y se ha dado cuenta de que era muy costoso para ellos de cara a las elecciones regionales, porque los iba a dejar debilitados. Es mejor tener a un presidente de la República y correr a una elección que ir sin esa marca presidencial. Es un ejercicio de poder. También funciona para congresistas de otras bancadas. Alianza para el Progreso y Acción Popular, que tienen importantes cuotas de poder regionales, también seguramente han pensando en esos cálculos políticos de cara a las elecciones regionales del 2022.

Vega: Coincidencia no es. Es un acuerdo y una decisión consciente de sus líderes y miembros. Acuerdo permanente, tampoco. La constante en nuestro sistema fragmentado y sin representatividad, es la variabilidad. Esta es una foto, no es adecuado proyectar lo visto ayer como respaldos invariables y sostenidos en el mediano plazo. Como en otras bancadas, en Perú Libre conviven distintos liderazgos y su trabajo como bloque no debe ser asumido como constante. En tanto cambien las circunstancias, agendas, costos y beneficios, cada actor evaluará su posición. El comportamiento de cada una de las facciones no puede predecirse, el tablero cambia constantemente.

Radzinsky: Perú Libre está fraccionado desde su propia composición. Y se plasmó eso en la votación de confianza a Mirtha Vásquez. Tiene un bloque alineado con Vladimir Cerrón, un segundo con los maestros y Pedro Castillo y un tercer bloque pequeño, y se juntan para algunas cuestiones. Pero es una falta de cohesión evidente. Perú Libre votó en bloque porque no les conviene la vacancia, pero programáticamente tampoco pueden coordinar y tener una agenda. El solo hecho de cuestionarnos si la bancada oficialista va a votar a favor o no del presidente, ya demuéstralo endeble que es. Eso, en cualquier democracia desarrollada, se presume.

5. El presidente dijo que seguirá dialogando con los partidos, ¿es garantía para que pare la polarización?
Banda: Creo que es algo positivo para él y para el país en la medida de que de esas negociaciones no surja nada irregular. En el radar de todos los partidos está la elección nacional de acá a un tiempo. Que el presidente empiece a dialogar también significa que al sistema que está pensado para activar bombas cada cinco segundos se le baje un cambio, y haya algún tipo de diálogo y gobernabilidad en el Perú. Ya se ha generado el consenso —tanto en el Parlamento como en algunos actores económicos— de que vacar a Castillo podría ser más costoso para el país. El presidente tiene una oportunidad, no es tan grande, su condición sigue siendo muy precaria, pero se abre una ventana para que él pueda tener otra vez un espacio de diálogo. Él ya tenía esas ventanas y las ha desaprovechado en otras ocasiones. Como entiende la política, diría que no va a ser muy fácil para él cambiar ese hábito político, pero tiene que hacerlo.

Vega: Si bien la fragmentación y polarización no cambia con reuniones en Palacio de Gobierno, una actitud correcta del presidente —una mezcla de firmeza con humildad— es fundamental para que las otras agrupaciones y liderazgos encuentren vías distintas de vinculación a su gobierno, además del choque o boicot. Este movimiento debe tomarse como una señal de alerta y de que el gobernar a puerta cerrada, sin hablar a la prensa ni a otros actores políticos, debe dejar de ser una opción. Si estos encuentros se convierten en espacios fértiles para alianzas es otra historia. E incluso en ese caso habrá que estar atentos no solo a que finalmente se logren por la gobernabilidad, sino a que estos se hagan en términos que favorezcan a la ciudadanía y bien común, y no a agendas particulares.

Radzinsky: No es garantía para que pare la polarización. Cierta polarización va a seguir en la medida de que no haya liderazgos centristas y que el tablero de protagonistas políticos y de debate público, de ejes programáticos, no cambie. En ese sentido, algo que podría mover el tablero y recomponer la discusión es el devenir de las próximas elecciones municipales y regionales. ¿La nueva organización política que están promoviendo los maestros va a participar, competirá con Perú Libre, qué fricción habrá ahí? ¿Cómo se recomponerá el mapa de gobiernos regionales? El presidente Castillo ganó en toda la sierra, ¿seguirá con ese peso o lo perderá? El presidente busca cercanía con alcaldes y gobernadores, porque tiene endeble el respaldo en el Congreso y se necesitan alianzas políticas para gobernar. Bajar la polarización es cambiar el eje de discusión: ya no hablo de vacancia sí o no, si constituyente sí o no, sino de cómo será la reforma del sistema de salud, un nuevo plan de seguridad ciudadana, por ejemplo.

El Comercio

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