Qué proponen los colectivos feministas en el Paro Nacional en Colombia

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Por Laura Tatiana Peláez Vanegas

El pasado domingo 9 de mayo la violencia en el Paro Nacional escaló otro peldaño. En Cali, la ciudad más afectada por los abusos de la fuerza pública en este #ParoNacional, personas vestidas de civil dispararon contra la Minga Indígena.

Ocho indígenas resultaron heridxs después del ataque, que se llevó a cabo desde camionetas sin placa, de día y sin una respuesta por parte de la Policía. Todo esto quedó registrado y esparcido por las redes sociales durante el domingo y el lunes.

A 14 días del inicio del Paro Nacional, la situación es grave. Al ataque indiscriminado contra la Minga se suman 313 víctimas de violencia física por parte de la Policía, 12 casos de violencia sexual, 379 casos de desaparición y 40 víctimas de violencia homicida, según cifras de la ONG Temblores.

Entre las muertes registradas está la de Lucas Villa Vásquez. El manifestante falleció en Pereira después de recibir ocho disparos. Ante la presión social, Iván Duque decidió viajar en la madrugada del lunes a Cali (luego de haber dicho que no iba) y adelantar la mesa de diálogo con el Comité del Paro Nacional.

Después de cuatro horas de reunión hubo dos balances distintos. El Gobierno Nacional anunció que el diálogo iba por buen camino, pero el Comité afirmó que definitivamente el Gobierno no tenía voluntad para escuchar ni para negociar.

El país ya no aguanta una noche más de ansiedad. Anoche se reportaron nuevos abusos de la fuerza pública contra manifestantes en Siloé, un epicentro dentro de Cali. Organizaciones y medios locales hablan de 22 heridxs. En Bogotá, en la noche del lunes también se presentaron ataques a manifestantes. Uno de ellos recibió un disparo en el pecho.

Hay que salir de la horrible noche. Muchos sectores de la sociedad son conscientes de esto, y esta semana el ánimo de diálogo, de espacios colectivos, de propuestas y de búsquedas de interlocución se está generalizando.

Los movimientos feministas hacen parte de estos sectores que se están pensando propuestas transformadoras como vías de solución ante la crisis social en el país. Por eso durante el fin de semana más de 500 feministas y cerca de 173 organizaciones se organizaron para hacer una serie de propuestas al país que pueden encontrar aquí.

Las feministas paramos y proponemos soluciones

Desde la práctica política feminista, las mujeres que se organizaron buscan fortalecer la democracia y reivindicar la movilización social. Esa misma que desde ciertos sectores políticos ha sido estigmatizada y confundida con terrorismo o vandalismo, cuando es un derecho constitucional protegido.

“Nosotras fundamentalmente estamos hablando de la protección a la protesta social (…) Aquí no hay respuestas para los y las jóvenes que buscan tener un mejor país. Y hay que darles esas respuestas”, asegura Adriana Benjumea, abogada feminista miembro de la Coorporación Huamanas, un centro de estudios y acción política feminista.

Las feministas creemos que otro mundo es posible para nosotras y para todxs lxs ciudadanxs que habitan este territorio. Y las propuestas del documento, conscientes de esto, van encaminadas a exigir una vida libre de violencias. Esa a la que todxs tenemos derecho.

Lo primero que plantea este listado de propuestas es que el Gobierno no solo se limite a dialogar, sino que negocie puntos mínimos para poder salir de la crisis. Aunque este punto lo comparte el Comité del Paro, ¿por qué presentar propuestas desde un lugar distinto?

Para María Eugenia Ramírez, feminista defensora de Derechos Humanos y directora ejecutiva de ILSA, –Instituto Latinoamericano para una Sociedad y un Derecho Alternativo– la razón es que el Comité del Paro Nacional no es suficiente para representar a las feministas.

“Las mujeres hicimos un esfuerzo muy grande para participar en el Comité. Ha sido muy difícil a pesar de que se han incorporado algunos puntos. Por ejemplo: las exigencias sobre derecho al trabajo y sobre derechos sexuales y reproductivos”, argumenta. “Es inútil estar en espacios machistas, patriarcales. El Comité del Paro no representa ni a las mujeres ni a los jóvenes”, sentencia ella.

