Dueños del Perú: La candidata de los ricos – Por Francisco Durand

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Por Francisco Durand*

El término “candidata de los ricos” lo acuñó el finado Alan García en las elecciones del 2006 cuando competía con Lourdes Flores, la lideresa del PPC. Flores viajaba en la flota de aviones del grupo Romero (ATSA), aceptando poner como candidato a la vicepresidencia a Arturo Woodman.

La colocación en la plancha del hombre de confianza de Dionisio Romero Seminario, considerado por décadas “el empresario más poderoso del Perú”, le mereció el acertado calificativo.

En las siguientes elecciones, los ricos encontraron a otra candidata femenina, Keiko Fujimori (KF), más popular, y que al menos, a diferencia de la desdichada Lourdes, siempre ha pasado a la segunda vuelta. Esta calificación vale para las tres últimas elecciones, y se hace más importante en el 2021, dada la polarización existente. A mayor susto, mayor plata hacia la candidata pro sistema.

El dinero que ha recibido KF es enorme. Se trata de millonarias donaciones directas, declaradas y no declaradas, y también aportes indirectos, vía campañas contra el candidato percibido como amenaza para el modelo económico concentrador de riqueza.

Estas campañas se hicieron el 2011 contra Humala y se hacen hoy con renovados bríos contra Castillo. Son campañas motivadas por el temor: se asustan entre los ricos y propagan en paralelo una política del miedo con el fantasma de Venezuela o la tesis de la expropiación extrema, “hasta de mis terrenitos”, como alguien ha declarado recientemente.

También se está preparando el clima para un posible gobierno cívico-militar, o un golpe de Estado. La campaña dirigida por los Miro Quesada, del grupo El Comercio-Correo, y seguida por todos los otros canales, además de las campañas subliminales de avisos luminosos y redes sociales en curso, no tiene precedentes en tiempos modernos. Quieren ser los electores y creen tener derecho a ello.

Pues bien, en las elecciones del 2011 (Humala versus Keiko), el dinero declarado y no declarado de los bolsillos profundos fue descomunal. Veamos las cifras elección a elección.

El 2011 KF recibió 9,505,000 soles (unos 2,5 millones dólares) de aportes no declarados. De ese total, $ 8,255,000 fueron donaciones directas empresario-candidato, bajo la mesa y en efectivo, facilitando la corrupción al abrir la posibilidad de usos privados. Ese dinero, hasta donde se sabe del caso Romero (Alicorp, Credicorp), salió de las cuentas de las empresas de los grupos de poder económico peruanos, no de sus bolsillos, de modo que ni siquiera afectó su fortuna personal (aunque si su reputación, lo han defenestrado de la dirección de Credicorp y Alicorp).

Dentro de este grupo de grandes donantes de dinero oculto tenemos a los jefes de la nueva oligarquía: Romero Paoletti del grupo Romero, Graña Miró Quesada del grupo G y M y de El Comercio-Correo, Ramssus Echecopar de Sudamericana de Fibras, Benavides Ganoza del grupo minero Buenaventura, Rodríguez Rodríguez del grupo Gloria, acompañados de Jorge Barata, el corruptor gerente de Odebrecht.

Algunos super grupos dirigidos por multimillonarios de la lista Forbes, sin embargo, no se meten en estas lides, al menos no directamente: Rodríguez Pastor (Intercorp), Belmont (Belcorp) y los Brescia (Breca, BBVA). Es otro su juego, más silencioso.

El resto de donaciones o fondos de campaña, un total de 1,250,00 soles (unos 300 mil dólares), salió de un aquelarre coordinado por Ricardo Briceño, el entonces presidente de la Confiep (hoy en problemas judiciales), donde participaron un selecto grupo de millonarios que armaron una bolsa para organizar y financiar una campaña paralela de “defensa de la empresa privada” y el modelo económico para defender el exitoso modelo que, según dicen, había creado el Milagro Peruano.

Las donaciones declaradas/legales de los mayores donantes alcanzan la cifra de $3,605,109, unos 950 mil dólares. Aquí destacan otros dos grandes grupos de poder: José Chlimper (jefe de Agrokasa), autor de la infame “Ley Chlimper” para subsidiar a los grandes agroexportadores, y los hermanos Wong Lu, ex dueños de la cadena de supermercado Wong, con inversiones diversificadas, incluyendo el canal digital Willax, de evidente sesgo ultraconservador, practicante asiduo del fake news.

El 2016, las cifras son menores por alcanzar la segunda vuelta un candidato salido de Wall Street, Pedro Pablo Kuczynski, compitiendo con Keiko, ahora en calidad de candidata semi-preferida de los ricos. Los grandes donantes se dividieron o aportaron a las dos candidaturas (su privilegio, que les genera enorme ventaja política y doble influencia, en el Ejecutivo y el Legislativo, y a través de ellos en el Judicial).

Los grandes aportes no declarados del 2016 (los detectados, en tanto debe haber varios otros no detectados) fueron de $1,925,000 (unos 500 mil dólares) , saliendo otra vez de bolsillos conocidos en la elección anterior: Familia Romero, Rassmus Echecopar y Jorge Peñaranda. Peñaranda ha sido acusado por recibir coimas de Odebrecht.

