Emotivo regreso de Evo Morales a su casa natal a un año del golpe de Estado

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Evo Morales llega a su pueblo natal tras su retorno a Bolivia

El expresidente de Bolivia, Evo Morales, llegó este martes a su ciudad natal Orinoca, en el departamento de Oruro, donde fue recibido por una multitud de pobladores, que dio muestras de júbilo y solidaridad con el líder político tras su retorno al país suramericano.

El viaje forma parte del recorrido que el exmandatario está llevando a cabo tras su regreso este lunes a Bolivia, luego de un año de su exilio en Argentina tras el golpe de Estado en su contra en noviembre pasado.

En el estadio de Orinoca se reunieron cientos de personas a donde se dieron cita numerosos grupos musicales para ambientar el recibimiento a Morales y su comitiva donde destaca el exvicepresidente Álvaro García Linera y dirigentes del Movimiento al Socialismo (MAS).

Comunidades campesinas con sus trajes típicos de la región acudieron al acto para celebrar la llegada del exjefe de Estado. El recorrido de Morales por Bolivia ha estado acompañado por festejos en las diferentes localidades que ha visitado

Luego de su paso por su ciudad, la Gran Caravana que encabeza Morales continuará hacia la ciudad de Oruro capital del departamento con el mismo nombre, donde está previsto una gran concentración y reanudara su tramo al departamento de Cochabamba para este miércoles.

En su tránsito a Cochabamba, la caravana ha realizado desde este lunes numerosas paradas para saludar al centenar de personas que se encuentra esperando a Morales en el costado del camino.

Telesur


Bolivia a un año del golpe de Estado contra Evo Morales

Bolivia rememoró ayer el primer aniversario del golpe de Estado contra el presidente Evo Morales (2006-2019) con un nuevo ejecutivo que promete retomar el crecimiento económico tras la crisis generada por el gobierno de facto.

Las presiones del Ejército y las denuncias de supuesto fraude electoral, sin pruebas hasta el momento, obligaron al líder indígena a renunciar a su cargo el 10 de noviembre de 2019 para evitar enfrentamientos violentos entre los ciudadanos.

La interrupción al orden democrático, impulsada por sectores derechistas apoyados por Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos, dio paso a un gobierno de facto encabezado por Jeanine Áñez, quien dio luz verde a la persecución política contra el Movimiento Al Socialismo (MAS).

Entidades como la Defensoría del Pueblo o la representación de Naciones Unidas en Bolivia denunciaron el retroceso socioeconómico, el mal manejo de la pandemia de la Covid-19 e incluso la autorización a los militares para reprimir manifestaciones a favor del MAS.

En las masacres de Sacaba (departamento Cochabamba) y Senkata (La Paz) tras el golpe de Estado murieron 37 personas, 27 de ellas por impactos de balas, según el informe de la comisión parlamentaria que investigó los hechos.

En el plano exterior, una de las primeras medidas fue atacar las relaciones con países como Cuba y Venezuela, expulsando a los diplomáticos de la nación suramericana y persiguiendo a los médicos caribeños, tal y como denunciaron las autoridades de ambos países.

Sin embargo, reanudó los nexos con Estados Unidos al recibir de nuevo a un embajador de esa nación tras la expulsión en 2008 del representante de Washington, Philip Golberg, por conspirar y entrometerse en los asuntos internos de Bolivia.

El 24 de noviembre de 2019 el gobierno de facto convocó a elecciones para restaurar el orden democrático, pero fueron aplazadas varias veces bajo la excusa de la situación sanitaria.

Finalmente, el 18 de octubre de 2020 y 11 meses después del golpe de Estado, cerca de siete millones de bolivianos eligieron a las nuevas autoridades del país para el período 2020-2025.

Las presiones de algunos sectores cívicos del departamento de Santa Cruz intentaron deslegitimar los resultados de los comicios ganados en primera vuelta (55,18 por ciento) por los representantes del MAS, Luis Arce y David Choquehuanca.

