Necesario reforzar sistemas de seguridad social en Ecuador
Autoridades de salud internacionales han señalado a América Latina como la zona de mayor contagio del Covid-19. En este contexto, Ecuador, situado en el quinto puesto de casos confirmados, ha instrumentado algunos programas y acciones para mitigar las repercusiones en la población, sin embargo, no ha logrado contrarrestarlos, dejando a sectores poblacionales con una subcobertura que los pone en riesgo.
En la investigación, “Mitigación de la pandemia en los sistemas de seguridad social de Ecuador”, de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS), se analizan las acciones que se están llevado a cabo, tanto con instrumentos y programas que ya existían, como los implementados a raíz de la pandemia, dejando en evidencia la importancia de reforzar los sistemas de seguridad social, para así afrontar efectivamente las emergencias sanitarias.
Como en todos los países, la economía de Ecuador se ha visto mermada con el paro de actividades no esenciales afectando importantes sectores; en ese contexto, del 29 febrero al 21 de mayo, Ecuador ha confirmado 35 mil 306 casos y 2 mil 939 decesos, cifras que lo colocan como el quinto con más casos confirmados y el primero por muertes por millón de habitantes (168) en América Latina.
En 2019, el 16.9 % de la población ecuatoriana estaba en situación de pobreza multidimensional extrema, y el 38.1 % estaba en pobreza multidimensional; ese mismo año, había 8.1 millones de personas en la población económica activa, de las cuales el 96.2 % estaban ocupadas y el 3.8 % desempleadas, la población ocupada estaba conformada por un 18.5 % de subempleadas, un 11.4 % de no remuneradas, un 29.1 % con otro empleo no pleno y un 40.4 % en trabajo pleno.
La baja tasa de desempleo encubre la informalidad laboral. En 2019, las personas trabajadoras informales eran el 46.7 % de la población ocupada. De éstas, el 37.9 % eran asalariadas, el 1.7 % empleadoras, el 41.7 % independientes y el 18.7 % trabajadoras familiares; es así que en Ecuador el 60.1 % de la población no tenía acceso a seguro social o privado, antes de la llegada de la pandemia.
Con este panorama, se implementaron acciones en los rubros más afectados, además de su funcionamiento habitual y beneficios; en el caso de la salud, se activaron medidas de mitigación de contagio, expansión del sistema de salud y corredores logísticos; de la vejez, se continuó con el pago de pensiones y seguimiento telefónico a adultos mayores; en el caso de desempleo se redujo el periodo de desempleo mínimo requerido para solicitar el seguro de desempleo y se amplió el periodo de cobertura por desempleo de los servicios de salud; prestaciones familiares, en la protección al empleo se implementó el Bono de Desarrollo Humano, el Bono Familiar por Emergencia, la Cuenta Nacional de Asistencia Humanitaria, se pausó el desalojo de viviendas y se difirieron los pagos de luz y agua; en protección al empleo, se facilitaron créditos, se reprogramaron pagos de cuotas, difirieron pagos de luz y agua y del impuesto sobre la renta.
Todas estas medidas si bien han mitigado en parte las repercusiones negativas que ha tenido la pandemia en Ecuador, no han sido suficientes pues son tardías y limitadas ya que han sido reactivas, dejando en evidencia que el acceso a la seguridad social es un tema pendiente que debe fortalecerse.
Es por ello que la CISS realizó una serie de recomendaciones que ayudarán a atender más efectivamente la situación que atraviesa Ecuador y que van desde la introducción de instrumentos de protección ante el desempleo que no dependan de contribuciones individuales o de la condición de formalidad; diseñar mecanismos para proveer de liquidez a las microempresas mediante créditos a tasas preferenciales, hasta ampliar la postergación del pago de cuotas de seguridad social a las empresas con trabajadores registrados que no realicen despidos.