Gustavo Petro, senador colombiano: «Las campañas de la derecha se fundan sobre la mentira»
¿Por qué le temen a Gustavo Petro? El senador de Colombia Humana responde
En entrevista con SEMANA, Gustavo Petro, uno de los candidatos favoritos a la presidencia, responde a los miedos que causa su nombre. Habla de Chávez, de su pasado en el M-19, de Santrich, de los empresarios y los banqueros, y propone revisar la extradición.
Por Vicky Dávila
Vicky Dávila: Si las elecciones fueran hoy, usted sería el presidente de Colombia. ¿Está de acuerdo?
Gustavo Petro: Sería altamente probable. Que eso no ocasione miedos. Sería un cambio y al cambio no hay que tenerle miedo.
V.D.: ¿Usted le diría eso a la gente: no tengan miedo de Gustavo Petro?
G.P.:
Nosotros lo que proponemos es el desarrollo de un capitalismo productivo, de generación de riqueza pero también de distribución de esa riqueza. A eso no hay que tenerle miedo.
V.D.: La gente no le tiene miedo a eso, le tiene miedo a usted.
G.P.: La verdad, yo no creo que me tengan miedo a mí, porque yo no le he hecho mal a nadie. Hay inercias dentro de la sociedad que quisieran que sigamos como estamos. La corrupción le tiene miedo al cambio. ¿Cómo los corruptos no van a sentir miedo de que nosotros ganemos si llevan gobernando dos siglos?
V.D.: ¿Usted no cree que haya gente buena a la que usted le despierta temores?
G.P.: Obvio. Porque las campañas de la derecha se fundan sobre la mentira. Yo he tenido anécdotas. Una señora en un supermercado empezó a persignarse y a hacerme cruces, y yo decía: ¿qué pensará esta señora? Pues que en su iglesia le han dicho que yo voy a quemar iglesias, y yo lo que he hecho es reparar iglesias, como la del Voto Nacional. Así no solo se genera miedo, sino odio. Así fue como pudo triunfar el voto contra la paz. Y así fue como pudo triunfar Duque, sobre una campaña sustentada en la mentira, como las de Trump y Bolsonaro.
V.D.: Si usted tiene en frente a una persona que tiene temores, ¿cómo la convencería de que usted no es el monstruo contra la democracia que muchos pintan?
G.P.: ¿Cómo puedo ser una amenaza contra la democracia si no hay democracia? En democracia no se construyen esas enormes barreras sociales, no se bombardean niños, no aparecen 6.402 jovencitos asesinados por el Estado.
V.D.: Algunos lo ven a usted como el Hugo Chávez colombiano, ¿qué piensa de eso?
G.P.: Hay una persona que se parece muchísimo, aunque desde otro espectro ideológico, a Chávez.
V.D.: ¿Quién es?
G.P.: La persona que comenzó la reforma del código minero para que el país ya no viviera de café fue Andrés Pastrana, y quien implementó esa reforma entregando medio país fue Álvaro Uribe Vélez. Hay una similitud ahí: economías que dependen de los hidrocarburos y políticas dependiendo de prorrogar su mandato con cambios en la constitución.
V.D.: ¿O sea que usted no se parece a Hugo Chávez?
G.P.: No.
V.D.: Pero usted era amigo de Hugo Chávez…
G.P.: Ser amigo no necesariamente significa comulgar política y económicamente. De hecho, cuando se trata de liderazgos políticos, en América Latina hay que construir redes; pero la amistad no significa cofradía ideológica. El presidente Uribe y el presidente Duque tienen una estrechísima amistad con el presidente de Honduras, que acaba de ser acusado como un gran exportador de cocaína. ¿Significa que el señor Uribe y el señor Duque son narcotraficantes?
V.D.: ¿Cómo recuerda su último encuentro con Chávez?
G.P.: Fue muy rápido, en 2006. Ellos vivían sus lógicas, sus conflictos y circunstancias difíciles. Yo estuve allí después de una amenaza de muerte que tuve.
V.D.: ¿Se considera admirador de Chávez?
G.P.: A mí me gustó su pensamiento bolivariano antes de ser presidente.
V.D.: ¿Hoy reconoce que Chávez y Maduro acabaron con Venezuela?
G.P.: Yo pienso que hay diferencia entre Chávez y Maduro. Veo en Maduro a alguien muy parecido, por sus capacidades, a Duque. No se puede decir lo mismo de Chávez. Él tenía similares capacidades políticas que Uribe, para hacer el símil. Venezuela ha destruido su economía. En eso han ayudado Colombia y Estados Unidos.
V.D.: En todo caso, los que acabaron con Venezuela fueron Chávez y Maduro, no se destruyó sola…
G.P.: Son dos elementos fundamentales: quien hace depender su economía del petróleo, Chávez y Maduro, y quien bloquea las exportaciones. Pusieron en bandeja a Venezuela para que fuera golpeada.
