El presidente nombrado por la oposición promete elecciones y EEUU le suelta la mano a Moise
Oposición de Haití promete elecciones en transición
El presidente nombrado por la oposición de Haití, Joseph Mécène, prometió hoy celebrar elecciones honestas y creíbles durante el gobierno transitorio, pero sujetas a la realización de varios proyectos.
Mécène, quien antes de su destitución era el juez más antiguo de la Corte de Casación, dijo que la conferencia nacional soberana, reforma constitucional, fortalecimiento de poder judicial y del sistema electoral, así como el restablecimiento de la seguridad, son procesos anteriores a los sufragios generales.
En su tercer discurso a la nación, reiteró que solo la transición puede lograr una reorganización del país que conduzca a la justicia social, creación de empleo, y reducción de la pobreza, especialmente para los más vulnerables.
También felicitó la masiva presencia de la población en las calles, durante la protesta organizada el pasado domingo contra el presunto prolongamiento del mandato presidencial de Jovenel Moïse y por el respeto a la Constitución.
Desde el 7 de febrero, la oposición intenta instalar un gobierno paralelo para presionar la salida de Moïse del Palacio Nacional, pese a que éste asegura permanecer en su puesto hasta 2022, para organizar elecciones y convocar un referéndum constitucional.
La víspera André Michel, vocero de la plataforma opositora Sector Democrático y Popular, manifestó que solo en transición pueden realizarse elecciones transparentes y justas, y afirmó que la negativa del gobernante a renunciar es el principal obstáculo para los comicios.
Este miércoles, la Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití reiteró su apoyo al proceso electoral, aunque instó al diálogo entre todos los actores.
Según el plan gubernamental, más de seis millones de haitianos están convocados a las urnas en abril para aprobar o desestimar la nueva Constitución, y en septiembre están previstas las elecciones generales.
EEUU truena contra acciones “autoritarias” de Moise
Estados Unidos subió el tono de sus críticas hacia el Gobierno de Haití y manifestó su “condena” a las acciones “autoritarias” y “antidemocráticas” adoptadas por el presidente Jovenel Moise.
La embajada de Estados Unidos en Puerto Príncipe repercutió ayer, miércoles, una serie de tuits de la subsecretaria adjunta de la Oficina de Asuntos para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de EE.UU., Julie Chung, en los que por primera vez Washington condena a Moise, en medio de la grave crisis institucional abierta con los jueces y con la oposición.
“Estoy alarmada por las recientes acciones autoritarias y antidemocráticas, desde el cese unilateral y nombramientos de jueces de la Corte de Casación a ataques contra periodistas”, dijo Chung.
La funcionaria del Departamento de Estado dijo que Estados Unidos “no se quedará callado cuando son atacadas las instituciones democráticas y la sociedad civil». “Condenamos todos los intentos de socavar la democracia por medio de la violencia, supresión de libertades civiles o intimidación”, manifestó.
Asimismo, urgió a todas las partes en la crisis haitiana a que se comprometan a organizar lo antes posible las elecciones legislativas pospuestas desde 2019. De este modo, Chung se refirió al polémico cese de tres jueces de la Corte de Casación, acusados la semana pasada por el presidente de Haití de planear un golpe de Estado.
La Constitución haitiana impide el cese de los jueces de los altos tribunales, tal y como hizo Moise horas después de que la oposición anunciara que no reconoce la autoridad del mandatario y nombrara como “presidente interino” al juez Joseph Mécène Jean Louis, uno de los tres cesados.
ONU evalúa elecciones serán la base para cambiarlo todo en Haití
El secretario general de la ONU, António Gueterres, ha elaborado un extenso y detallado informe sobre la actual situación en Haití que comenzará a ser discutido en diferentes instancias multilaterales, entre ellas el próximo lunes en el Consejo de Seguridad.
En términos generales, el titular de la ONU estima que las varias elecciones previstas para este año podrían permitir el país comenzar a vislumbrar la ruta hacia un intento concreto de resolver al menos algunos de tantos otros inmensos problemas.
La profunda crisis política que vive Haití no tiene ahora mismo una solución clara a la vista dado el enrocamiento del Gobierno y la oposición en sus respectivas posturas, tras la demostración de fuerza que hicieron los opositores el domingo con una manifestación masiva contra el presidente Jovenel Moise.
