Adriana Zúniga, médica salubrista hondureña: “En Centroamérica las desigualdades en salud se profundizaron durante la pandemia”

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Entrevista a Adriana Zúniga, médica y salubrista hondureña

Por Denise Godoy, de la redacción de NODAL

La situación sanitaria en Centroamérica ha sido crítica desde el inicio de la pandemia y las acciones tardías de los gobiernos no pudieron evitar el agravamiento de la crisis provocando desplazamientos forzados, caravanas migrantes y un alto grado de descontento social canalizado en protestas, como en el resto del continente. Durante la segunda ola, países como Honduras, Costa Rica y Guatemala afrontan récords de contagios acompañados de altos porcentajes en ocupación camas. Sumado a esto, los gobiernos aún no logran avanzar en acuerdos para el acceso regular a las vacunas y hasta el momento han recibido pequeños lotes de los diversos laboratorios y del mecanismo COVAX de la Organización Mundial de la Salud (OMS).En entrevista con NODAL, Adriana Zúniga, médica salubrista hondureña, analiza las dificultades que enfrentan los países de Centroamérica en la lucha contra el Covid-19.

¿Cómo analiza la situación sanitaria actual en Centroamérica?

Ya era compleja antes de la pandemia. En Centroamérica las desigualdades en salud pesan, y se marcan más en tiempo de coronavirus. Los primeros casos en la región se dieron en marzo del 2020 y hemos tenido muertes, hospitales colapsados y una economía que no resiste restricciones y cuarentena.

En la actualidad, en la región centroamericana hay un boom de casos. Honduras ya supera los 200 mil contagios y las cinco mil muertes y Costa Rica tiene una ocupación de camas UCI casi en el límite.

¿Cómo fueron las respuestas de los gobiernos centroamericanos en este contexto? ¿Qué medidas de coordinación tomaron los países para enfrentar la pandemia?

En Honduras se han llevado a cabo políticas que favorecen a las grandes empresas y estos beneficios no se trasladan a la mayoría de la población que es pobre en un 60%. Acceder a una prueba de Covid ha sido un privilegio en la región y a una cama en cuidados intensivos ha sido muy difícil en Honduras que solo contaba con 150 camas disponibles para 10 millones de habitantes.

Costa Rica, que mantiene el cierre de actividades no esenciales en cuatro de sus más pobladas provincias, inició la vacunación a partir de diciembre y ya se aproxima al millón de inoculados con la primera dosis. Países como Honduras, El Salvador y Nicaragua recibieron las primeras vacunas a finales de febrero. El Salvador ha vacunado también a casi un millón de habitantes, mientras que Honduras únicamente ha vacunado un 0.03% de la población, 2500 personas. En Guatemala más de 182 mil personas ya tienen la primera dosis y en Panamá tiene más de 700 mil vacunados.

En Centroamérica, las primeras dosis han sido dosis mediante el mecanismo COVAX Facility de la OPS. Sin embargo los gobiernos han tenido barreras para poder comprar las vacunas para su población.
La región ha recibido apoyo de organizaciones no gubernamentales, e internacionales como SICA, y OPS/OMS. También en noviembre del año pasado sufrió por dos huracanes, ETA y IOTA, dejando muertos en Nicaragua, Honduras, Guatemala y El Salvador.

¿Cómo se vieron afectados los sectores más vulnerables? ¿Qué puede decir sobre la violencia de género en pandemia?

La mayoría de la población más empobrecida de la región vive de la economía informal y de la agricultura. Estas personas no tienen ingresos fijos, por lo tanto era imposible cumplir restricciones a la movilidad. Honduras tuvo medidas de restricción más inflexibles, toque de queda etc.

En Honduras, existe un contexto de violencia persistente y generalizada que afecta desproporcionalmente a la mujer. La violencia contra las mujeres no cesa en tiempos de pandemia. Se incrementa. Según la organización de mujeres Visitación Padilla, de enero a septiembre del 2020 se reportaron 43. 590 denuncias de violencia doméstica, y 32. 930 denuncias de violencia intrafamiliar.

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), los países de América Latina con mayor tasa de feminicidios por cada 100,000 habitantes son El Salvador (6.8), Honduras (5.1) y Bolivia (2.3).

En la región los niños y niñas también han sido víctimas de violencia sin embargo, se ha violado el derecho a la educación, barreras de conectividad, acceso, han dejado cientos de niños y niñas sin acceso a clases debido a que las tecnologías de la información no están a la alcance de todos y todas, mucho menos en estos momentos.


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