UNQ | Gabriela Vizental, periodista científica: «El cambio climático no se trata de desarrollo versus sustentabilidad»
Los estudiantes de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) Georgina Berretta Invernizzi, Trinidad Parada, Noelia Fabiana Tarello, Juan Cruz Vilchez y Leila Gómez realizaron entrevistas para conocer y mostrar diversas miradas sobre el cambio climático. En esta primera entrega, recogen el testimonio de la periodista científica Gabriela Vizental.
La humanidad siempre usó la naturaleza para su desarrollo y bienestar. De allí nace la idea antropocéntrica de “recursos naturales”, que va de la mano de la apropiación desmedida, la explotación con procesos contaminantes (minería, extracción de hidrocarburos) y pérdida de ecosistemas (deforestación, contaminación en los océanos, ganadería). El cambio climático es el fenómeno que evidencia el impacto de este uso de la naturaleza. Desde hace décadas, la comunidad científica, grupos de activistas y referentes políticos y sociales denuncian las señales de alerta que emite el planeta, trabajan para instalar la idea de “bienes naturales”, en lugar de recursos y explotación, y para reinventar el vínculo que tenemos con los mismos.
Para contribuir a esta tarea, las y los estudiantes de las asignaturas Legislación Ambiental (Departamento de Ciencia y Tecnología) y Comunicación de la Ciencia (Departamento de Ciencias Sociales) de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) -coordinados por las docentes investigadoras Sandra Goñi, María Eugenia Fazio y Mercedes Pastorini-, se unieron para entrevistar a referentes del periodismo, la política y el activismo ambiental.
En esta primera entrega, Gabriela Vizental -periodista científica, locutora y fonoaudióloga- echa luz sobre la importancia del periodismo ambiental riguroso, las herramientas legales, la educación ciudadana y el peligro de las fake news.
-En su trayectoria se aprecia un compromiso por la divulgación científica y el periodismo ambiental, ¿cómo fue su recorrido profesional?
La divulgación, como lo dice el término, es contar sobre lo que se sabe. Los que pueden divulgar son aquellos que investigan sobre distintos aspectos de la ciencia, no importa cuál. Nosotros [las y los periodistas científicos] no divulgamos noticias, informamos sobre aquello que es noticioso, consideramos qué temas pueden estar en los medios.
Respecto a mi recorrido, tengo una carrera anterior muy relacionada con la medicina: la fonoaudiología. Pero la vida me llevó a estudiar locución y después a especializarme como periodista de ciencia. La primera oportunidad que tuve fue en Radio Nacional, gracias a tener una carrera muy afín a la medicina, y de ahí derivé al periodismo de ciencia. Trabajé con Adrian Paenza, también en Tecnópolis y en TN Ecología con Sergio Elguezábal, donde hicimos la primera conexión vía Skype del canal, para cubrir la Conferencia de las Partes (COP) de Naciones Unidas. Luego, Victor Hugo Morales me invitó a trabajar como columnista ambiental.
En las temáticas ambientales uno puede pararse desde una postura científica, social, judicial o sanitaria. El ambiente atraviesa a todas. Trabajar la pandemia, la pobreza, la enfermedad y el virus desde una cuestión ambiental da mucha más amplitud que el periodismo científico, que es ir en busca de la noticia de acuerdo a lo que los especialistas investigaron. El periodismo ambiental y la práctica en general deberían ser más rigurosas.
-Acaba de entrar en vigencia en nuestro país el Acuerdo de Escazú y algunas ONGs lo consideran una herramienta para proteger los derechos de los ambientalistas, ¿coincide?
No es un acuerdo para los ambientalistas sino para cualquiera que requiera información relacionada a temas ambientales. En general, uno pone a los ambientalistas como los únicos que piden información o protestan, pero no es así. Muchos grupos de vecinos reclaman porque el agua está contaminada u otras cuestiones.
El Acuerdo de Escazú obliga a los estados firmantes a brindar información además de permitir las protestas sin perjuicio para quienes las llevan a cabo. En Argentina, no tenemos muchos casos de asesinatos de defensores ambientales. Lo cual no quiere decir que no sean amedrentados por cuestiones políticas y empresariales. Por ejemplo, en la protesta de Andalgalá apresaron a los manifestantes. ¿Por qué pasó? ¿Hay alguna ordenanza contra la protesta o es un pedido de la minera? Es difícil para el periodismo indagar, con este Acuerdo uno podría pedir información para terminar la investigación.
-Según el último Informe Bienal de Actualización argentino sobre cambio climático, en nuestro país el 90% de las emisiones de gases de efecto invernadero surgen de los sectores agrícolas y energéticos, ¿cómo es posible pensar en políticas de mitigación si nos encontramos en una constante expansión de la frontera agrícola?
Los periodistas no tenemos respuesta para esto, es un tema de políticas públicas. La cuestión agropecuaria es tan importante como el tema de residuos y de energía. Las políticas públicas vienen desde el Gobierno nacional y se dirigen luego a cada provincia y, a su vez, a cada municipio. Esto es lo que hace nuestro Gobierno con una ley marco como la de Presupuestos Mínimos, de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático Global. Si una provincia quiere mitigar lo primero que tiene que hacer es saber que existe una ley y un ordenamiento normativo destinado a la conservación del ambiente. ¿Qué puede hacer el Gobierno nacional cuando estas normas no se respetan? Insistir con el Ordenamiento Territorial y proveer fondos para que cada provincia los pueda aplicar. Un proyecto de ley que estaba en tratamiento es el de delitos ambientales. Cuando una persona o empresa desmonta un territorio determinado, es una cifra ínfima la que tiene que pagar en compensación y no hay una condena concreta para tal acto. Todo tiene que ver con la política, la connivencia que existe con el empresariado y el cumplimiento de leyes que están vigentes hace años.
