Kohl, Boric y el desafío de la reunificación chilena – Por Orlando Cisterna, especial para NODAL

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Por Orlando Cisterna*

En Noviembre de 1989, Alemania enfrentó el proceso de reunificar los dos países divididos por el muro de Berlín, la Alemania socialista y la Alemania liberal. Hasta el día de hoy, la parte liberal sostiene un impuesto a la reconstrucción para apoyar la crisis económica e industrial del sector este, y ayuda con el crecimiento de zona de apoyo en transporte, vivienda, y soluciones al atraso del sector que perteneció al dominio sovietico.

La voluntad de Helmut Kohl en la reunificación se debe a un factor clave: Solidaridad. Perfectamente, la parte liberal pudo haber aplastado a la zona socialista, en base a expropiación, privatización y finiquito de la propiedad en Alemania oriental. Sin embargo, la parte occidental decidió apoyar con pago de más impuestos, más inversión pública en las ciudades más pobres, construir en Berlín un eje financiero cuya máxima representación es la Postdamer Platz.

En Octubre de 2019, Chile enfrentó una revolución popular, en la cual grandes sectores de la población sintieron lo mismo que los alemanes orientales sintieron en 1989: Unidad en la diversidad. Asi como Helmut Kohl lideró ese proceso de unidad, Gabriel Boric enfrenta, con la sapiencia de la juventud, un proceso de reunificación entre las zonas del último referéndum, rechazo y del apruebo a la nueva constitución, la unidad de la grieta que nos puede llevar a un proceso de paz y de justicia entre los territorios del país que piden cambios progresivos hacia el desarrollo y estado de bienestar.

Así como en Alemania actual hay sectores minoritarios que se plantearon contra la reunificación, y que desean bajar impuestos, generar una menor ayuda estatal, y que grandes zonas de Alemania sean “recuperadas” para los alemanes contra la inmigración, en Chile enfrentamos minorías que buscan la reducción del estado, la desregulación del mercado, y sobretodo, la expulsión de inmigrantes que han llegado al país en calidad de refugiados. El desafío de Boric es, por lo tanto, fortalecer la democracia, apoyar el proceso constituyente, y generar las redes en el eje legislativo – gobierno, para lograr la unidad dentro de la centro izquierda, y alejar los fantasmas del fascismo en el país.

Para lo anterior, Boric y la alianza Apruebo Dignidad tienen como misión despejar dudas ante los procesos de democracia popular cercanos a la izquierda, tales como Nicaragua, Venezuela y Cuba, y ser enfáticos en la defensa a los derechos humanos, y a la promesa de sostener procesos de apoyo a los derechos humanos, respetando la autodeterminación de los pueblos, y con enfoque en recuperar el estándar perdido por el actual gobierno de Sebastian Piñera.

Así como Kohl logró la unidad alemana, Boric tiene como principal misión la estabilidad democrática del país, y generar un proceso de prosperidad y estado de bienestar para las próximas décadas. De esta manera, la frase popular “Hasta que la dignidad se haga costumbre” se hace carne en el joven liderazgo de Boric ante las demandas populares en Chile.

* Comunicador social chileno

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