La tesis de los detractores de Moise es que su mandato acabó el 7 de febrero, por lo que ya no reconocen su autoridad e incluso han nombrado a un «presidente interino», el juez Joseph Mécène Jean Louis.
Mientras tanto, el presidente Moise denuncia que la oposición le intentó dar un golpe de Estado y afirma que le queda un año de gestión, en el que espera organizar un referéndum para aprobar una nueva Constitución, en abril, y celebrar elecciones en septiembre.
Hace un par de años, las Naciones Unidas organizaron una representación en Haití para ayudar al país a salir adelante, luego de que fue disuelta la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití (MINUSTAH). Hasta haber diseminado enfermedades y haber perpetrado violaciones sexuales contra niños haitianos pesan contra «los casos azules».
La Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití (BINUH) creada en reemplazo de la MINUSTAH se mantendrá, confirmará Guterres, porque así lo han pedido todos los países, especialmente la República Dominicana, pero debe ser reforzada con más recursos y más personal.
Un borrador del informe de Guterres circula desde este mes de manera extraoficial y se supone que los cambios que sufra dependerán de lo que suceda estos días en el país que, sin embargo, solo podrían agravar una situación general de crisis ya de por sí insostenible.
El texto detalla cada problema principal, que son los mismos existentes en cualquier país subdesarrollado del planeta, pero agravados a tal punto que decir que son algo iguales a los de los otros sencillamente es faltar a la verdad.
Al menos la mitad de los once millones de haitianos, por ejemplo, pasan por una situación humanitaria de hambruna, desatención, inseguridad que tildarla de grave es poca cosa y que abarca a muchas más personas si se añade a todo esto a los perjudicados por la crisis política, a las víctimas de las pandillas secuestradoras y las de la “debilidad” del gobierno, entre otros.
Basta recordar de los 472 millones de dólares que la comunidad internacional se comprometió a entregar solo para atender las urgencias más apremiantes de Haití en el año 2020, apenas recaudó un 16%. Ello, pese a que se viene alertando desde siempre que un estallido mayor de la crisis haitiana podría amenazar la estabilidad dominicana y de toda la región del Caribe,.
El diálogo constructivo que pide la comunidad internacional resulta prácticamente imposible en Haití en estos momentos, pero se ven destellos. El gobierno es débil, carece de autoridad y de confianza y se le acusa de mucho, con y sin razones, y lo mismo sucede con los opositores.
Es larguísima la lista en el diagnóstico que consta en el informe de Guterres, una de cuyas copias en francés con sus 66 puntos llegó a la redacción de Acento.
En los puntos 48 y 49, por ejemplo, se alude a los migrantes haitianos y revela que 1,444 fueron repatriados a Haití desde otros países del Caribe y América Latina solo en el último medio año, y sin contar ahí a los expulsados desde EEUU.
Al respecto, el diario New York Time escribió recientemente un texto de opinión bajo el título “Haití necesita ayuda. Esto es lo que Estados Unidos envía en su lugar” y el subtítulo “Nuestro vecino está en crisis constitucional y, en lugar de llevar ayuda, llegaron aviones con deportados”.
Además, detalla el borrador del informe de Guterres, «185 mil 590 migrantes haitianos regresaron voluntariamente de la República Dominicana entre el comienzo de la crisis de la COVID-19 en marzo de 2020 y el 1 noviembre» de 2020, retornos que casi se han triplicado «principalmente debido a la pérdida de empleos en los sectores de turismo, agricultura y construcción en República Dominicana».
El informe habla de personas que cruzan la frontera «en cualquiera de los 100 puntos de cruce informales», expuestas a mayores riesgos de contraer y transmitir la COVID-19 y ser víctimas adicionalmente «de trata y otros abusos».
Como escasa buena noticia se destaca en el informe que «el impacto directo» en la salud por la COVID-19 «ha sido hasta ahora moderado y el país se ha salvado de los alarmantes escenarios que se habían proyectado durante los primeros días del brote».
Y mirando al futuro próximo y a la idea central, señala que este mismo año «ofrece a los dirigentes de Haití la oportunidad de poner fin al preocupante período de gobierno por decreto del país, restaurar su democracia y reforzar la estabilidad a largo plazo».