De lo declarado, un total de $2,669,809 (unos 700 mil dólars), destacan nuevamente las donaciones de los hermanos Wong Lu, Juan Francisco Raffo Novelli (jefe del grupo inmobiliario-minero Los Portales), y Madeleine Osterling Letts, heredera de una parte de fortuna de Roberto Letts Colmenares (minera Volcan, cuyo dueño murió soltero), conocida fujimorista.

Son cifras fuertes y solo Dios sabe cómo se han usado, con excepción del fiscal José Domingo Pérez, el ángel vengador que lucha por su sobrevivencia, uno de los pocos que se ha atrevido a investigar y armar expedientes de los dueños del país y la Confiep. La tesis del fiscal Pérez es que KF ha dirigido junto con su partido una mega operación de lavado de dinero, de varias fuentes, incluyendo las informales y las ilegales.

En la elección 2021, en la cual KF pasa nuevamente a segunda vuelta, compitiendo con el maestro y rondero Pedro Castillo (con nuevas reglas de gasto electoral, en plena pandemia, y con más susto de los ricos que el 2011), tenemos a la fecha pocos datos. No obstante, a partir de la segunda vuelta han aparecido importantes indicios de grandes gastos que deben ser financiados de alguna manera.

Dos tipos de gastos fuertes no contabilizados relacionados a la campaña electoral destacan. El indirecto más importante es el gasto publicitario de imponentes carteles luminosos con propaganda anticomunista. Los carteles son evidentemente un instrumento de la campaña, aunque no aparezca la foto de KF ni el logo de su partido. Apuntan a defender su candidatura atacando al candidato opositor y apelando al anticomunismo tipo Guerra Fría.

La empresa Punto Visual (fundada en 1996, que al parecer es controlado por el Grupo Maldonado) es la encargada de esta tarea propagandística de política del miedo. Los 10 (o más) super paneles luminosos colocados en zonas estratégicas de Lima cuestan en promedio $10,000 mensuales por concepto de alquiler. Hagamos un cálculo: los letreros van a estar dos meses, lo que hace un total (sólo por este rubro, es decir sin contar el costo de diseño creativo y si solo se limitan a 10), de 200,000 soles.

¿Se trata de una donación de Punto Visual? ¿O es una operación de gasto indirecto de bolsillos profundos que han pagado a la firma? Este es uno de los misterios financieros de la campaña 2021 y la ONPE tiene la obligación de investigarla para prevenir delitos electorales.

El otro concepto de gasto muy fuerte son los pagos a especialistas internacionales de manejo mediático. Jaime Durán Barba, ecuatoriano experto en campañas electorales (asesor de imagen del presidente electo Lasso en la segunda vuelta) es considerado uno de los jales más importantes y costosos de KF.

Si se confirma la sospecha de ser el asesor principal, en sumas que pueden estimarse en varios cientos de miles de dólares, tenemos otro mega gasto que se debería reportar. Durán Barba ya ha realizado declaraciones como experto mediático en La República.

De modo que KF, tanto ayer como hoy, tiene mucho que gastar, mucho apoyo entre los ricos (sean formales, informales y quizás hasta delictivos), y también, mucho que explicar sobre quiénes y cómo han contribuido directa e indirectamente a sus costosas campañas en tres elecciones consecutivas.

El 2011-2016 recibió un total de $10,430,000 (unos dos millones 750 mil dólares) debajo de la mesa. y el 2021 puede ser más debido a la mayor polarización Lima/provincias, pobres/ricos existente. Si KF gana, usará el poder de la presidencia para cerrar los casos y recolocar a la mafia judicial en el poder, liquidando el equipo Lava Jato, que ha sido el primero en investigar el poder de los ricos, y toda la clase política que colaboró con ellos, y los sobornos que pagaron.

Es decir, va a agudizar el curso degenerativo de la institucionalidad judicial. Aquí no hay una defensa de la propiedad privada sino de los sobornos de alto nivel y los pagos bajo la mesa.

Si KF pierde, el lavado de dinero y los megasobornos de los ricos constructores será su principal punto vulnerable si es que el equipo especial Lava Jato puede finalmente cerrar los casos con una probable condena a KF, su partido y los grandes empresarios del Club de la Construcción.

Ser la candidata de los ricos es tanto una oportunidad de comodidades como una garantía para tener más donaciones que el resto de candidatos y hasta de alguien más. También un problema. Lo fue para Lourdes Flores, por abrirle un flanco que aprovechó el astuto Alan García el 2006.

Lo ha sido para KF desde el 2011 al recibir dinero bajo la mesa de múltiples fuentes, generando el consabido escándalo y hasta su ignominiosa prisión preventiva. Es el precio que se paga por agraciarse con los dueños del país y querer llegar a la presidencia como sea y para servir a sus fuentes.

*Sociólogo por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), PhD en Ciencia Política y Economía Política, por la Universidad de Berkeley en California (USA). Ha sido docente en la Universidad de Texas, en Austin. Investigador en el Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo (DESCO), y profesor del Departamento Académico de Ciencias Sociales de la PUCP.


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