Este domingo inicia en Cartagena la VIII Cumbre de la Alianza del Pacífico
El 10 de febrero los presidentes de Colombia, México, Chile y Perú se darán cita en Cartagena dentro de la VIII Cumbre de la Alianza del Pacífico. ¿Qué buscan con el encuentro y cuáles serán sus repercusiones?
El enigma empezará a dilucidarse con total certeza el 10 de febrero, cuando Juan Manuel Santos, Sebastián Piñera, Ollanta Humala y Enrique Peña Nieto se den cita en Cartagena y ‘corten la cinta’ de la VIII Cumbre de la Alianza del Pacífico. Un encuentro que no solo será aprovechado por los Jefes de Estado para revisar los avances en el proceso de integración de sus países sino que tendrá como eje central la suscripción de un documento denominado “Protocolo Adicional al Acuerdo Marco”.
En palabras simples, el escrito dejará sentadas las bases de una ‘trilogía’ de obligaciones conjuntas: 1. Cooperar en materia migratoria 2. Hacer más atractivos sus mercados frente al mundo, en especial frente al Asia Pacífico 3. Fortalecer el desarrollo y la competitividad de sus economías, con miras a superar la desigualdad social.
Alrededor de esa baraja de intenciones, es precisamente donde girará la Alianza en los años venidero. Y aunque aún luce incipiente, hoy sus resultados comienzan a verse. A estas alturas -como consecuencia del acuerdo- fueron eliminadas las visas entre Chile, Colombia, México y Perú; el comercio de dichos países sufrió una desgravación arancelaria del 92% y, por si eso no fuera suficiente, crearon un fondo de cooperación encauzado a irrumpir en nuevos mercados.
A esta catarata de satisfactorias consecuciones habría que sumarle el buen clima que se respira para hacer negocios entre los países que constituyen el ‘pacto’ del Pacífico. A la luz del célebre informe Doing Business 2012 del Banco Mundial, de los 32 países de América Latina y el Caribe, las cuatro naciones de la Alianza figuran entre las primeras cinco que brindan mejores beneficios a la hora de embarcarse en un negocio: Chile descuella en el primer lugar, Colombia en el tercero, México en el cuarto y Perú en el quinto.
Pero para dimensionar la trascendencia intrínseca a la Alianza del Pacífico, no está de más echarles un vistazo a las cifras que la rodean. Como bloque económico, Colombia, Chile, México y Perú componen una población cercana a los 210 millones de habitantes que, en plata blanca, representa el 36% de toda Latinoamérica. En la más simple de las aritméticas, ese universo poblacional equivale al 35% del Producto Interno Bruto (PIB) de la Región.
Por último, no sobra decir que los países de la Alianza del Pacífico constituyen el 26% del total de flujos de inversión extranjera directa de América Latina y el Caribe.
Así pues, este nuevo encuentro entre los presidentes de la Alianza se constituye en una oportunidad de oro para poner a rodar esta prometedora y sólida coalición que, además de fortalecer sus lazos comerciales, busca sumergirse dentro del mercado asiático.
http://www.dinero.com/actualidad/economia/articulo/cumbre-alianza-del-pacifico/191547
Colombia: Alianza del Pacífico no se saltará al Congreso
El acuerdo comercial entre los países de la Alianza del Pacífico (AP), que será firmado el lunes en Cartagena por los cuatro presidentes en la VIII Cumbre del bloque regional, será debatido en el Congreso y, posteriormente, pasará al examen de la Corte Constitucional.
Así lo aseguraron la ministra de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín, y su colega de Comercio, Santiago Rojas.
Los dos ministros ratificaron que el protocolo comercial, como es llamado esta parte del Acuerdo Marco de la Alianza del Pacífico, tendrá que cumplir los mismos pasos que cualquier acuerdo o tratado de comercio negociado por Colombia.
La Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), que se opone al acuerdo, interpreta que el hecho de denominar ‘protocolo’ al resultado de la negociación comercial entre los cuatro países es para no tener que someterlo a discusión de Senado y Cámara.
Pese a las afirmaciones de la Canciller y el Ministro de Comercio, en el ambiente flota la idea de que el Gobierno quiere eludir el control del Congreso a los acuerdos comerciales, cuyo contenido debe ser aprobado con una ley.
El negociador del sector agropecuario en los TLC con Estados Unidos y la Unión Europea, Andrés Espinosa, dijo en su columna del diario ‘Portafolio’ que si la intención con el Protocolo es sacarle el cuerpo al legislativo y a la Corte Constitucional se deberían prender las alarmas “a fin de afianzar el respeto de los mandatos legales que rigen los tratados internacionales en Colombia”.