«El buen desarrollo de los distintos procesos electorales programados para los próximos diez meses, junto con la perspectiva de una transferencia pacífica del poder presidencial a un sucesor debidamente elegido, contribuiría en gran medida a colocar al pueblo de Haití con más firmeza en el camino al desarrollo sostenible y mejores perspectivas económicas», sostiene.
Pero alerta que es medular que todos transiten el camino que lleva a generar «consenso» para que el referéndum constitucional previo y las elecciones posteriores (legislativas, presidenciales y municipales y locales diferidas) «se celebren de manera ordenada y pacífica».
En este momento decisivo se requiere, evalúa Guterres, «habilidad política, liderazgo y moderación de todo el espectro político». Es decir, «todos los haitianos (deben) trabajar juntos de manera constructiva para asegurar la conducción exitosa de estas sucesivas elecciones».
El Gobierno y la comunidad internacional de donantes deben priorizar «urgentemente los recursos destinados a organizar estas elecciones en un entorno pacífico y aumentar tanto la confianza como la participación de los votantes».
Al respecto, alerta que «unos 2,5 millones de ciudadanos corren el riesgo de no figurar en las listas de votación», a lo que se suma que «las bandas armadas que controlan barrios populosos con grandes distritos electorales» no quieren que la gente se exprese electoralmente.
«Con los plazos electorales acercándose rápidamente, aliento a las autoridades nacionales a no escatimar esfuerzos para superar los desafíos logísticos, particularmente en lo que respecta al proceso de registro ciudadano», expresará Guterres, quizás convencido de que la aistencia a las urnas efectivamente podrá ser el trampolín que irva de base en la que apoyarse para empezar a solucionar problemas.
El aumento de la violencia y las principales tendencias delictivas observadas durante el último año «es particularmente preocupante ya que amenaza el proceso democrático», insiste.
Nadie puede evitar «la búsqueda de una estrategia integral y sostenible a largo plazo para abordar las causas sociales, económicas y otras fundamentales del fenómeno de las pandillas y la violencia en Haití», lo que obviamente debe incluir «un marco nacional integral de gestión de armas y municiones».
En definitiva, el estado de derecho tiene la función esencial de recuperar y fortalecer la confianza en el Gobierno y las instituciones estatales como parte del contrato social entre el Estado y las poblaciones.
«No hay duda de que una sociedad justa y políticamente estable, en la que se respete plenamente el estado de derecho, ayudaría a promover el desarrollo, abordar los problemas estructurales y reducir las desigualdades en Haití. Un año electoral exitoso podría contribuir a impulsar una agenda de reformas y políticas públicas conducentes al desarrollo, la justicia social, el crecimiento económico y la creación de empleo, y mejorar el entorno empresarial para atraer inversiones muy necesarias en el país», se reitera.
Haïti-Crise Politique : Les USA ne resteront pas silencieux quand les institutions démocratiques et la société civile sont attaquées, rassure le département d’Etat
La Secrétaire adjoint par intérim du Bureau des affaires de l’hémisphère occidental du Département d’État des États-Unis Julie Chung s’est prononcée dans un tweet sur la crise haïtienne, a constaté Haïti Press Network.
« Je suis alarmée par les récents actes autoritaires et non démocratiques – des révocations et nominations unilatérales de juges de la Cour suprême aux attaques contre des journalistes », a déclaré Madame Chung.
Pour la secrétaire adjointe du Bureau des affaires de l’hémisphère occidental, le respect des normes démocratiques est vital et non négociable. « Les États-Unis ne resteront pas silencieux lorsque les institutions démocratiques et la société civile seront attaquées », martèle-t-elle.
« Nous condamnons toutes les tentatives de saper la démocratie par la violence, la suppression des libertés civiques ou l’intimidation. Des élections régulières et opportunes sont essentielles dans une démocratie », poursuit la Secrétaire d’Etat adjointe.
Les Etats-Unis disent exhorter toutes les parties à s’engager à organiser des élections législatives en retard dans les plus brefs délais.
Des élections libres et équitables sont le seul moyen de redonner aux Haïtiens le droit de choisir leurs dirigeants, soulignent les Américains.