Chile | Cómo será la hoja de ruta para redactar una nueva Constitución
Plebiscito 2020: Lo que se viene para el proceso de nueva Constitución
Por Hans Hansen
El plebiscito de este domingo, 25 de octubre de 2020, ya quedó en el pasado, donde el apabullante triunfo del Apruebo mostró un nuevo camino que los chilenos tendrán que tomar. Sin embargo, qué es lo que se viene adelante y por eso te invitamos a conocer los pasos que se tendrán que dar para la elaboración de una nueva Constitución y dejar atrás la que nos rigió desde la década de los 80 hasta ahora y que ha sido cuestionada por el origen que tuvo al ser elaborada durante la dictadura cívico-militar.
Elección de constituyente
El 11 de abril de 2021, los chilenos y extranjeros con derecho a voto tendrán que concurrir a las urnas nuevamente para elegir a los integrantes de la Convención Constituyente, quienes serán los encargados de definir los contenidos que tendrá la nueva Carta Magna.
Es así que los constituyentes serán elegidos por medio del sistema proporcional de listas que es similar al que debutó en la última elección parlamentaria. De esta forma, según el tamaño de distrito se elegirán entre 3 y 8 representantes.
Sin embargo, hay que dejar claro que también hay un mecanismo de corrección de resultados que permitirá asegurar la paridad de género.
Primer plazo para la entrega de propuestas
Para fines de 2021 o inicios de 2022, la convención constituyente, que tiene nueve meses de trabajo, deberá presentar las propuestas para el nuevo texto de la carta fundamental, pero se podrá prorrogar su plazo en otros 12 meses si es que no se llega a un acuerdo.
Otro elemento relevante es que el organismo constituyente tendrá que aprobar los diferentes aspectos que se discutan por al menos dos tercios de sus integrantes, por lo que esto obliga a la búsqueda de acuerdos entre los participantes.
También decir que la Constitución de 1980 continuará rigiendo los destinos del país hasta que no se apruebe la nueva.
Plebiscito de salida
Para el 2022 está establecido que se realice el plebiscito ratificatorio o de salida en donde la ciudadanía tendrá que aprobar o rechazar la propuesta planteada por la convención constituyente de una nueva Constitución. Sin embargo, esta fecha dependerá de si se logra un acuerdo entre los miembros de la constituyente.
Hay que consignar que el voto para esta consulta será obligatorio y se efectuará al menos 60 días después de la entrega de la propuesta.
También hay que señalar que el plebiscito de salida no se podrá realizar ni en enero o febrero, antes de 60 días de una elección o 60 días después de una elección.
Posible promulgación del nuevo texto
Asimismo, el 2022 se tendrá que promulgar la nueva Carta Magna y la de 1980 quedará en los anaqueles del olvido. Sin embargo, en caso de rechazarse la Constitución elaborada en dictadura seguirá vigente.
Los dos escenarios en que podría seguir vigente la Constitución del 80 (pese al triunfo del Apruebo)
Por Pablo Cádiz
Con un 78,27% de los votos válidamente emitidos, Chile decidió dar inicio al proceso para contar con un nuevo texto constitucional. Sin embargo, el proceso podría quedar en nada bajo dos circunstancias que en esta nota detallamos.
¿Es el fin de la Constitución de 1980? No necesariamente.
En estricto rigor este domingo, con un 78,2% de los votos, la ciudadanía aprobó el inicio de un proceso para la redacción de una nueva Constitución, el que estará a cargo de una Convención Constitucional.
La elección de los integrantes del órgano constituyente se realizará el 11 de abril de 2021, mismo día en que se elegirá a alcaldes, concejales y gobernadores regionales, y su composición será paritaria entre hombres y mujeres.
Sin embargo, existen dos escenarios en que podría seguir vigente la Constitución de 1980, pese al triunfo del Apruebo.
Escenario 1: La convención no logra consensuar una propuesta (y hacerlo dentro de un año)
Una vez que se conforme la Convención Constitucional, la instancia tendrá un plazo de nueve meses para lograr una propuesta, el que podrá prorrogarse por otros tres meses más (o sea, a fines de 2021 o inicios de 2022).
Aunque la convención será autónoma para definir su metodología de trabajo, lo que se sabe es que sus decisiones deberán lograr el acuerdo de al menos dos tercios de sus integrantes. De lo contrario, el punto que no genere dicho quórum quedará fuera del texto constitucional y deberá abordarse a través de leyes ordinarias. Este punto, han explicado expertos, obligaría a los convencionales a buscar acuerdos.
Aunque la redacción del texto se realizará bajo la lógica de una «hoja en blanco» -es decir, no se tendrá a la vista la Constitución del 80 como la base para ir haciendo los cambios- la convención tiene una serie de limitaciones, partiendo por su misión, cuyo único objetivo es redactar el mismo texto.
Del mismo modo, explica el abogado Constitucionalista y académico de la UC, Sebastián Soto, «no puede atribuirse otras facultades, otros poderes de otros órganos del Estado. Y además tiene limitaciones materiales, como por ejemplo, debe respetar el régimen democrático, debe respetar las sentencias judiciales, los tratados internacionales».
