Canadá, un ejemplo de respuesta al COVID-19
El gobierno de Canadá y los gobiernos provinciales y territoriales han instrumentado una gran respuesta a la crisis ocasionada por la pandemia de Covid-19, para frenar la transmisión del virus que la ocasiona, tratar a las personas enfermas y atender las consecuencias económicas y sociales de la crisis. La Conferencia Interamericana de Seguridad Social observa las experiencias de otros países con el objetivo de exponer casos exitosos en materia de política pública que abonen a la discusión de cómo afrontar la pandemia en otras latitudes, considerando las características propias de cada estado.
Un elemento importante de la respuesta es el plan de coordinación intergubernamental diseñado para atender la epidemia de influenza de 2004, y que se ha actualizado de manera constante, adaptándose a la contingencia actual. Se estima que la pandemia del Covid-19 ha afectado laboralmente a cerca de 5.5 millones de personas en Canadá, equivalentes al 29.5 % de la fuerza de trabajo.
Según el documento Respuestas de los sistemas de seguridad social frente al Covid-19: Canadá, el gobierno federal creó un beneficio de emergencia, CanadaEmergency Response Benefit, para otorgar 2 000 dólares canadienses mensuales hasta por 4 meses a personas que perdieron ingresos, sea porque están en cuarentena o enfermas, cuiden a un familiar o porque perdieron el empleo. Este beneficio busca proteger el ingreso de grupos excluidos del seguro de desempleo.
Los sectores más afectados por la crisis son el hotelero, con alrededor de 615.000 empleos perdidos entre febrero y abril de 2020; el comercial, con 582.000 empleos menos; el de la construcción, con 315.800; el manufacturero, con 301.600; el de cuidado a la salud y asistencia social, con 229.100; y el de servicios de información, culturales y de recreación, con casi 186.000.
En protección del empleo, las acciones se orientan básicamente a subsidiar los salarios otorgados por las empresas.
En el ámbito de la salud, se ha garantizado la continuidad de los servicios y la suficiencia de recursos para que operen. En la atención de las personas mayores, la continuidad de los esquemas de pensiones y, sobre todo, en tratar de garantizar el funcionamiento seguro de los hogares de cuidado de largo plazo.
El grupo que se encuentra en mayor vulnerabilidad es el de las personas adultas mayores, dado que concentra un alto número de contagios y muertes por covid-19. De hecho, es preocupante que una gran cantidad de las muertes totales se hayan dado en establecimientos de cuidado de largo plazo, constituyendo un problema cuya atención deben priorizar las autoridades. Los bajos niveles de pobreza en este grupo y la cobertura prácticamente universal del sistema de pensiones sugieren que no será muy grande el impacto económico de la emergencia para este segmento.
Es probable que la crisis tampoco vulnere de sobremanera el ingreso de las personas menores, debido a la existencia de un amplio esquema no contributivo de prestaciones familiares (ccb), que otorga montos progresivos, y porque el incremento de hasta 300 dólares, establecido en mayo, puede representar más de una tercera parte del monto mensual de las personas de ingresos más bajos.
Es importante mencionar que antes de la pandemia Canadá ya contaba con cobertura pública universal en salud, así como amplia cobertura privada complementaria. Así también pensión universal no contributiva, esquemas contributivos con amplia cobertura, y bajos niveles de pobreza en personas mayores de 65 años. Además, un tercio de las personas desempleadas ya recibían seguro de desempleo. En el caso de las prestaciones familiares gozaban de amplia cobertura, con montos progresivos según nivel de ingreso, lo cual incrementaba sustancialmente los ingresos de las familias.