Otra política de mitigación se relaciona con las energías renovables. Hay provincias que no presentan un corrimiento de su frontera agropecuaria, pero aun así pueden trabajar en la mitigación del cambio climático con el desarrollo de energías renovables. Esto requiere una red de trabajo para lograr la famosa transición energética y llegar a la cero emisión de carbono. Hay que comenzar a trabajar en una economía circular. No se trata de desarrollo versus sustentabilidad sino de cómo logramos desarrollo sin una feroz contaminación.
-El Informe Bienal de Actualización propone la creación de fuentes renovables de energía, ¿cómo es compatible esto con la explotación del yacimiento petrolífero Vaca Muerta?
Al firmar el Acuerdo de París estamos en la obligación de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero en una determinada cantidad de años. Hay que pensar si explotar Vaca Muerta es compatible con tal acuerdo. No se puede simplemente decir no a Vaca Muerta. Hay muchas cosas a tener en cuenta, hay que poner en la balanza ciertas realidades que atraviesan al país. Tenemos que pagar al Club de París y al FMI, ¿cómo nos planteamos esto? ¿Me pongo rígida y digo no a Vaca Muerta o pensamos en una transición energética a 20-25 años?
-La Ley de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación del Cambio Climático, es una nueva herramienta que respalda las políticas de mitigación, ¿por qué cree que hasta 2019 no se promulgó una ley específica sobre el tema?
Argentina, como muchos países, firmó el Acuerdo de París en 2015. Hasta ese momento, el Estado no estaba muy interesado en leyes relacionadas con el cambio climático. Salvo Pino Solanas que por mucho tiempo impulsó propuestas relacionadas al cuidado del ambiente.
Lo que tracciona esta ley tiene que ver con los movimientos juveniles que presionaron a los gobiernos de esa época ¿Por qué no antes? Hubo lobbies empresariales muy fuertes y políticas muy influyentes por parte de las mineras sobre los gobernadores de las provincias dedicadas a la industria. Hay que mirar ampliamente para poder comunicar mejor y que la gente tome mejores decisiones. Eso es lo que hacemos los comunicadores o periodistas, evitar la desinformación o las fake news que están siempre a la orden del día.
-La Ley de Educación Ambiental Integral tuvo aprobación en ambas cámaras, ¿cómo se puede garantizar su aplicación federal?
En principio la Ley obliga a que la jurisdicción de cada provincia tenga la herramienta de educación ambiental. Voy a contar una anécdota: en 2010, si mal no recuerdo, era ministro de Educación Alberto Sileoni y se imprimieron un montón de manuales de educación ambiental para la escuela primaria y secundaria. En uno de esos tomos, se hablaba de la cuestión de los agroquímicos y la minería a cielo abierto con información sobre sus perjuicios, el daño al ambiente y a las personas. Estos manuales fueron confiscados, se guardaron en galpones y nunca se entregaron. Entrevisté a la persona que participó en su elaboración y me dijo: “yo sé que esos manuales están en un galpón”. Lo denunció y no pasó nada. La primera pregunta que me hago es: ¿harán de nuevo los manuales? ¿saldrán a la luz?
Es importante la educación ambiental y es importante la Ley Yolanda. Es algo que no puede dejar de existir. Las personas, los dirigentes políticos deben conocer la cuestión ambiental porque si no, ¿qué legislan?
-A pesar de la gran evidencia científica y el consenso internacional, la desinformación genera respuestas peligrosas como los negacionismos. ¿Es posible consensuar la impartición de conocimientos en temas ambientales mediante la educación ambiental?
A mí no me cabe duda de que a mayor información, mejores ciudadanos. Tampoco me cabe duda de que la participación ciudadana es un aporte a la ciencia. Nosotros, en la Red Argentina de Periodismo Científico, hicimos una denuncia formal respecto a los dichos de [la conductora de TV], Viviana Canosa, sobre la hidroxicloroquina. El canal nos permitió grabar un video a través de la Defensoría del Público y después ella [Canosa] prohibió la transmisión. Lo único que se puede hacer es mostrar la evidencia, la política se inmiscuye, esa es la realidad.
-¿Cuál es su visión respecto al futuro en Argentina?
Tiendo a ser optimista, pero la realidad te vuelve un poco pesimista. Tengo hijos y me encantaría que tengan hijos y puedan vivir en un mundo sano. Creo que no se ha tomado real conciencia de que la pandemia es un problema ambiental antes que sanitario. La economía está muy metida en esta situación, es difícil que lo adquirido dé marcha atrás. Hay opciones, posibilidades e investigaciones. Se está trabajando para descender los niveles de carbono pero con respecto a la deforestación no se está haciendo mucho, cada vez los índices son mayores. No sé si se tiene real conciencia a nivel internacional de la situación, me encantaría ser optimista y que se vayan con una sonrisa, pero es difícil.
Gabriela Vizental trabajó en las radios El Mundo, Nacional, Continental y Planeta Azul. Fue columnista en “La Mañana de Víctor Hugo”, productora periodística de “CientÍficos Industria Argentina” en el Canal 7 y responsable del área de prensa de ciencia en Tecnópolis. Actualmente, es columnista y productora periodística de “Ambiente y Medio” por el canal 9, programa con el cual ganó dos Martín Fierro como mejor programa cultural y mejor programa educativo. También ganó el premio Santa Clara De Asís en 2018 al mejor programa de la TV.
Universidad Nacional de Quilmes