Líderes desaparecidos y precariedad sanitaria agudizan la crisis en la Mosquitia hondureña

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Miriam Miranda: “Nos quieren desaparecer como pueblo garífuna” // Otras informaciones en Tiempo Digital

La activista y defensora de derechos humanos y ambientales de los garífunas Miriam Miranda, luego del rapto de cuatro hombres de raza negra en la comunidad de Triunfo de la Cruz y el envenenamiento de peces en el Aguán, denunció que quieren «desaparecer» a su pueblo.

Según la defensora, los dos hechos en mención, y que ocurrieron el sábado 18 de julio del presente 2020, están relacionados. Según sus palabras, «Nos quieren desaparecer como pueblo garífuna».

«Nos quieren desaparecer como pueblo garífuna. Al mismo tiempo que secuestran a miembros de la comunidad en Triunfo de la Cruz, incluido el presidente del patronato, otros malhechores llegan a envenenar Laguna de Santa Rosa de Aguán, miles de peces muertos. ¡ASESINOS!», escribió a través de cuenta de Twitter.

Privados de su libertad

En cuanto al rapto, fueron cuatro en total los ciudadanos sacados a fuerza de una casa ubicada en la comunidad antes dicha. Según testigos, fuertemente armadas, y con uniformes parecidos a los que usan agentes de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) ingresaron hasta las cuatro casas en donde se encontraban los garífunas.

Los desaparecidos son:

Alberth Sneider Centeno, presidente del patronato de Triunfo de la Cruz y miembro activo de la Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANEH); Milton Joel Martine; Aparicio Mejía; y Alber Sentana Thomas, todos líderes comunitarios.

Para encontrarlos, la Policía Nacional de Honduras informó que ya se conformó un equipo interinstitucional. No obstante, cinco días después, todavía no hay pistas de su paradero.

Peces

Por otro lado, ese mismo sábado, los residentes de la comunidad garífuna de Santa Rosa de Aguán, departamento de Colón, despertaron con la triste noticia de que, en la Laguna Santa Rosa, miles de peces estaban muertos. Afirman que la noche del viernes, cuatro hombres lanzaron veneno al agua.

Entre tanto, la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente (MiAmbiente), informó este domingo que ya se inició con las investigaciones para determinar cuáles fueron las causas. ¿Hubo mano criminal?
Nota: ¿Hubo mano criminal? Ya investigan muerte masiva de peces en Colón

Honduras Tierra Libre


Precariedad sanitaria agudiza crisis por Covid-19 en la Mosquitia hondureña

La crisis por la pandemia del Covid-19, reveló la precariedad que históricamente han vivido las comunidades indígenas en la Mosquitia, departamento de Gracias a Dios. El olvido estatal producto del poco interés que han tenido los gobiernos en invertir en materia sanitaria, está costando caro a los pobladores y pobladoras de esta región.

Frente a los casos de coronavirus, en el Hospital Regional de Puerto Lempira se instaló una carpa para atender a los pacientes sospechosos de los 6 municipios que tiene el departamento, pero el hospital, que está a cargo de los militares, no cuenta con equipo, ni personal médico, de enfermería especializado para atender a pacientes.

La vocera del Sistema Nacional para la Gestión de Riesgos (Sinager) en el departamento de Gracias a Dios, Yuan Pravia dice que la situación se ha ido complicando, el sistema sanitario y la ciudadanía en general se encuentran en calamidad.

Pravia detalla que en el departamento tienen hospitales públicos y también privados, sin embargo, los mismos carecen de recursos médicos y humanos para dar calidad de atención a la población indígena Misquita del departamento.

La funcionaria señala que los hospitales no tienen ni siquiera oxígeno, y para rellenar los tanques es necesario trasladarse en avioneta hasta La Ceiba, Atlántida, quitando tiempo valioso que podría salvar vidas.

“En el departamento de Gracias a Dios gran parte del personal sanitario se ha infectado de Covid-19. Se ha contratado nuevo personal, pero aún resulta muy poco para garantizar la salud a la población. Nuestros hospitales y centros de salud hay que abastecerlos de medicamentos y de material de bioseguridad”, señala.

Yuan Pravia continúa relatando a Radio Progreso que los hospitales no tienen salas adecuadas para atender a los pacientes positivos de Covid-19, a los mismos se les está atendiendo en salas improvisadas y readecuadas. Por otra señala que, las autoridades locales han hecho esfuerzos por buscar centros de aislamiento para pacientes positivos, sin embargo, no hay fondos para echarlos a andar.

Estadísticas tardías

Desde el Colegio Médico se desconoce las estadísticas que brinda el Sistema Nacional para la Gestión de Riesgos (SINAGER), ya que son tardías. Normalmente el resultado de la prueba PCR, tarda entre 10 y 15 días en conocerse.

