Claudia Blum, canciller colombiana: «La dictadura criminal de Nicolás Maduro no merece concesiones»

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Por Armando Neira

En los últimos días ha habido críticas de varios sectores a la política exterior de Colombia. ¿Cómo ve usted esa situación?

Las críticas vienen de sectores que se habían acostumbrado a la actitud complaciente y a la diplomacia del silencio ante temas internacionales de grave impacto para el país. La política exterior del presidente Iván Duque abandonó la laxitud del pasado y recuperó los principios fundamentales de la nación.

¿A qué se refiere, en particular?

A pesar de las críticas, asumimos la defensa de la democracia y del Estado de derecho, como lo hacemos frente a la situación en Venezuela que tanto afecta a la región. Con visión de futuro, defendemos una agenda ambiental ambiciosa, y así lo reflejamos en el compromiso de reducir el 51 % de emisiones al 2030, en el marco del Acuerdo de París. Creemos en relaciones económicas que promueven el comercio y el emprendimiento, pero que, además, apoyen la equidad, como lo hacemos en nuestras presidencias en la CAN y la Alianza del Pacífico.

¿Cuál es la política exterior de Colombia?

Tenemos una política exterior que reconoce la importancia del multilateralismo y la cooperación entre países frente a problemas comunes. Y que diversifica y construye las relaciones bilaterales, sobre principios y metas compartidas. Una política exterior de diplomacia para la legalidad, el emprendimiento y la equidad, respaldada en la sostenibilidad ambiental. Una política que supera el discurso y pasa a la acción.

¿Por ejemplo?

En legalidad, por ejemplo, en el Grupo de Lima o la OEA generamos presión sobre el régimen ilegítimo de Maduro y en otras situaciones antidemocráticas; y lideramos la cooperación contra la delincuencia transnacional, como las operaciones Orión frente al narcotráfico. En emprendimiento, culminamos el TLC con Israel; y acuerdos que eliminan la doble tributación con Francia, Italia y el Reino Unido, para promover la inversión. En equidad, gestionamos cooperación internacional en la atención a migrantes y en la respuesta ante la pandemia.

¿Cuáles son los éxitos de esa política exterior?

Son muchos, pero quisiera destacar algunos: En la OEA, acogimos la Asamblea General de 2019. Y postulamos y promovimos la reelección de Luis Almagro, un secretario general comprometido con la Carta Democrática Interamericana. Asumimos por primera vez las presidencias simultáneas en la CAN, Prosur y la Alianza del Pacífico, donde impulsamos agendas regionales para la reactivación. En consolidación de la paz, afianzamos el apoyo internacional en proyectos de la política Paz con Legalidad y a la Misión de Verificación de la ONU. En la agenda ambiental, creamos el Pacto de Leticia por la Amazonia, impulsamos la protección de la biodiversidad y nuevos compromisos contra el cambio climático, y lanzamos la estrategia global para preservar los páramos. En materia migratoria, el Estatuto Temporal de Protección es otro hito que permitirá regularizar a los venezolanos, en beneficio de ellos y del país.

Hablando del Estatuto, Colombia ha recibido una lluvia de felicitaciones por la decisión, pero esos abrazos se traducirán en ayudas económicas. ¿O Colombia va a enfrentar sola este desafío?

Cuando se tomó la decisión de crear el Estatuto Temporal de Protección, lo hicimos porque es la mejor política para tener una migración ordenada, regular y segura. Con el registro migratorio también tendremos información que permitirá una mejor atención, e impactará positivamente la vida de los migrantes y de las comunidades que lo reciben.

Pero ¿con qué recursos?

De todas formas, seguimos convocando la cooperación internacional para complementar los esfuerzos de Colombia. Nuestro país asume hoy la atención en salud, educación, protección infantil y otros servicios sociales para esta población. Y por eso, este año tendremos en junio una nueva Conferencia de Donantes, en la que esperamos mayor compromiso mundial con la crisis migratoria más grande de América.

Ha mencionado usted los logros. Pero, a manera de autocrítica, ¿qué objetivos falta por cumplir?