Pero ni las manifestaciones, atentados fallidos o la gastada denuncia de fraude electoral, nuevamente sin evidencias, frenaron esta vez el comienzo de la nueva etapa política en Bolivia que incluyó el retorno de Evo Morales a su país.

Prensa Latina


Tras cerca de un año asilados, Quintana y Alanoca dejan la residencia mexicana

Los exministros Juan Ramón Quintana y Wilma Alanoca dejaron en los últimos días la residencia de México en La Paz, tras permanecer por cerca de un año asilados, según informó en su muro de Facebook la Radio Kawsachun Coca, de los cocaleros del Chapare.

“Juan Ramón Quintana y Wilma Alanoca Mamani salen después de casi un año de cerco a la embajada de México. La primera foto retratada con compañeros de base y organizaciones sociales en apoyo al hombre que dio dura batalla al imperio en la gestión de Morales”, posteó personal de la emisora junto a una foto de los exministros.

Están entre los últimos en abandonar la residencia mexicana, donde estuvieron asilados sin poder abandonar Bolivia por la negativa del gobierno de la expresidenta Jeanine Áñez de otorgarles un salvoconducto, con el argumento de que tenían procesos abiertos en su contra y órdenes de aprehensión.

Antes ya habían dejado la legación los exministros Javier Zavaleta, Héctor Arce y Hugo Moldiz

En una carta pública difundida en octubre, Alanoca dijo que quería defenderse de las acusaciones en su contra y reivindicó su inocencia. Explicó que su asilo fue para salvar su vida y proteger a su familia de una “persecución política”.

“Es mi deber contribuir al fortalecimiento del instrumento MAS IPSP y una forma de fortalecerlo, es esclareciendo todos los hechos y acusaciones que se forzaron políticamente en el golpe de estado del 2019”, señaló en la misiva.

No se conoce aún su también dejaron la residencia mexicana Nicolás Laguna, exdirector de Agetic, y el exgobernador de Oruro Víctor Hugo Vásquez.

La Razón


Argentina | Solá cargó contra la OEA por Bolivia: «Su función es evitar golpes, no patrocinarlos»

Tras regresar de Bolivia, adonde viajó junto al presidente para participar de la asunción de Luis Arce, el canciller Felipe Solá criticó este martes a la Organización de Estados Americanos (OEA). «Su función es evitar golpes, no patrocinarlos», disparó.

«Lo que ocurrió en Bolivia no hubiese sido posible sin la anuencia de la OEA. Su función es denunciar golpes, no patrocinarlos», escribió en su cuenta de Twitter el funcionario, que fue una pieza clave en la gestión para que Evo Morales pudiera escapar de Bolivia y asentarse en la Argentina.

Solá sostuvo en sus redes sociales que «trabajaremos en esta nueva etapa política del continente para recuperar la unidad perdida, con la voluntad de una integración fuerte y responsable».

El canciller se expresó así al cuestionar el rol de la OEA en los acontecimientos que derivaron en la renuncia de Evo Morales a la presidencia del país vecino, ya que el organismo internacional liderado por Luis Almagro criticó la transparencia de las elecciones que había consagrado a Morales.

Aquel golpe, que ocurrió hace poco más de un año, derivó en la salida del país del presidente, Evo Morales, y el vicepresidente, Álvaro García Linera, quienes, gracias a las gestiones de Alberto Fernández y del mandatario de México, Andrés Manuel López Obrador, pudieron exiliarse.

Este domingo, Solá y Alberto Fernández participaron de la ceremonia de asunción de Luis Arce como flamante presidente de Bolivia, tras el contundente triunfo del MAS-IPSP en las elecciones de octubre pasado.

Luego, este lunes, acompañaron a Morales en La Quiaca, Jujuy, en el cruce de la frontera para su regreso oficial a Bolivia.

Credenciales

En tanto, este miércoles, el canciller recibió las cartas credenciales del nuevo embajador de Vietnam en la Argentina, Thanh Duong Quoc .

También a través de sus redes sociales, destacó que ese país asiático «es el 6to socio económico y comercial de nuestro país. Queremos ampliar las áreas de intercambio» y destacó que «necesitamos profundizar relaciones bilaterales productivas para crecer».

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