La lucha de un pueblo es la victoria de Chile – Por Karina Oliva Pérez, especial para NODAL

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  • Por Karina Oliva Pérez *
  • Este 4 de septiembre se cumplen 50 años del triunfo del gobierno de la Unidad Popular con Salvador Allende a la cabeza. En su discurso luego de la victoria, el presidente dijo “En esta gran batalla, que no fue la lucha de un hombre, sino la lucha de un pueblo; ella es la victoria de Chile”. 50 años después, Chile se debate en pandemia, tras un fuerte estallido contra la desigualdad y por la justicia social y la dignidad de todo un pueblo pero, además, enfrenta el primer proceso constituyente democrático y popular en su historia. El 4 de septiembre de 1970 no sólo es el aniversario del triunfo de Salvador Allende, es el día en que el pueblo entró a ser gobierno, pero a diferencia de la clásica oligarquía terrateniente, entraba a La Moneda democráticamente, con un proyecto popular en plena guerra fría, como una alternativa democrática para Chile y el mundo.
  • Recorrer la historia de Chile, es recorrer un pasado marcado por la muerte y el dolor del pueblo, de los hombres y mujeres de la patria que habían sido marginados, invisibilizados, abusados y olvidados. Cada gran hito histórico celebrado por la historia oficial, han sido triunfos de la oligarquía donde la gente, el pueblo de Chile, asumió los costos para la independencia, para la democracia, para la libertad. La instalación del sistema portaliano, significó la institucionalización del abuso para que el 1% de ese momento tuviera los beneficios y privilegios que entregaba el Estado y los sucesivos gobiernos oligárquicos y mesocráticos, basta con recordar lo que significó la constitución de 1833, la guerra de civil de 1891, la constitución de 1925 o el triste episodio del gobierno de Gabriel González Videla; cada uno de estos episodios significó tortura, desaparición de personas,  muerte y concentración de la riqueza.
  • El triunfo del gobierno de la Unidad Popular trasciende a un proyecto para las izquierdas clásicas de la época y supera completamente el eje de la guerra fría, más bien, se configuraba el nuevo sentido común. El Gobierno de la UP instala por primera vez en Chile un sentido democrático como sistema de derechos, no como exclusivo mecanismo de representación alternada de la oligarquía terrateniente, en realidad, el simple hecho de ser parte de la patria era el argumento necesario para ser consideradas y considerados sujetos de derechos, con reconocimiento de las identidades. El triunfo para Allende “nada tiene de personal, y que se lo debo a la unidad de los partidos populares, a las fuerzas sociales que han estado junto a nosotros”.
  • El nuevo significante en la relación de poder que instala el triunfo de la Unidad Popular, supera la noción de representación en tanto se entromete con lo más preciado por las oligarquías de Chile y el mundo la propiedad privada. Por tanto, por primera vez el Estado asume una nueva razón, una democrática, con un rol público, garantista, dejando atrás la historia de sumisión del Estado frente al mercado nacional e internacional, es decir, de los dueños de la propiedad.
  • Es necesario reconocer que el Gobierno de la Unidad Popular, más que un proyecto socialista clásico y soviético, fue el gran proyecto nacional-popular chileno, la primera ruptura contra-hegemónica de mayorías, donde la idea de pueblo es identidad, pertenencia a una comunidad más allá de los orígenes sociales, políticos y económicos. Tal como Allende ,en su discurso, asume el compromiso histórico de implementar el programa de unidad popular delineando “construir la nueva sociedad, la nueva convivencia social, la nueva moral y la nueva patria”.
  • Afortunadamente, a 51 días del plebiscito por una nueva Constitución, y la primera Convención Constitucional paritaria en la historia de la humanidad, ese anhelo de una nueva sociedad y de una nueva patria que vibraba en quienes fueron parte del triunfo de aquel  4 de septiembre, está vivo, superando los amargos momentos vividos no sólo en los últimos treinta años, incluso, tras la noche gris que significó la criminal dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet.
  • El campo popular en Chile estalló el 18 de octubre de 2019, con multitudes copando cada plaza de Arica a Magallanes, sin temor, con sed de justicia y dignidad. Chile despertó 50 años después del triunfo de la unidad popular, se reencontró con un proyecto popular, democrático y feminista, con el desafío constituyente y paritario.
  • Debemos ser enfáticas, el 18 de octubre el pueblo, al igual que ese pueblo de 1970, no exige unidad de la casta, de las y los privilegiados. Tenemos la responsabilidad de estar a la altura del pueblo de Chile, construyendo una nueva unidad, la unidad con la gente, los partidos populares y las fuerzas sociales, para que todas y todos al día siguiente del plebiscito copemos las grandes alamedasalegres y cantando; cantando la victoria tan legítimamente alcanzada y cantando al futuro…Les digo que se vayan a sus casas con la alegría sana de la limpia victoria alcanzada. Esta noche, cuando acaricien a sus hijos, cuando busquen el descanso, piensen en el mañana duro que tendremos por delante, cuando tengamos que poner más pasión, más cariño, para hacer cada vez más grande a Chile, y cada vez más justa la vida en nuestra patria.”
  • * Directora Calidad de la Democracia,Fundación Chile 21

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