Postulan al ex centro clandestino de detención ESMA como Patrimonio Mundial de la Unesco
ste martes 28 de septiembre se presentó el plan para postular al Museo Sitio de Memoria ESMA como Patrimonio Mundial ante la Unesco debido al «simbolismo» que representa para la Argentina, según indicó el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti.
«Para nosotros es de suma importancia poder estar presentando esta candidatura, ya que entendemos que este espacio tiene un simbolismo muy importante por lo que representa en nuestro país, donde se secuestró, se torturó y se planificó el exterminio de militantes», dijo Pietragalla en el acto virtual en el que Argentina oficializó una vez más su postulación al reconocimiento de la «memoria histórica» del ex centro clandestino de detención.
«Acá hubo un genocidio, acá hubo delitos de lesa humanidad y estos sitios y estos espacios de memoria son fiel prueba de eso», destacó el funcionario y agregó que «estos espacios están custodiados hasta el día de hoy porque son prueba para los juicios que se llevan adelante».
La historia de la ex ESMA
En el predio ubicado sobre la icónica Avenida del Libertador, al norte de la city porteña, funcionó uno de los enclaves de la estrategia de la última dictadura militar para «combatir al enemigo interno», basado en un plan sistemático de desaparición de personas -entre otros delitos- a partir de la instalación de cerca de 700 centros clandestinos de detención en todo el país.
En un principio, el predio de 17 hectáreas devenido en la ESMA fue cedido en 1924 por la entonces municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires a la Marina en donde se enseñaban diversas disciplinas, desde electrónica hasta meteorología, además de la instrucción militar.
Sin embargo, entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983 las instalaciones fueron utilizadas por la dictadura militar que instauró un régimen del terror basado en la desaparición de personas, tal como enseñó la «doctrina francesa”.
De esta manera, la ESMA siguió siendo una escuela pero además se convirtió en un centro clandestino de detención en donde se cometieron diversos crímenes contra los derechos humanos, tales como el secuestro, la tortura, el exterminio de personas y el robo de niños y bienes.
«La ESMA fue un engranaje clave de ese plan sistemático», señalan desde el sitio web del ahora Museo Sitio de Memoria ESMA, en donde funcionó ese «campo de concentración», en vistas del paralelismo con el genocidio de la Alemania nazi.
Lo cierto es que, en base a la «teoría de los dos demonios», el tristemente célebre Grupo de Tareas 3.3.2 (GT 3.3.2) de la ESMA ejecutó su plan para la desarticulación de organizaciones guerrilleras por medio del secuestro y la desaparición forzada de alrededor de 5 mil personas.
Además, entre los horrores que distinguen a la ESMA de otros centros fue su sala clandestina de maternidad, en donde nacieron al menos 34 bebés de mujeres detenidas-desaparecidas, posteriormente apropiados y reivindicados por las Abuelas de Plaza de Mayo.
A partir del advenimiento de la democracia, los testimonios de sobrevivientes y el rol de organismos de derechos humanos, Argentina comenzó un proceso de «memoria, verdad y justicia» a partir del Juicio a las Juntas militares por el que desfilaron numerosos represores cuyas condenas quedaron firmes, algo que convirtió al país en pionero en derechos humanos a nivel mundial.
A su vez, a partir de la experiencia argentina se incluyó la “desaparición forzada de personas” en la lista de crímenes internacionales imprescriptibles.
La postulación de la ex ESMA como Patrimonio Mundial ante Unesco
Además del secretario de Derechos Humanos Pietragalla Corti, del acto virtual participaron el secretario de Estado de Memoria Democrática de España, Fernando Martínez López; el expresidente de España (2004-2011), José Luis Rodríguez Zapatero, y el embajador argentino en ese país, Ricardo Alfonsín, entre otros.
«Los argentinos estamos orgullosos de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia», subrayó el funcionario argentino, mientras que Rodríguez Zapatero apoyó la candidatura argentina ante la Unesco para «escribir en la conciencia y en la memoria de muchos ciudadanos del mundo y lo que es más decisivo, de muchos responsables políticos».
«Espero que Unesco apoye esta declaración como un reconocimiento a todos los desaparecidos, asesinados, torturados, no solo en la Argentina sino no en toda Latinoamérica, en esas décadas terribles», destacó Rodríguez Zapatero.
El sello “Patrimonio Mundial” del organismo internacional dependiente de las Naciones Unidas implica la preservación del estado original de sitios de relevancia para la humanidad y la cultura local. En este caso, se refiere a la conservación de la “memoria histórica”de una comunidad.