Elizabeth Quiñones, feminista, PhD en filosofía y miembro del Comité del Paro entiende las razones de María Eugenia. “Organizaciones populares feministas me propusieron para que estuviera dentro del Comité de Paro. No obstante, ese espacio está muy masculinizado”, argumenta. Para ella, dentro del pliego del Comité se han alcanzado logros en temas de género. Sin embargo, como en tantos espacios, no es suficiente.

Entonces, desde un lugar de construcción propio, las feministas exigimos también que el Gobierno condene los abusos de la Fuerza Pública y que la sociedad que apoya la protesta rechace la violencia en su desarrollo, buscando siempre su desescalamiento.

Además, pedimos la desmilitarización inmediata de las ciudades y la eliminación del uso de la figura de asistencia militar para contenter la protesta social.

“El Gobierno está intentando precipitar la crisis para poder militarizar el territorio. A eso las feministas decimos: ‘Basta ya de masacrar a nuestro pueblo’. No cesaremos de demandar el diálogo”, afirma Elizabeth, también miembro de la organización Red Rojo Violeta.

Frente a esa exigencia, Adriana añade: “Una de las reivindicaciones históricas del feminismo es la no militarización. Esa no es la salida a problemas sociales. Lo que queremos es que este gobierno investigue la brutalidad policial”.

Dentro de las exigencias se destaca una renta básica universal que priorice a las mujeres. De acuerdo con el DANE, en el primer trimestre de 2021 el desempleo para nosotras las mujeres alcanzó el 20,7 por ciento. Casi diez puntos porcentuales más sobre los hombres.

También se exige la reducción de las desigualdades, sobre todos las brechas de género en poblaciones indígenas y afrocolombianas, así como la renuncia inmediata del ministro de Defensa, Diego Molano.

Asimismo estos puntos reclaman justicia ante las graves violaciones de Derechos Humanos en el marco del Paro Nacional y una reforma a la seguridad en la que “la Fuerza Pública sea guardiana de la democracia y de la vida”.

“Desde las organizaciones de mujeres siempre hemos pedido que las múltiples voces, formas de sentir, pensar y desear el mundo que nos merecemos como colombianas y colombianos sean escuchadas. Creemos en otro país posible con plenitud de garantías. Exigimos ya mismo la protección de la vida de las y los manifestantes y de la protesta”, concluye Elizabeth.

Dentro del Comité del Paro no caben todos los sectores

Las propuestas de los feminismos en toda su diversidad, cómo menciona el documento, se enmarcan en una semana que está empezando a caracterizarse por buscar soluciones ante la crisis, de lado y lado.

La urgencia de encontrar una salida a los conflictos hizo que el Comité presentara un pliego de emergencia que se resume en siete peticiones: el retiro de la reforma a la salud, renta básica por lo menos de un salario mínimo mensual, defensa a la producción nacional, matrícula cero, la no discriminación de género, étnica ni de diversidad sexual, no privatizaciones y detener las erradicaciones forzadas de cultivos ilícitos y aspersiones con glifosato.

Desde Puerto Resistencia –antes Puerto Rellena–, en Cali, lxs jóvenes también le proponen una hoja de ruta al Gobierno. Buscan una mesa nacional de diálogo con el poder ejecutivo, el legislativo y las organizaciones internacionales de Derechos Humanos. Esta zona ha sido de las más golpeadas de la ciudad, que ya suma 35 personas asesinadas en el marco del Paro, según cifras de Temblores e Indepaz.

En ella exigen el reconocimiento del abuso policial por parte de la Policía Nacional y del ESMAD. También exigen reparación para las víctimas en el marco del Paro Nacional. Sobre todo, Lxs jóvenes de Primera Línea Puerto Resistencia piden condiciones laborales dignas, oportunidades y reducir la brecha de desigualdad en el país, las mismas razones que lxs tienen en las calles.

Desde otras esferas de la ciudadanía también proponen el diálogo a través de asambleas locales y populares. Estas formas de participación política buscan que más ciudadanxs puedan discutir temas vitales sin la burocracia de por medio. El corazón de la propuesta es la corta duración, la escogencia de tres temas como máximo y la elaboración de un balance, la definición de un problema y una propuesta.

¿Veremos esta semana al cese a las horribles noches de un país que lleva dos semanas sin dormir?

Manifiesta

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