Colombia | Asesinan a líder social, campesino y concejal que se convierte en la víctima 296 de este año

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Franco Nativel Salamanca Hoyos hoy se convirtió en una cifra: 296 fue el número que le tocó en la lamentable estadística que lleva Indepaz de líderes asesinados en Colombia durante este 2020. Su muerte no fue diferente a los otros 295. Fue asesinado por hombres armados a quienes les incomodaba su ejercicio de liderazgo social, político y campesino en el municipio de San Sebastián, sur del Cauca.

A Franco lo asesinaron en el sector El Arado, jurisdicción del municipio de Timbío. Allí fue bajado de un bus escalera donde se transportaba y lo atacaron con arma de fuego, a la vista de todos. El homicidio se dio mientras viajaba desde Popayán hacia el corregimiento El Rosal, zona rural de San Sebastián.

La víctima actualmente era concejal de San Sebastián y dirigente político de la Alianza Social Independiente, ASI. Además, era integrante activo de la Asociación Campesina, de la Coordinación del Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano (Pupsoc), así como Marcha Patriótica y de la Coccam.

Horas antes del asesinato de Franco Nativel, se confirmó el crimen de dos comerciantes que habían sido secuestrados en El Tambo, sur del Cauca. Alexander Ospina y otro ciudadano conocido como ‘El Mono Vélez’ aparecieron con las manos atadas y signos de tortura.

Los cuerpos de las víctimas fueron encontrados en el corregimiento del 20 de Julio. Según información preliminar, los comerciantes fueron secuestrados el pasado viernes 11 de diciembre por un grupo armado, cuando se movilizaban en un vehículo hacia una finca en la vereda Calladas del corregimiento de Huisitó. Extraoficialmente se conoció que por su liberación exigían una fuerte suma de dinero.

La violencia ha alcanzado en los últimos meses niveles impensados. La atomización de grupos grupos armados, entre disidencias, ELN y bandas narcotraficantes -que se disputan el territorio- ha ocasionado una oleada de asesinatos, secuestros y desplazamientos y zonas rurales.

La lucha, principalmente, es por controlar los cultivos ilícitos y rutas para sacar la droga hacia el océano Pacífico, donde hay establecido un comercio ilegal con emisarios de cárteles mexicanos.

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