«En ese sentido, la convención tiene autoridad, tiene poder para redactar una nueva constitución pero no puede usurpar los poderes de otros órganos del estado ni tampoco ir más allá de aquello que es su mandato: redactar una nueva constitución», explica.
Dicho todo esto, existe un escenario en que los integrantes de la convención no logren arribar a un texto dentro del plazo máximo de un año. En ese caso, seguirá vigente la Constitución de 1980 y todo el proceso quedará en nada.
Escenario 2: La ciudadanía rechaza la propuesta en el plebiscito ratificatorio
Una vez que la convención presente su propuesta de nueva Constitución, el Presidente de la República deberá convocar a un plebiscito ratificatorio o de salida, donde la ciudadanía deberá aprobar o rechazar el texto propuesto por la convención.
La fecha de esta elección -que será con voto obligatorio- será 90 días después, pero el día exacto dependerá de una serie de factores, entre ellos que no coincida con enero y febrero, ni que se encuentre muy cercano a otros procesos eleccionarios.
En este caso, de ganar el Rechazo, se mantendrá la Constitución de 1980. Si gana el Apruebo, se promulgará un nuevo texto constitucional y solo ahí se pondrá fin al cuerpo hasta ahora vigente.
Los partidos fijan en el 11 de enero la fecha clave de la nueva etapa constitucional
Por Gladys Piérola M.
Son muchas fechas clave que se precipitan ahora en el calendario electoral. La más relevante, por ahora, es el 11 de abril, cuando se elegirá a los integrantes de la Convención Constitucional. Pero aquí y allá, en realidad es otra la fecha que tienen marcada y remarcada los ingenieros electorales de los partidos y el mismo Gobierno: es el 11 de enero de 2021.
El 11-E se ha cruzado desde hace días en las conversaciones y este lunes se estrenó en La Moneda.
Un poco más de hora duró el Consejo de Gabinete que este lunes encabezó el Presidente Sebastián Piñera. El Mandatario valoró cómo se llevó el proceso de votación del domingo, donde ganó con amplio respaldo el Apruebo. Pidió unidad y no quedarse paralizados en el tramo final del Gobierno, después de los resultados del Plebiscito. «Hay que ponerse la pilas para que no se vaya de las manos la agenda legislativa», resumió un alto personero de La Moneda el mensaje que dio Piñera a su equipo.
La reforma de pensiones aparece como la principal preocupación del Ejecutivo, acompañado de la pandemia y la recuperación económica. Pero hay un tema más: el debate que se abre por los contenidos constitucionales ante la elección programada para el 11 de abril de 2021. Fue en este último punto y en medio del ambiente distendido, que el Mandatario también abordó la posibilidad que parte de su Gabinete se convierta en candidatos para la Convención Constitucional y también para otros desafíos, como los comicios parlamentarios.
«El Presidente señaló que el que tuviera interés de ser candidato, bienvenido», comentó a la salida del encuentro el titular de Defensa, Mario Desbordes.
En el caso de los ministros y subsecretarios que quieran llegar al Congreso, deberán salir del Gobierno el próximo 21 de noviembre.
Pero entonces surgió la otra fecha que será crucial para el destino constitucional del país, lejos una materia de mayor trascendencia republicana: quienes aspiren a convertirse en convencionales deberán dejar sus cargos a más tardar el 11 de enero, día clave y final para inscribir las candidaturas que competirán en abril.
«Hay algunos ministros, subsecretarios y otras autoridades que han manifestado su interés», comentó el vocero de Gobierno, Jaime Bellolio. Según fuentes de Gobierno, al menos cinco ministros están con ánimo real de participar en los próximos comicios para elegir a los redactores de la nueva Constitución.
Pero esta decisión mueve inevitablemente el tablero interno de La Moneda y obligaría a un nuevo ajuste en el Gabinete. Eso sí, con dos condimentos: en pleno verano y en el tramo final de la segunda administración de Piñera.
Las heridas de la derecha y la fase dos
«Hay una razón por que hoy podemos estar acá y la oposición no». Con esas palabras, el ministro Bellolio dio la bienvenida al acto de «unidad» que este 26 de octubre organizó Chile Vamos. Y como ejemplificó el vocero de Gobierno, aunque el resultado «dejó algunos contentos y otros no tanto», el desafío electoral que viene obliga -al menos en la intención- a sanar rápidamente las heridas que dejó el Plebiscito.
El camino que lleva al 11 de enero en Chile Vamos pareciera un poco más amable que en la oposición. En las últimas horas el mensaje que más se repite en los partidos oficialistas es que tras la derrota del Rechazo -opción que fue mayoritariamente liderada por personeros de la coalición-, lo que importa ahora son los contenidos y la posibilidad de inscribir una lista única para la Convención. Eso sí, esa conversación va de la mano con otras pendientes. Entre ellas, las negociaciones municipales y de gobernadores regionales que aún no están resueltas y que no serán zanjadas con las primarias que se realizarán el 29 de noviembre. Y la guinda: la carrera presidencial que siempre enrarece los cálculos electorales.
