Las experiencias agroecológicas en América Latina

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De acuerdo con un estudio realizado por los investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Victoria Reyes Neushauser, Enrique Goites y Toberto Cittadini y presentado en noviembre de 2019, existen cinco zonas geográficas de América Latina donde la revolución agroecológica se encuentra más arraigada y que podrían ser categorizadas como “polos de innovación tecnológica, cognitiva y social”: Brasil; Cuba; Centroamérica; el Area Andina (Perú, Bolivia y Ecuador) y Méxíco.

Brasil

Es el país que muestra un mayor crecimiento de la región. Se basa en la llegada de agroecólogos extranjeros, la transformación de la agricultra familiar hacia la agroecología, la incorporación de programas sobre el tema en las universidades públicas. Organizaciones federales como el Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico] financiaron proyectos de Investigación en el área del desarrollo agrícola sostenible.

En 2004 se creó la Associação Brasileira de Agroecologia(ABA), que reunió campesinos, investigadores y técnicos de las ONG, con la finalidad de discutir los avances y estrategias agroecológicas.

En la misma década se dio la coincidencia ideológica entre la agroecología y las principales organizaciones rurales y políticas de Brasil, tales como la Confederación Nacional dos Trabalhadores na Agricultura (CONTAG), la Federação dos Trabalhadores na Agricultura Familiar (FETRAF), y el Movimento dos Trabalhadores Sem Terra Ruraes (MST) que busca ponerle fin a la enorme injusticia agraria: el 1,6% de los propietario posee el 47% de la tierra mientras que sólo 3% de la población rural posee el 66% de las tierras cultivables.

El MST adoptó y promueve la agroecología entre sus 1,5 millones de miembros. Ha implementado procesos educativos como la creación de 12 escuelas autónomas de agroecología, y la Escuela Latinoamericana de Agroecología, en Paraná. Incluso la Empresa Brasileira de Pesquisa Agropecuaria (EMBRAPA) -que representa el aparato público de investigación agrícola-, cuenta con programas de agroecología promovidos por los científicos vinculados a la ABA, ANA y a los movimientos sociales, utilizando a la agroecología como marco de investigación.

Cuba

La transformación del sistema alimentario se debió a la crisis generada por la disolución de la Unión Soviética. Desde entonces y a partir de la imposibilidad de realizar importaciones, el país ha buscado la soberanía alimentaria.

«La agricultura sostenible, la agricultura orgánica, los huertos urbanos, los sistemas agrícolas de baja escala, la tracción animal y el control biológico de plagas, se convirtieron en los pilares de la nueva agricultura cubana», explica un estudio XXX.

Hoy en dia casi 100.000 familias cubanas −casi la mitad de la población de pequeños agricultores independientes en Cuba− son miembros de la ANAP (Asociación Nacional de Pequeños Agricultores), que promueve las prácticas agroecológicas con el argumento de estas basadas en la diversificación, producen muchos más alimentos por hectárea que cualquier otra explotación comercial. Estas familias producen más del 65% de los alimentos del país, en sólo el 25% del territorio cultivable y participan del movimiento Campesino a Campesino, de transmisión de saberes e intercambio de experiencias.

Se estima que las prácticas agroecológicas se aplican entre el 46% al 72% de las unidades campesinas y producen el 60% de las hortalizas, maíz, frijoles, frutas y carne de cerdo que se consumen.

Centroamérica

En esta región se vivieron experiencias pioneras relevantes del denominado Movimiento Campesino a Campesino. El primer proceso de tuvo lugar en el norte de Centroamérica, hacia finales de 1980, en Guatemala, cuando agricultores indígenas Kaqchikel visitaron a campesinos mexicanos de la ciudad de Vicente Guerrero, Tlaxcala, donde se había creado una escuela de la conservación del suelo y del agua, para transmitirles sus experiencias.

En Nicargua, durante el período sandinista, las tecnologías de Campesino a Campesino se incorporaron a la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos de Nicaragua (UNAG), la principal institución de gobierno que administra a las grandes y medianas empresas agrícolas. Los principios agroecológicos y los métodos de consumo lentamente fueron introducidos a través de los promotores que estaban en contacto con las familias campesinas.

Se estima que cerca de 10.000 familias en Nicaragua, Honduras y Guatemala están dentro del movimiento Campesino a Campesino, y practican la conservación de suelos, el intercambio de expeiencias y los cultivos sin agrotóxicos.

Subregión Andina

En Perú, Ecuador y Bolivia, la presencia de un campesinado con profundas raíces culturales, un legado agrícola prehispánico y una fuerte resistencia y actividad política en las áreas rurales, han constituido un escenario muy propicio para el esarrollo de la agroecología.

En los espacios rurales de estas naciones la recreación de la agricultura andina se combina con la agroecología;y la antigua cosmovisión incaica emerge como una iluminadora alternativa frente a la propuesta de la civilización industrial.

Los campesinos de los Andes recuperaron técnicas de los incas para enfrentar las limitaciones que les imponen sus tierras (relieve escarpado, suelos pobres, temperatuas extremas) y retoman la rotación de cultivos y la siembra en terrazas.

Entre 2006 y 2019, Evo Morales ubicó a la agroecología como uno de los cuatro pilares de su mandato en Bolivia.

Mexico

Hace un siglo, la revolución mexicana impulsó la re-campesinización del campo y el rescate de las prácticas agrícolas ancestrales. Más acá en el tiempo, en las últimas dos décadas, se ejecutaron innumerables proyectos de reforestación ecológica para preservar los bosques y selvas del país.

Las experiencias agroecológicas no se reducen sólo a la agricultura, sino que implican sistemas socio-ecológicos de gestión de recursos naturales, incluidos los bosques, la restauración de tierras degradadas y la conservación de la agrobiodiversidad. Numerosas comunidades han omenzado a recuperar el control sobre sus propiedades forestales y están dedicadas a la producción ecológica de una amplia variedad de productos.

Por otra parte, con la baja de los precios internacionales, los productores de café que en su mayoría son familias indígenas han recurrido a la producción de café orgánico para paliar la crisis y sostener su valor en los mercados internacionales.

Télam

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