Quién es Pedro Castillo y cuáles son los desafíos que enfrentará su gobierno

Foto: Aldair Mejía
1.633

Pedro Castillo, el «hijito» de doña Mávila, toma el mando de Perú

Por Gonzalo Ruiz Tovar

«A mi hijito lo hemos criado bien criado. La Keiko (Fujimori) le está convocando sus plagas. Mi hijito no es ladrón como ella. Sus papás están aquí, no están presos», fue la defensa con la que Mávila Terrones, al lado de su esposo Ireño Castillo, pidió en una entrevista televisiva detener los ataques permanentes durante la campaña electoral contra su hijo, Pedro Castillo, el profesor rural y de familia humilde que asumirá este miércoles la Presidencia de Perú.

«Mi hijito no es de ninguna condición que la gente le esté sacando tantas novedades (acusaciones)», insistió la anciana, que vivió gran parte de su vida como analfabeta y se expresa en la forma característica en que lo hacen los quechuahablantes cuando se ven forzados a comunicarse en español.

Los Castillo Terrones viven en Puña, un olvidado caserío del distrito de Tacabamba, provincia de Chota, en el departamento andino de Cajamarca, 880 kilómetros al norte de Lima. Allí, en medio de la pobreza y de paisajes melancólicos, nació el nuevo presidente, el 19 de octubre de 1969.

Desde pequeño soñó con ser maestro y lo logró. Licenciado en Educación Primaria por la universidad César Vallejo, de Trujillo, y luego magíster en Psicología Educativa por la misma institución, le dedicó gran parte de su vida a dar clases en la escuela de Puña. Cientos de niños del lugar pasaron por sus aulas y lo recuerdan como un entusiasta que ejecutaba muy bien las danzas típicas.

En Tacabamba también nació la idea de los ronderos, cuando los campesinos se agruparon en autodefensas para hacer rondas y, con armas precarias, espantar a los ladrones de ganado. Tuvieron tanto éxito que el modelo fue copiado en muchos lugares de los Andes y se convirtió en una fórmula controvertida de «justicia popular».

De hecho, a esos grupos le atribuyen los expertos que Sendero Luminoso no pudiera imponerse en vastos sectores, sobre todo en Cajamarca, uno de los departamentos que mejor lo contuvo.

Sin embargo, no están libres de polémica ya que supuestamente pueden caer en arbitrariedades e imponer valores conservadores a los vecinos.

Con la autoridad que le daba su condición de maestro, Castillo fue líder rondero. Y le gustó la política, aunque en niveles mínimos.

Militante del partido de centroderecha Perú Posible, del expresidente Alejandro Toledo, se postuló a la alcaldía de Tacabamba, sin éxito. Regresó entonces a las aulas, con los niños, y parecía que allí seguiría para siempre.

Pero en 2017 su vida dio un giro: un grupo radical del magisterio inició una huelga que se prolongó por meses.

Por circunstancias diversas, aquel profesor cajamarquino que nada tenía de radical terminó al frente. Se convirtió por unas semanas en un personaje mediático, impulsado además por el partido de derecha Fuerza Popular, de Keiko Fujimori, que usó el movimiento para desestabilizar al Gobierno liberal de Pedro Pablo Kuczynski.

Pero la huelga pasó y Castillo regresó al anonimato, hasta que el líder del partido de izquierda Perú Libre (PL), Vladimir Cerrón, al ver que no podía ser candidato presidencial por estar condenado por corrupción, le ofreció la posta por ese colectivo, autodefinido como marxista-leninista.

El hombre que rara vez se saca su enorme sombrero cajamarquino típico pasó inadvertido durante gran parte de la campaña. El periodista Marco Sifuentes le preguntó en una entrevista que a quién apoyaría en segunda vuelta y le respondió que él estaría en ese balotaje.

El entrevistador le pidió seriedad -«Pero si usted tiene el 0,001 en las encuestas», dijo- y Castillo replicó solo con una sonrisa socarrona que se hizo meme.

A falta de una semana para aquella primera vuelta electoral de abril, el postulante por PL no aparecía en ninguna apuesta. Pero entonces se produjo uno de esos fenómenos propios de Perú.

Los Andes le dieron su apoyo y pasó a la ronda definitiva frente a Keiko. Ante el nuevo escenario, muchos pronosticaron una fácil victoria para la hija del ex presidente Alberto Fujimori, pese a los anticuerpos que genera.

Pero el profesor ganó en medio de una batalla desigual, en que se invirtió una cantidad no precisada pero millonaria de dinero para presentarlo como la cara de una ofensiva del «comunismo» mundial para tomar Perú y no irse nunca.