La vocera del SINAGER en el departamento de Gracias a Dios, dice que por la distancia y la falta de vías de comunicación se tienen que hacer malabares para trasladar las pruebas de un municipio a otro, y luego hasta Tegucigalpa al Laboratorio Nacional de Virología. Explica también que, se han estado realizando pruebas rápidas, sin embargo, en las últimas semanas ese proceso se detuvo por falta de reactivos por lo que no se sabe con certeza cuantas personas en realidad están positivas con la enfermedad.

Solidaridad

La doctora Ana Paz, directora del Centro de Atención Integral para Buzos con Discapacidad en Puerto Lempira, dijo que, Gracias a Dios por ser un departamento aislado y distante, se ha llevado la peor partida de la crisis de Covid-19. Señala que, hace menos de un mes comenzó a retornar mucha gente que estaba afuera del departamento, y fue así como comenzaron a incrementar los casos de coronavirus.

“En forma general la estamos pasando muy mal, no tenemos equipo. El poco equipo que llegó se usa a diario, y se está acabando rápidamente. El personal de salud al no tener protección se ha contagiado, incluso uno de ellos fue trasladado de urgencia en estado crítico hacia Tegucigalpa. Tenemos que hacer brigadas y no las hemos cumplido. Y a eso pongámosle que la infraestructura de los centros sanitarios está en pésimas condiciones”, expresa la doctora Paz.

Ana Paz detalla que como médicos tienen que comprar con fondos propios el equipo básico para garantizar sus medidas de bioseguridad.

Frente a la falta de voluntad del Estado hondureño los médicos, con el acompañamiento de la ciudadanía han tenido que ingeniarse formas para sobrevivir en medio de la pandemia.

“Ahora lo que estamos haciendo es pidiendo apoyo a organizaciones a nivel nacional e internacional y a la ciudadanía. Para ello, se han puesto a disposición cuentas bancarias donde la población y organizaciones pueden hacer sus donativos”, explica.

La doctora mira con preocupación la falta de estadísticas reales sobre el impacto de la pandemia en el departamento. Así mismo, le preocupa que mucha de la población al tener síntomas prefiere quedarse en casa sin tomar las medidas de precaución necesarias y abandonada a su suerte.

Respuesta insuficiente

Rodeada de cámaras de Televisión y anunciando con bombos y platillos llegó la cuestionada Ministra de Salud, Alba Consuelo Flores, hasta las instalaciones del Hospital Regional de Puerto Lempira, allí aseguró que con la visita se espera conocer a fondo la situación técnica y epidemiológica del departamento.

El doctor Hugo Reyes, director del Hospital de Puerto Lempira detalla que la Ministra de Salud se comprometió a entregar 19 millones de Lempiras para el departamento; distribuidos en seis millones para el hospital y el restante para la región sanitaria de salud.

Sin embargo, cree que ese dinero no es suficiente para terminar con la precariedad en materia de salud que tiene la zona. “No es suficiente, solamente es un respiro, porque esta es una zona que requiere mucho más fondos. Es necesario que haya una forma que el dinero sea de manera sostenida, que no sea solamente en determinado momento”, puntualiza.

Radio Progreso


La Mosquitia, un grito de auxilio

Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

La pandemia del coronavirus ha puesto en la agenda nacional una vez más el abandono histórico al que ha sido sometida por los gobiernos nacionales la población de La Mosquitia hondureña.

Los pobladores de la alejada región han salido a pedir auxilio ante la creciente ola de casos de covid que están registrando y la falta de insumos para hacerle frente. La zona solo cuenta con un hospital y varios centros de salud con un número reducido de médicos y enfermeras; no hay salas de cuidados intensivos ni oxígeno. Los medicamentos escasean, tampoco hay mascarillas para la población ni dónde comprarlas, y mucho menos pruebas PCR o pruebas rápidas.

“No hay nada”, dicen los pobladores y los pocos médicos que —a pesar de la amenaza que se cierne sobre ellos de un posible despido por denunciar las precarias condiciones en las que trabajan— han salido a demandar ayuda para cada uno de los centros de salud que funcionan en la región, ya que para la población es bastante difícil trasladarse hasta el hospital de Puerto Lempira por los altos costos del transporte, que son los pipantes. Por ejemplo, un traslado de Brus Laguna a Puerto Lempira puede llegar a costar hasta 10,000 lempiras.

La situación demanda la acción inmediata de las autoridades, que, inconcebiblemente, no previeron la atención de esa población en medio de la pandemia. No actuar con la diligencia correspondiente llevará a la muerte a centenares de pobladores de la zona.

Urge que se envíen los medicamentos y el equipo requerido y que se active de inmediato un puente aéreo entre Tegucigalpa, La Ceiba y Puerto Lempira, para agilizar la llegada de la ayuda y la movilización de pacientes y más personal médico y de enfermeras, si es necesario.

El departamento de Gracias a Dios forma parte de la geografía hondureña, sus habitantes son hondureños y hondureñas que deben ser atendidos con la diligencia que demanda la crítica situación que hoy viven. Hay que tenderles la mano ya.

El Heraldo

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