Juan Guaidó: “El peor escenario para Venezuela son unas presidenciales en 2024”

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Inés Santaeulalia y Florantonia Singer

“Yo soy el presidente encargado de Venezuela”. Hasta en seis ocasiones en 45 minutos de entrevista, Juan Guaidó (38 años, La Guaira, Venezuela) recuerda su cargo. Venezuela viene de celebrar elecciones regionales y locales. Se trata de las primeras en cinco años en las que participa la oposición, después de años de boicot electoral. Guaidó, nombrado presidente interino en 2019, con un amplio respaldo internacional, no se implicó en la campaña electoral. Parte de la oposición, sobre todo los líderes exiliados, se manifestaron abiertamente en contra de la participación, hacia la que empujaron desde el país otras cabezas visibles, como Henrique Capriles. El chavismo logró 19 de las 23 gobernaciones posibles, a la espera del resultado oficial en el Estado de Barinas, cuna de Hugo Chávez y que la oposición da por ganada. Un 60% de los venezolanos no acudieron a las urnas.

Guaidó, que atiende de forma virtual a esta entrevista desde Caracas, no se siente interpelado por las críticas desde dentro de la oposición a su gestión, que en estos tres años ha perdido apoyo internacional. Tampoco por el desapego electoral de los venezolanos. En marzo de 2019, era el político mejor valorado del país, con un 61%, frente a un 14% que tenía una visión positiva de Nicolás Maduro. En marzo de este año, Guaidó tenía un 11,4% y Maduro un 12%, según una encuesta de Datanálisis. “El chavismo está en su peor momento”, sostiene. Guaidó dice no escuchar las voces que le piden ceder el liderazgo y está decidido a seguir en su puesto hasta que se celebren unas elecciones justas y libres. “Es mi mandato presidencial y pienso cumplir mi deber”.

Pregunta. Usted mantuvo una posición neutra y un tanto distante ante las elecciones regionales, ¿fue un error que la oposición se presentara?

Respuesta. En Venezuela no hay democracia y lamentablemente son pocos los espacios para movilización y participación que tiene el ciudadano. Una expresión que hubo fue el 60% que no participó y también los que se movilizaron ese día a pesar de los riesgos. Hay que hacer un análisis de lo sucedido el domingo, pero a priori te puedo decir que estamos en una dictadura en Venezuela, que hay que buscar esos espacios de movilización y organización, de ejercicio de la mayoría para buscar una solución, que es la elección presidencial libre y justa que hemos procurado a través de acuerdos, de procesos de negociación, acompañamiento internacional, a través de presión y de protestas.

P. ¿Deberían o no deberían haber concurrido a esa cita?

R. Para mí el resultado deja claro que no hay condiciones, que no podemos darle legitimidad a una dictadura, pero también deja claro que tenemos que buscar espacios de participación. ¿Se le dio legitimidad a Maduro el 21 de noviembre? No. ¿Logramos espacios de movilización? Sí. La crítica constructiva que también debemos hacer es que hay que mejorar la alternativa democrática en Venezuela, hay que buscar espacios de inclusión de todos los sectores. Decir sí o no sería insuficiente, porque estamos en una dictadura señalada por delitos de lesa humanidad y reflejada así en el mundo entero.

P. Y si siguen sin darse las condiciones ¿por qué votar ahora?

R. No es tan sencillo como votar o no votar. Queremos votar, el que arrebata el voto en Venezuela es Maduro. Y a pesar de esas terribles condiciones desiguales e injustas, millones de venezolanos se expresaron también participando en un proceso para retomar un derecho hoy secuestrado en Venezuela. El reto: que ese voto cuente. Es un falso dilema en dictadura decir votar o no votar, el dilema es participar, movilizarse, luchar, poner a los venezolanos y canalizar sus legítimas demandas sociales. Simplificar el problema en Venezuela con solamente hablar de unidad en este momento es insuficiente o desconocería todos los años de lucha de los venezolanos.

P. ¿Su estrategia es continuar por la senda del regreso a la vía electoral?

R. Nosotros nunca nos hemos ido de la vía electoral. Difícilmente podríamos decir que los nicaragüenses se alejaron de la vía electoral, cuando fue Ortega quien encarceló y persiguió a los dirigentes de la alternativa democrática. Eso pasó en Venezuela en 2018, fue Maduro quien secuestró el derecho al voto. [Tenemos que] transformar una elección presidencial en una solución al conflicto. El peor escenario es una presidencial en 2024. Estamos procurando a través de un proceso de negociación adelantarla lo más posible. La próxima elección que haya en Venezuela tiene que ser para salir de Maduro, porque nos la deben desde 2018. Y claro que tenemos que mejorar la unidad, porque estamos en dictadura y van a intentar inhabilitar candidatos, meter presos a lideres políticos, ilegalizar partidos, por eso hay que procurar mejorar las garantías, fortalecer el proceso de negociación en México, que se active la Federación Rusa y los Países Bajos, más allá del grupo que está acompañando. Entonces sí, prepararnos como venezolanos para salir de Maduro y ejercer la mayoría que somos. Y entender que Maduro y su entorno debe decidir cómo llegar a ese proceso. ¿La dictadura qué va a preferir? ¿Seguir hundiendo a su gente o volver al cauce democrático, que es lo que queremos todos los venezolanos?