En Lima el mensaje tuvo éxito y la ciudad se fue con Fujimori. Pero los Andes y en menor medida la selva se la jugaron por un líder que luce muy parecido a quienes votaron por él. No solo fueron vencidas las diferentes expresiones de derecha y centro, sino también grupos tradicionales de izquierda a los que muchos describen como «aburguesados».

Además, los intentos de presentar la elección como fraudulenta fracasaron al no adjuntarse ninguna prueba creíble. Por el contrario, el proceso fue elogiado por la Organización de Estados Americanos (OEA), por Estados Unidos, la Unión Europea y la comunidad internacional, aunque unos más pronto que otros.

Una de las cosas que más resaltan los adversarios de Castillo es su supuesta falta de preparación. En diversas entrevistas se mostró perdido y poco claro en sus respuestas, y alguna vez cargó contra instituciones que todo el arco partidario considera necesarias, como el Tribunal Constitucional o la Defensoría del Pueblo, aunque luego se rectificó.

Conservador en cuestiones sociales, católico pero cercano a iglesias evangélicas dogmáticas, Castillo es contrario al enfoque de género, política con que se busca extirpar desde el colegio a las diferencias de oportunidades entre hombre y mujeres y a la estigmatización de la homosexualidad.

También se ha mostrado contrario a ampliar las causales para el aborto legal, que en Perú solo se puede practicar cuando peligra la vida de la madre.

Hermético, poco dado al contacto con la prensa, impreciso en las respuestas, muchas veces hostil y tímido, «inteligente y carismático» según su rival Hernando de Soto, y «amable, sencillo honesto, tranquilo, con sentido del humor» según el saliente mandatario Francisco Sagasti, Castillo tendrá que ir aclarando sus misterios desde este miércoles.

Télam


Los retos a los que se enfrentará Pedro Castillo en su gobierno

Por José Astete

Especialistas detallaron cuáles serán los principales desafíos para el presidente electo en el sector de salud, economía, educación y en el ámbito político.

Pedro Castillo está a puertas de asumir el cargo de presidente de la República en mitad de una crisis sanitaria y económica que azota al país desde el primer trimestre del 2020 a causa de la pandemia por COVID-19, por lo que tiene grandes retos por delante.

Uno de los primeros desafíos que tendrá al tomar la posta de Francisco Sagasti es asegurar la vacunación del resto de ciudadanos peruanos y aplacar una tercera ola de contagios.

Ello deberá ir de la mano con la reactivación de la economía y con asegurar las medidas necesarias para el retorno a clases presenciales. Sumado a ello, tendrá por delante a una parte del Congreso que probablemente amenace con obstruir su gestión y encontrar algún error para buscar una vacancia.

Retos en salud

Para Abel Salinas, exministro de Salud, Castillo Terrones y el próximo titular de la cartera de Salud tienen que acelerar el proceso de vacunación y reforzar el primer nivel de atención como principales medidas a corto plazo para enfrentar los contagios y decesos por coronavirus.

“Primero el reforzamiento del primer nivel de atención con pruebas diagnósticas, moleculares o de antígenos. Con oxímetros de pulso, oxígeno, medicamentos y recurso humanos, esto es importante. Hay que priorizar el recurso humano en el primer nivel de atención”, enfatizó en diálogo con La República.

Respecto a la inmunización, Salinas manifestó que esta tiene que acelerarse y volverse “masiva”. En ese sentido, expresó que no se debe esperar hasta finales de año para tener a la mayoría de la población vacunada, sino que debería hacerse en un plazo máximo de dos meses.

“Lo que vemos durante la semana son puntos de vacunación vacíos, otros llenos, otros que atienden hasta las 3 de la tarde, es decir que cuando las personas salen de sus trabajos ya están cerrados. Entonces, yo creo que hay que hacer un planeamiento diferente para tener alguna estrategia y horarios extendidos hasta las 10 u 11 de la noche vacunando. No solamente para lo vulnerables, sino en otros horarios para todos, ya que lo que necesitamos es vacunar más personas. Ahora tiene que ser masivos, tenemos que hacer que todo el que esté libre y haya una vacuna disponible, se le aplique”, agregó.

El exministro resaltó que un reto fundamental a largo plazo para el Gobierno del profesor cajamarquino es articular el sistema de salud, con un “gran pacto por la salud, donde participen todos los actores en salud”. Asimismo, resaltó que esto sería posible con el modelo de gestión del financiamiento, los sistemas de información comunes y la salud informatizada.

