Argentina empieza a renegociar hoy su deuda con el Club de París

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El ministro de Economía Axel Kicillof encabezará a partir de hoy una serie de reuniones en Francia para renegociar la deuda de unos U$S 10 mil millones que la Argentina mantiene con el denominado Club de París. Kicillof viajó ayer a Francia acompañado por el embajador ante la Unión Europea y ex titular del Palacio de Hacienda, Hernán Lorenzino, el ex secretario de Finanzas Adrián Cosentino y su sucesor, Pablo López.

Los detalles de la propuesta final aún se mantienen en el más absoluto de lo secretos, aunque trascendió que la Argentina ofrecerá un pago en cuotas a diez años y con bonos del Estado Nacional. No obstante, el objetivo número uno que se trazó el gobierno es avanzar cuanto antes con este acuerdo, de la misma manera que lo hizo con algunos de los asuntos pendientes que el país mantenía con el CIADI, tribunal arbitral de las empresas en el Banco Mundial.
De esta manera, Economía cree que de ponerle un broche de oro al acuerdo con el Club de París podría reducirse el costo del financiamiento de las empresas y sería una buena señal para la Corte Suprema de los Estados Unidos, que tiene pendiente aún la definició del litigio que el país mantiene con los fondos buitre por la deuda que no ingresó en los canjes.
Fuentes próximas a la negociación reconocieron que alcanzar un acuerdo no será fácil, puesto que los países que integran el Club de París pretenden un pago más rápido, pues de lo contrario entraría a tallar el FMI, que impondría a la Argentina sus propias reglas de juego, como la revisión del artículo IV y el ingreso de misiones  técnico-políticas del organismo al país con sus clásicas recomendaciones ortodoxas.
De acuerdo a la agencia de noticias Télam, Kicillof propondrá un cronograma de pago de hasta diez años con bonos. El objetivo de este viaje «es mantener un primer contacto y mostrar una seria voluntad de intentar buscar un acuerdo, tal como se avanzó con (litigios ante) el CIADI, y con el tema de Repsol» por la expropiación de la petrolera YPF, deslizó una fuente del ministerio de Economía.
La mayor parte de la deuda soberana argentina en «default» se restructuró en 2005 y 2010, pero nunca se llegó a un acuerdo con el Club de París. Las anteriores negociaciones se frustraron al no aceptar Argentina que el acuerdo con el Club de París sea auditado por el Fondo Monetario Internacional, quien después es afecto a imponer sus recetas muy distintas a la política heterodoxa que ha llevado adelante la Argentina en la última década.
Desde el sector privado se sigue de cerca y con muy buenos ojos la intención oficial de cerrar el capítulo Club de París. «Ojalá tengan éxito», declaró el viernes a Tiempo Argentino el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Héctor Méndez. Por su parte, el presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Carlos de la Vega, se pronunció en el mismo sentido:  resulta «muy conveniente que la Argentina se reinserte en el mundo de las finanzas internacionales para bajar las tasas de interés a la hora de pedir créditos».
Lo que está en juego con el Club
El Club de París es un mecanismo de convocatoria por parte de acreedores de países endeudados para renegociar  las deudas externas de los países deudores. Opera desde la Tesorería del gobierno de Francia. En este foro participan 19 gobiernos: los de Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Japón, Noruega, Rusia, Holanda, Reino Unido, Suecia y Suiza. El Club de París nació en 1956 por iniciativa del ministro de Finanzas francés, cuando este había convocado a representantes de otros acreedores de la Argentina cuando era presidente el dictador Pedro Aramburu.
El valor de que la Argentina llegue a un acuerdo con el Club  es enviar una señal de que el país quiere hacerse cargo de la deuda que tomaron otros gobiernos. La clave de un acuerdo dependerá fundamentalmente de las condiciones en que se alcance.  Si el Club de París toma el convenio como un pago, aunque sea en cuotas, no intervendrá el FMI, mientras que si lo que se logra es una refinanciación, tallará el Fondo y ya se sabe qué ocurre en nuestras economía cuando el FMI se mete y plantea sus exigencias de ajuste.
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