Hablan los que no tienen voz – La Hora, Guatemala

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Pocas veces en nuestra historia se ha visto lo que hoy estamos presenciando con una masiva movilización ciudadana en el interior del país, acto que está dando voz a los que nunca la han tenido; gente cuya opinión y sentimiento no son tomados en cuenta por quienes imponen decisiones políticas que, en general, van orientadas a satisfacer no sólo sus propias ambiciones sino también las de quienes los encumbran y mantienen en los puestos para que se enriquezcan, con la condición de que no olviden que deben ser fieles sirvientes en un país cuyos dueños saben lo que quieren y hacen lo que quieren.

En medio de una terrible pandemia pésimamente gestionada, y que tristemente hasta ha servido para que se hagan negocios turbios mientras la gente se muere por falta de un decoroso sistema de salud y de vacunas pues, por alguna razón, las mismas fueron pagadas pero no aparecen, la desfachatez e insolencia del Pacto de Corruptos llegó a colmar el inmenso vaso de la paciencia de esta ciudadanía cuya resignación parecía no tener límites. Consuelo Porras, en su diligencia para cuidar a su amigo, realizó la trastada que hizo despertar a la gente que, por fin, comprendió el inmenso poder que tiene la mafia que controla el sistema.

No se trata, como en el 2015, de un escandaloso caso de corrupción que hizo a muchos salir a la calle para pedir que los metieran a la cárcel. Es la comprensión de que TODO EL SISTEMA está podrido y que la gente paga muy alto precio por ese enriquecimiento de los pícaros que se reparten el pastel. No es que alguien en una dependencia hizo un negocio shuco, sino que toda la institucionalidad fue puesta al servicio de la corrupción y por eso la defienden tan afanosamente los que le sacan provecho.

El clamor hoy se manifiesta contra los dos rostros más visibles, Giammattei y Consuelo Porras, pero es mucho más profundo porque todos entendemos que el problema es de raíz y que tendremos que unirnos como pueblo para encontrar la ruta que nos permita alentar esperanza de que, como sociedad, podamos diseñar e implementar un modelo distinto, ocupado en la verdadera promoción del bien común que genere oportunidades para todos.

Arranca un hito en nuestra historia y el tiempo dirá si tenemos la madurez y entereza para unirnos en la construcción de una Guatemala distinta que se libere de esa Dictadura de la Corrupción que extiende sus tentáculos por todos lados y que es causa no solo de la migración sino de todas nuestras carencias.

La Hora

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