Le diría que la restauración democrática en Venezuela es, sin duda, el reto principal. Gracias al cerco diplomático, ya no hay indiferencia en el mundo sobre la crisis de ese país y sus graves consecuencias humanitarias, políticas, sociales, económicas y de seguridad. Ya iniciamos el camino, y solo la unión y la presión creciente de la comunidad internacional podrán hacer realidad ese anhelo de libertad de los venezolanos.

A propósito de Venezuela, el presidente Duque, en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, pidió dejar la indiferencia ante los “crímenes atroces” de Maduro. ¿Qué esperan de este llamado?

Que la comunidad internacional se una y exija justicia frente a esos crímenes, denunciados por varios Estados e incluso por instancias de la ONU y la OEA. Así mismo, que los países indiferentes, o que brindan algún apoyo al régimen de Maduro, comprendan que estamos frente a una dictadura criminal que no merece concesiones. Y que la Corte Penal Internacional asuma las investigaciones formales sobre esos crímenes, para evitar la impunidad.

.¿Cómo están en realidad hoy las relaciones con Cuba y qué esperan de ese país?

Con Cuba tenemos relaciones diplomáticas desde 1902. Aunque tenemos diferencias, esperamos superarlas con cooperación y diplomacia. Insistimos en que Cuba cumpla con el tratado de extradición vigente entre ambos países y entregue a los líderes del Eln solicitados por los jueces de Colombia. Y ante el posible atentado terrorista de ese grupo, sobre el que nos alertaron los cubanos, pedimos colaboración con más información.

Y en otro asunto, ¿usted cree que ya con Joe Biden en funciones plenas, en el Gobierno de EE.UU. va a haber cambios hacia Colombia?

Las sólidas relaciones históricas se van a mantener y a afianzar con el tradicional apoyo bipartidista en ese país. Nuestra agenda económica, de inversiones en seguridad y justicia, y de cooperación en temas sociales y del desarrollo, sigue adelante. Habrá, sin duda, nuevos énfasis.

¿En qué casos?

Por ejemplo, la agenda ambiental que el presidente Biden impulsa tendrá en Colombia especial apoyo, dado el liderazgo del presidente Duque en este campo. Y esperamos reforzar el trabajo conjunto en escenarios multilaterales que el nuevo gobierno de EE. UU. busca revitalizar.

Volviendo a nuestras fronteras, se ha dicho que Colombia busca interferir en las elecciones de Ecuador, ¿eso es así?

Colombia ni interviene ni se pronuncia sobre procesos electorales democráticos en ningún país. La colaboración entre las dos entidades judiciales se dio porque la Fiscalía ecuatoriana solicitó la cooperación de su par de Colombia. En este campo existe un acuerdo de cooperación judicial entre los dos países, que funciona sin participación de cancillerías.

Colombia ha dado un paso enorme con la adquisición de vacunas a China, se anuncia también la compra de vacunas a Rusia. ¿Por qué antes no se tuvo en cuenta a estos dos países?

Colombia tiene muy buenas relaciones con China y Rusia. Durante el gobierno del presidente Duque se ha logrado un crecimiento notorio en el intercambio económico con China y la participación de ese país en grandes proyectos de infraestructura en Colombia. Con Rusia, por su parte, tenemos una relación de 85 años, con una agenda de cooperación robusta.

Pero, en el tema de las vacunas…

En cuanto a las vacunas, el ministro de Salud ha adelantado con total rigor técnico, responsabilidad y previsión las negociaciones bilaterales y multilaterales para acceder a distintas opciones. Todas las alternativas posibles han estado sobre la mesa, y los acuerdos se han concretado progresivamente. Así, dentro del Plan de Vacunación ya comenzamos a recibir los primeros lotes del total de 2,5 millones de dosis confirmadas desde China.

Finalmente, desde distintas voces del exterior hay una presión para que el Gobierno de Colombia ahonde en las investigaciones de los ‘falsos positivos’. ¿Qué responde Colombia ante esta petición?

Respondemos con la solidez de nuestro Estado de derecho. Ya desde hace años, la justicia colombiana ha avanzado en estos casos con múltiples condenas; y corresponde a la justicia seguir investigando y procesando con total imparcialidad a los responsables para que no exista impunidad.

El Tiempo


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