P. ¿El cambio de estrategia no confunde a los electores?

R. No hay ninguna estrategia, hay una estrategia de enfrentar la dictadura. Nos hemos expresado de muchas maneras: votando, no votando, protestando. Hay que buscar esos espacios de participación. Lo que exigimos los venezolanos es llegar a esa elección presidencial libre y justa lo más pronto posible.

P. ¿En 2019 creía que el proceso sería más rápido?

R. Esperábamos la solución al conflicto, esperábamos lograr sumar esfuerzos, lo que no esperábamos es la crueldad con cual la dictadura se sostuvo en el poder. Maduro está ya en el proceso de la Corte Penal Internacional, está hoy en la misma lista que Milosevic, El Asad u otros dictadores crueles. A eso nos enfrentamos los venezolanos.

P. La abstención y el voto a opciones distintas a la MUD y el chavismo [un millón de votos fueron a otras fuerzas] muestran un hastío hacia el Gobierno, pero también hacia la oposición. ¿Qué responsabilidad asume de eso?

R. Se demuestra también que hay una estafa a la voluntad del electoral. Difícilmente podríamos decir que los votos obtenidos por Acción Democrática, Voluntad Popular o los partidos secuestrados son diferentes [al PSUV]. Hay una estafa muy sofisticada al elector. De personas abiertamente sobornadas o cooptadas, ni siquiera por la dictadura sino por operadores de la dictadura, como el caso de Alex Saab. Aun así, hay que ver cómo revertimos esa cooptación de los partidos, no solamente a través de la negociación, sino de mejorar la unidad, de fortalecer la plataforma unitaria que es el espacio que hoy reúne a la mayor cantidad de partidos de oposición en Venezuela y quien nos representa en México en la negociación.

P. El chavismo propone ahora que estos otros partidos opositores tengan representación en la mesa en México.

R. La dictadura puede poner en su delegación a quien quiera, como pusieron a Alex Saab. Ahora, la alternativa democrática decide quienes son sus representantes.

P. ¿El voto a esas otras fuerzas y estos partidos no son antichavistas?

R. Es un voto que no fue dirigido al régimen, evidentemente. Pero valdría la pena hacer un análisis más profundo de los votos, por ejemplo, a Acción Democrática. Esa tarjeta está lamentablemente judicializada y cooptada. Probablemente un ciudadano que está en Achaguas, muy distante de la capital, ni siquiera se haya enterado de esa estafa. Los líderes que se prestaron con la dictadura para ofrecer sobornos no los considero de ninguna manera opositores, los considero criminales.

P. Henrique Capriles pide la unión de todas las fuerzas no chavistas, ¿cree que es posible?

R. Alguien cooptado por la dictadura, sobornado, no puede ser considerado de la oposición independientemente de las posiciones

P. ¿Qué papel juega usted hoy en Venezuela?

R. Según nuestra Constitución soy el presidente encargado. Encargado de hacer resistencia democrática en una dictadura, y por eso lamentablemente todo mi equipo está exiliado o preso, pero sobre todo de lograr una propuesta política para solucionar este conflicto.

P. ¿Cuál es su función real, no abstracta?

R. Tener interlocución con el mundo, proteger los activos de Venezuela de las garras de la dictadura. Según el artículo 233 de la Constitución, el presidente encargado debe producir una elección libre y justa en Venezuela, una elección presidencial. No solamente es un rol, es un deber constitucional que debo ejercer.

P. ¿Qué balance hace de estos tres años desde su nombramiento?

R. Colocar a Venezuela en el foco de la lucha por la democracia en la región y en el mundo. Ejercer la Constitución, defender a los venezolanos; procurar ayuda a trabajadores del sector salud cuando la dictadura les dio la espalda, con mecanismos alternativos, incluso con criptoactivos; canalizar recursos a los refugiados venezolanos. Articular a los países democráticos y señalar los peligros de las dictaduras como el caso de Venezuela, pero también de Nicaragua y Bielorrusia. Y también la reflexión de qué más hay que hacer. Hay que poner foco en las soluciones.