Retos económicos

En conversación con este diario, el exministro de Economía Luis Miguel Castilla indicó que uno de los primeros desafíos del presidente electo es “despejar las fuentes de incertidumbre a nivel de Gobierno, a términos de reclutar a un equipo que tenga experiencia”, pues aseguró que es importante que se recuperen las expectativas empresariales, ya que los inversores esperan que haya una mayor claridad en la línea que seguirá el Gobierno.

En relación a la política fiscal de la que se tendrá que encargar el próximo ministro de Economía, señaló que hay dos prioridades específicas. La primera es que para el próximo 30 de agosto el Gobierno tenga que entregar el proyecto de ley de presupuesto para el año 2022 y “por otro lado tiene que decidir qué va a hacer con las reglas fiscales que en la actualidad están suspendidas y tiene que definir cuál va a ser la trayectoria de consolidación fiscal que va a optar”.

“En el tema del presupuesto, lo clave es que ratifique o no las proyecciones macroeconómicas que están contenidas en el marco macroeconómico multianual que el Gobierno saliente está dejando. También definir la trayectoria de consolidación. Significa qué tipo de déficit va a tener a futuro, cuál es la política de endeudamiento público y si es que esto va a requerir eventualmente algún tipo de reforma tributaria”, añadió.

Asimismo, Castilla destacó que un reto para los próximos cinco años de gestión es la creación de empleo de calidad, lo que va a ser una secuela de la pandemia.

“Si bien hubo una recuperación importante a nivel de las proyecciones del crecimiento del PBI, el empleo, el subempleo y el empleo inadecuado se ha incrementado de manera importante y para esto tendría que sentar las bases de reformas que mejoren la productividad y que revisen las regulaciones tributarias, laborales, la regulación general”, aclaró.

Sobre el nuevo ministro de Economía, el exfuncionario manifestó que tiene que ser alguien del perfil de Waldo Mendoza, que tenga experiencia en la parte política y que haya tenido un paso por este ministerio.

Retos en educación

En el ámbito educativo, el exministro Idel Vexler señaló que el principal reto es preparar el retorno a clases presenciales, las cuales, a su punto de vista, tendrían que volver en marzo de 2022.

“Preparar todo para el reinicio de las clases presenciales a más tarde en marzo de 2022. Los alumnos, especialmente de la escuela pública, no pueden seguir siendo afectados en los aprendizajes. Para tal fin, es importante vacunar a los docentes y no docentes de todo el sistema educativo. Establecer las condiciones de bioseguridad en 53.000 locales escolares de la escuela pública”, declaró a La República.

También expresó que el próximo Ministerio de Educación tiene que profundizar y fortalecer la reforma magisterial con nuevos instrumentos de evaluación

“No puede ser que desde el 2015 hasta la actualidad, de 200.000 maestros que se presentan, solo ingresan el 4%. Hay que revisar esa evaluación de nombramiento, dar más plazas para la evaluación de ascensos, aumentar los saberes, aumentar el piso salarial de todas las escalas de acuerdo a mérito”, manifestó.

Respecto al nuevo ministro de esta cartera, Vexler indicó que este tiene que ser un educador con experiencia, realista, con apertura, que conozca el sistema educativo y que trabaje en un marco de cambio y continuidad.

Retos políticos

Para la politóloga Paula Távara, en el lado político, Pedro Castillo tendrá que construir una relación de diálogo con el Congreso de la República y con las bancadas que no son de su partidos ni las de sus aliados, con el propósito de “negociar proyectos de ley y distintos apoyos que permitan, por lo menos con las bancadas de centro, mantener una relación lo más cordial posible, que le permita sacar adelante determinados proyectos”.

Además, Távara sostuvo que con los grupos con una relación más confrontacional, podría neutralizar algún intento de vacancia o llamadas a los ministros, al respetar al máximo la ley para que no les den excusas de tomar medidas en su contra.

“Tiene que lograr construir legitimidad en su gobierno y tener respaldo de la sociedad. Esa legitimidad, esa sensación de que el presidente pueda hacerlo bien o que alguna manera represente lo que uno quiere para el país es lo que le va a permitir, por ejemplo, frente a un pedido de vacancia, que la población lo respalde. Tener la ciudadanía de su lado es muy importante si va gobernar”, señaló.

La experta en temas políticos también destacó que será importante equilibrar la relación de liderazgos con su propio partido y con su bancada en el Parlamento. En ese sentido, explicó que es difícil negar el liderazgo de Vladimir Cerrón dentro de Perú Libre, el cual está en disputa con Castillo Terrones. “Entonces, necesita negociar en la interna porque una confrontación entre ellos puede llevar a una ruptura de bancada”, puntualizó.

La República

Más notas sobre el tema