La Amazonía brasileña registró durante junio el mayor número de incendios en 14 años

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La Amazonia brasileña sufre en junio sus peores incendios en 14 años

El inicio de la temporada de incendios en la Amazonia brasileña comenzó con un nuevo récord de quemas en la mayor selva tropical del planeta, donde la devastación se ha intensificado desde la llegada al poder del presidente Jair Bolsonaro.

La Amazonia registró 2.308 focos de incendio en junio, lo que representa un incremento del 2,6 % respecto al mismo periodo de 2020 y el mayor número registrado para ese mes desde 2007, según datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial (Inpe).

Se trata del segundo junio consecutivo en el que se produce un récord de incendios en la selva brasileña. Pese a la preocupante cifra registrada el pasado mes, las organizaciones ecologistas han advertido que los incendios pueden escalar todavía más en los próximos meses, especialmente en agosto y septiembre, cuando se intensifica la época de sequía en la región.

Para contener su avance, el Gobierno brasileño publicó esta semana un decreto que suspende por 120 días el uso de fuego en la región y determina el envío de las Fuerzas Armadas para combatir la deforestación y los incendios.

Es la tercera vez en los dos últimos años que los militares son autorizados a participar en operaciones de combate a crímenes como la tala ilegal y de combate a incendios forestales en la Amazonia desde que el líder ultraderechista asumió la Presidencia, en enero de 2019. La última operación movilizó a 3.400 militares entre noviembre de 2020 y abril de 2021.

No obstante, la medida es cuestionada por las organizaciones ecologistas, quienes aseguran que el plan «fracasó de forma incontestable» en los últimos años. Ello porque los militares asumen parte de las actividades que eran ejercidas por los fiscales del Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama), un órgano que, como otros del área, ha sufrido fuertes recortes presupuestarios y de personal desde el inicio del Gobierno.

«Infelizmente, ese récord en el mes de junio no es una sorpresa, considerando la continuidad de la política medioambiental y la insistencia en la utilización de una herramienta cara con el envío de las tropas militares, que se mostró ineficaz en los últimos dos años», denunció Greenpeace en un comunicado.

De acuerdo con la ONG, el propio decreto avisa de antemano donde serán realizadas las labores de fiscalización por parte de los militares, lo que facilita la actuación de los delincuentes que propagan la destrucción de la Amazonia.

Mientras el fuego aumenta en la selva, diversos proyectos que estimulan la deforestación y la invasión de tierras públicas, así como la explotación de las tierras indígenas, están siendo debatidos en el Congreso, según advirtió Greenpeace.

Dichas medidas son defendidas vehementemente por Bolsonaro, quien en los últimos años ha flexibilizado la fiscalización de actividades que atacan directamente al
medioambiente, como la minería y el comercio de madera, en su mayoría practicado de forma ilegal en esa región.

Sus políticas fueron impulsadas principalmente por su entonces ministro de Medio Ambiente Ricardo Salles, quien se vio obligado a renunciar el pasado 23 de junio acosado por sospechas de vínculos con madereros ilegales. Pese a la apertura de la investigación en su contra, el presidente brasileño insistió en defenderlo y consideró a Salles como «uno de los mejores» y más fieles ministros de su gabinete.

Tras su renuncia, Bolsonaro designó como titular de la cartera al productor rural Joaquim Alvaro Pereira Leite, quien fue consejero durante más de dos décadas de la Sociedad Rural Brasileña (SRB), una de las organizaciones que representa el sector agropecuario en el país.

Los ecologistas han recalcado que el sucesor de Salles seguirá las órdenes de Bolsonaro y «continuará implementando la política de destrucción ambiental», pese a la cada vez mayor presión del mercado y de los países extranjeros, principalmente la Unión Europea.

El Tiempo


Amazônia tem junho com maior número de queimadas desde 2007

A Amazônia, pelo segundo ano consecutivo, teve junho com o maior número de queimadas desde 2007. Foram 2.308 focos de incêndios no bioma, pouco acima dos 2.248 focos registrados em junho do ano passado, crescimento de quase 3%. Os dados são do Programa Queimadas, do Inpe (Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais), atualizados diariamente.

Números tão elevados aproximam 2021 a cenários da década dos anos 2000, nos quais a Amazônia passava por grandes devastações e números recordes de queimadas. Em 2007, por exemplo, foram 3.519 incêndios registrados no bioma, ainda, por sua vez, distante do recorde no mês: 9.179 focos em 2004.

O número de queimadas registrado em junho de 2021 está um pouco abaixo da média histórica, dado que acaba aumentado devido aos altos índices dos anos 2000.

Olhando para a última década, porém, na qual o desmatamento foi melhor controlado e reduzido, junho atual apresenta números altos de fogo, acima dos cerca de 1.705 focos registrados, em média, no mês.

Os próximos meses são críticos para a Amazônia. Com o início da estação mais seca no bioma, aumentam as queimadas, que são diretamente ligadas ao processo de desmate. É nesse momento em que a mata derrubada em momentos anteriores (até mesmo no ano passado, em alguns casos) é queimada.

Por isso, costuma haver números elevados de fogo principalmente entre agosto e setembro.

Em 2019, a situação das queimadas foi tão crítica, especialmente em agosto, que iniciou uma crise internacional de imagem ambiental, com críticas, inclusive de mandatários de outros países, ao modelo atual de gestão da Amazônia. O contexto acabou levando à primeira operação, sob Bolsonaro, do Exército no bioma para tentar conter a devastação —plano que tem se mostrado infrutífero.

Apesar disso, no início dessa semana, o governo Jair Bolsonaro (sem partido), mais uma vez, prorrogou a presença militar na Amazônia, através da GLO (Garantia da Lei e da Ordem). Os militares devem permanecer em ação na mata até 31 de agosto.

O presidente também proibiu, por 120 dias, queimadas no país.

O governo Bolsonaro não vem implementando políticas que consigam estancar o desmatamento e as queimadas nos biomas do país. O presidente, na verdade, desde o início de seu mandato, minimiza o impacto do desmate e das queimadas.

Bolsonaro e seu vice, o chefe do Conselho da Amazônia Hamilton Mourão, também já lançaram acusaçõse, sempre sem provas, contra membros do Inpe. Bolsonaro chegou a dizer que Ricardo Galvão, o ex-diretor do instituto —que caiu após se defender dos ataques e responder ao presidente—, estaria «a serviço de alguma ONG», entidades que constantemente são alvos do presidente e de seus aliados.

O próprio ex-ministro do Meio Ambiente, Ricardo Salles, também já chegou a minimizar os incêndios na Amazônia e também o desmatamento.

Especialistas alertam, desde o início do governo atual, que falas, por parte de autoridades, que minimizam o problema podem passar uma ideia de impunidade a quem comete crimes ambientais e, consequentemente, acabar incentivando práticas delituosas, como desmate ilegal e queimadas.

Com o nome envolvidos em investigações da Polícia Federal, Salles pediu demissão na última semana. Em seu lugar, tomou posse Joaquim Pereira Leite.

Folha De S.Paulo


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