P. ¿No cree que Maduro está hoy más atornillado al poder que hace tres años, cuando usted llegó con unos índices de valoración altísimos?

R. Si lo vemos por los recientes resultados, pues no. En una elección sin condiciones, un proceso injusto, desigual, sin recursos, sin garantías, Maduro tuvo su peor resultado en 22 años. Están muy desprestigiados a nivel mundial, señalados por la Corte Penal Internacional. Así que creo, a nivel objetivo, que el chavismo está en su peor momento.

P. La presidencia interina depende hoy casi únicamente del respaldo de Estados Unidos. ¿Cuánto más cree que puede ejercer su rol en estas circunstancias?

R. La presidencia interina depende de la Constitución, de los respaldos diplomáticos que tenemos a nivel mundial y sobre todo del apoyo popular que se vio en ese 60% de personas que no participaron en un proceso desigual e injusto. Incluso los que participaron se expresaron por opciones fuera del régimen.

P. ¿Qué peso tiene usted en la oposición ahora que otros líderes han rechazado su estrategia?

R. ¿Cuáles líderes? Hay decenas de liderazgos respaldando unas elecciones libres y justas. Los he escuchado a todos, los voy a escuchar a todos. Este [la presidencia interina] no es un elemento de opinión de unos líderes, sino constitucional, de reconocimiento diplomático, de procurar y poder articular esas visiones políticas para una solución al conflicto.

P. ¿Usted está dispuesto a ceder el liderazgo de la oposición?

R. Yo soy presidente encargado porque así lo determina la Constitución. Hay labores que implican personas. El liderazgo de la oposición, de la plataforma unitaria, de cada partido político es una decisión de cada partido político. El reto es aglutinar y yo poder ejercer mi rol en compañía de todos los actores políticos y sociales políticos de Venezuela.

P. La unidad de la oposición está muy fracturada, incluso dentro del G4. ¿Cómo trabaja para que esa unidad sea real?

R. Hemos logrado la unidad real. Tanto es así que en el 2015 ganamos dos terceras partes del Parlamento. Hemos tenido momentos estelares y también, como todo, hemos cometido errores que debemos corregir.

P. El informe de la Unión Europea y el mensaje del Departamento de Estado de EE UU sobre los comicios fueron muy diferentes. ¿Usted de quién se siente más cerca?

R. De ambos. La única diferencia puede ser al valorar al CNE, pero ambos informes son muy claros en la ausencia de condiciones para elegir en Venezuela.

P. ¿Cómo ve el papel de España?

R. España nos ha respaldado desde 2019. Me gustaría, me gusta, ver a una España denunciando firme y claramente los abusos de los derechos humanos, señalando claramente a la dictadura, llamando a Maduro como es, un dictador, defendiendo los derechos humanos y exigiendo elecciones libres y justas. Eso es lo que espero de España. La equidistancia en este momento es tomar parte de una dictadura y dudo mucho que España vaya a hacer eso.

P. Si se celebran elecciones y justas, y ganan. ¿Cree que Maduro haría un relevo de poder democrático?

R. Maduro es un dictador. La mejor opción es una elección sin confiarnos de la buena fe de la dictadura, tenemos que construir el andamiaje político y social que permita esa transición para sumar a todos los actores, para lograr la gobernabilidad.

P. ¿Qué mensaje les da a los venezolanos como presidente encargado?

R. Que estamos juntos en esto. Hemos construido una mayoría durante años y nuestro camino debe terminar en restaurar nuestra dignidad. Debe terminar en lograr elegir y reconstruir Venezuela. La mejor forma de hacerlo es resistiendo democráticamente.

P. ¿Les está pidiendo paciencia?

R. No, les pido lucha, movilización, defender la democracia, les pido colocar propuestas en la calle, les pido defender a los líderes regionales, les pido no bajar la cabeza, no acostumbrarse a la tragedia, defender los valores de una Venezuela democrática. Lo contrario sería capitular, acostumbrarnos a una dictadura y no estamos dispuestos los venezolanos. Yo soy el presidente encargado, reconocido por nuestra Constitución y por 60 países. Es un proceso que ha durado mucho tiempo, mucho más de lo que habríamos querido, urge una solución a este conflicto, entendemos la crudeza y los riesgos, yo les pido no solo esperanza y fe, sino organizarnos para poder tener un cambio en Venezuela.

P. ¿Hasta cuándo será el presidente encargado?

R. Mi intención es ver a Venezuela democrática, que los ciudadanos sean felices en su tierra y para eso necesitamos presidenciales, libres y justas. Es mi mandato presidencial y pienso cumplir mi deber.

El País

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