«Si el 11 de abril nos va mal, lo que hoy dicen que son candidatos presidenciales van a seguir con esa misma ínfula. Preocupémonos primero a contribuir en tener un buen resultado el 11 de abril. Esa es la madre de todas las batallas», explicó el ministro Desbordes.
Por ejemplo, en RN el comité electoral se reunió este lunes temprano con la mesa directiva que dirige el senador Rafael Prohens para acelerar el proceso de búsqueda de de eventuales candidatos que ya suman 100 personas disponibles. «Hay que pasar a la fase dos», comentaron en la tienda de Antonio Varas. «Esto no solo tiene que ver con el partido piensa, sino que hay que involucrar personas que sean capaces de recoger la señal que la ciudadanía dio en el Plebiscito», dijo Prohens a PAUTA.
En Chile Vamos explican que en menos de 80 días la tarea conjunta será dar lectura de lo que pasó, pensar en contenidos y lineamientos comunes y «la patita final» es definir quiénes serán los candidatos que puedan encarnar esa reflexión y que sean lo suficientemente competitivo.
En esta ecuación que debe darse antes del 11 de enero, también se debe sumar el factor de José Antonio Kast y el Partido Republicano. Si bien en las primeras conversaciones electorales, la propuesta de la UDI de sumarlos a las negociaciones de Chile Vamos no prosperó, de cara a las listas convencionales, no son poco los que creen que se debe flexibilizar esta discusión. «Vamos a tratar que esto fluya con mucha facilidad. Hay que hacer una lista única de convencionales desde el Partido Republicano hasta Evópoli. En eso no nos podemos perder. Lo que aquí está en juego es muy profundo», señaló a este medio el diputado RN Diego Schalper.
Según Schalper, que fue uno de los rostros más visibles de Rechazo, si la derecha va dividida, perderá. «Fue tan elocuente el resultado que eso contribuye a la flexibilidad, a buscar acuerdos». añadió. De hecho, esa razón fue esgrimida por varios, tras los resultados del Apruebo. Apuntaron a que es necesario ampliar el arco de la centroderecha en una sola lista que permita alcanzar el mayor número de personeros electos y pueda inclinar la balanza ante los 2/3 que se necesita en la Convención.
«Deberían estar todos, todos los que comparten el ideal de sociedad que compartimos nosotros. No tenemos esas diferencias de cómo vemos la sociedad. No tenemos diferencias de fondo», comentó la senadora Jacqueline Van Rysselberghe en Pauta Final, de Radio PAUTA.
Para la presidenta de la UDI, hay que hacer un esfuerzo para ir unidos no solo los cuatro partidos oficialistas, también con los republicanos. «Esta no es una competencia entre partidos. Aquí nuestros adversarios están al frente, porque con ellos vamos a tener que generar los grandes acuerdos para poder tener una Constitución que nos represente a todos», agregó.
La misión imposible de la oposición
No pudieron sacarse una foto con todos celebrando el triunfo del Apruebo, pero en la centroizquierda y la izquierda todos saben que la tarea más compleja viene a partir de hoy: cómo negociar una puesta en escena lo más unitaria posible para la Convención. Las conversaciones municipales y de gobernadores regionales terminaron con la oposición dividida en tres: Unidad Constituyente, Unidad para el Cambio y el Frente Amplio. Por lo mismo, la posibilidad una gran lista es lejana y el Partido Comunista lo dejó claro. En el mejor de los casos, hoy si visibilizan dos.
«Una lista o un máximo de dos listas de convencionales. Eso lo que deberíamos inscribir en enero», explicó el timonel radical, Carlos Maldonado.
Así, la oposición tendrá la difícil tarea de tener que componer confianzas y lograr mínimos de contenidos en menos de 80 días. Esto tendrá además un componente extra: las tratativas y los pactos por omisión para las municipales que quedaron en el aire, tras el fracaso de una gran primaria de oposición y que también tienen como fecha de vencimiento el 11 de enero de 2021.
Las fórmulas no están resueltas. Desde el FA llamaron un par de días antes del Plebiscito a tener un diálogo abierto con el resto: en contenidos constitucionales, el reglamento de la Convención y la «incidencia» activa de la ciudadanía.
«No podría hablar de plazos, porque estamos partiendo con las conversaciones. Sería ponernos una traba, aunque sabemos que el tope es enero. Las expectativas que tenemos y que hace toda la oposición es que efectivamente tenemos que ir de la manera más unitaria o en mayorías, de la mejor forma que podamos. Y en eso hay una mirada común, porque lo que se necesita hoy más que hacer el cálculo número, es hacer el cálculo de programa», dijo a PAUTA la excandidata presidencial del FA, Beatriz Sánchez.
En esta línea, incluso algunos piden que, para bajar los ánimos y los contenidos con mira a la Convención, que las conversaciones no solo sean políticas. «El proceso no se debe instalar solo en el estrato político. Tiene que ser más social. Mucha gente lo tiene que sentir suyo, sobre todo, la gente que votó, debe tener un rol», comentó a este medio el senador PS Carlos Montes, quien desde hace días anda con la idea de que se realicen cabildos para debatir los contenidos constitucionales, aunque por la pandemia sean virtuales.