V.D.: Esos bloqueos son consecuencia de ser un Gobierno narco, como el de Maduro.
G.P.: Si estamos en Colombia, creo que antes de esas acusaciones deberíamos lanzar las acusaciones de los Gobiernos colombianos ligados al narcotráfico, porque la cocaína se produce es en Colombia.
V.D.: ¿No le cree a esa corte de Estados Unidos que busca por narcotráfico a Maduro?
G.P.: Si yo llego a ser presidente de Colombia, lo que inicio es una investigación sobre las rutas del narcotráfico por Venezuela. Y si en esa investigación colombiana aparecen esas frases como ciertas, hacemos el proceso de juzgamiento, pero en Colombia.
V.D.: O sea que usted no le cree a Estados Unidos…
G.P.: Mira lo que pasa con Assange. ¿No te has enterado? Assange es un periodista como tú. Muy profundo. Muy inteligente. Que logra encontrar todos los cables de las embajadas diplomáticas de Estados Unidos.
V.D.: ¿Pero no le parece que la comparación no va…?
G.P.: Discúlpame, Vicky. Antes de que tu pasión interrumpa mis respuestas.
V.D.: Es que estamos patinando en lo mismo, dígame sí o no.
G.P.: Estamos patinando en lo mismo porque quieres conducirme a decir que yo soy amigo de Maduro. Y no soy amigo de Maduro. Pero quiero contestar las preguntas. Assange es juzgado por la Justicia por decir la verdad. Es un periodista. Y ahí se destruyó la libertad de expresión del mundo. Si yo soy el presidente de Colombia, discúlpame, mi justicia es la justicia de Colombia. No la justicia de otro tipo de poderes o intereses económicos. Pero no arrodillarme a poderes extranjeros. De eso a mí no.
V.D.: Eso quiere decir que usted no cree en esas investigaciones que dicen que Nicolás Maduro es narcotraficante, y que están en una corte de los Estados Unidos.
G.P.: ¿Qué quieres que piense? Que están evadiendo la investigación de las verdaderas rutas. Eso es lo que yo veo. No es de creer o no creer. Un presidente de la República no le cree a justicias extranjeras porque si no acabó con la soberanía nacional. Le cree a la justicia de su Estado, que debe ser autónoma, independiente y fuerte.
V.D.: Para cerrar este tema, Diosdado Cabello dijo en 2018 lo siguiente: Petro, que ahora anda hablando mal del chavismo, vino aquí a pedir dinero para su campaña. Por eso es que perdió. Los pueblos no quieren a los cobardes, a los guabinosos.
G.P.: Ahí tienes el grado de cariño que me tienen. Lo que está descubriendo es lo contrario a sus preguntas. La gente que hoy representa a Maduro no me quiere porque yo represento, dentro del progresismo latinoamericano, una visión completamente diferente a la del Gobierno de Venezuela.
V.D.: ¿Usted les pidió ayuda para la campaña de 2018?
G.P.: La última vez que fui a Venezuela fue en 2006. ¿Qué tiene que ver el 2018 con lo que estás diciendo?
V.D.: Hablemos de otro tema. Usted dice que no se arrodilla a otro Estado. ¿Si usted llega a ser presidente, continuaría con las extradiciones a Estados Unidos?
G.P.: Haría una propuesta. Todo el tema de extradición debe supeditarse a la paz. Hay que ofrecer una política de sometimiento colectivo a la justicia de los grupos narcotraficantes. El mismo Uribe hizo una, que fue una alianza política con un grupo de narcotraficantes, y le salió muy mal porque cuando empezaron a decir la verdad, los extraditó. No puede ser una negociación con el Gobierno, como hizo Uribe. Le explico: un proceso de extradición debe tener dos fases. La primera, si el narcotraficante y su organización entregan todo, dicen la verdad y se someten a la Justicia, deben pasar sus penas en Colombia. Si un narcotraficante engaña, entonces debe salir extraditado. Pero esa extradición no puede ser como la de hoy. Que si entrega dinero en Estados Unidos queda libre. Por eso, ahora prefieren irse extraditados. Habría que hacer un acuerdo bilateral para que la extradición sea sin beneficios jurídicos.
V.D.: ¿Usted cree que Estados Unidos aceptaría negociar eso?
G.P.: El Gobierno de Trump renegoció el tratado de libre comercio con México. Entonces, sí creo que dirían probemos.
V.D.: ¿Usted cree en la legalización?
G.P.: El tema de la marihuana ya me parece una estupidez mantenerlo en la clandestinidad, para que los familiares de expresidentes hagan los negocios de exportación de marihuana legal, y en cambio les echen bombas a los campesinos y a sus hijos que producen marihuana en el Cauca.