Chile: actores sociales hacen balance al cumplirse cuatro meses del estallido social

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Son diversas las miradas y opiniones que surgen al conmemorarse este 18 de febrero ya cuatro meses desde el inicio del estallido social que ha tenido a Antofagasta como uno epicentros a nivel país tanto de las movilizaciones como también de los hechos de violencia. Énfasis distintos que colocan cada uno de los consultados por nuestro medio para que hicieran su balance de este fenómeno social.

Por un lado el Intendente Edgar Blanco destaca que es la paz la que permitirá avanzar en aquellos puntos esenciales que necesita el país. La Alcaldesa Karen Rojo plantea que no han funcionado los planes para control del orden público y rescata la tesis que los hechos de violencia tendrían relación con el narcotráfico.

Por otra parte, Pablo Rojas, vocero de la Mesa de Unidad Social Antofagasta, asegura que estos 4 meses de movilizaciones han marcado la ruptura con el acuerdo de la transición post-dictadura. Y Marcela Mercado, presidenta de la Corporación Cultural La Toma hace el punto en todo esto se provoca como respuesta a múltiples problemas del modelo socioeconómico impuesto.

Edgar Blanco, Intendente de Antofagasta. En los últimos meses hemos visto una importante disminución en la cantidad de manifestaciones y manifestantes, asimismo de los hechos violentos que afectaron nuestra ciudad. Entendemos que esto responde por un lado a la nueva agenda social y en paralelo, a que gracias a un trabajo coordinado con nuestras policías, la adopción de nuevas estrategias y la entrada en vigencia de la ley antisaqueos y barricadas, se ha logrado controlar de mejor forma a los grupos violentos que aprovechan las marchas para delinquir.

Estamos conscientes que falta mucho por hacer y que quizás las reformas no van lo rápido que se quisiera, pero debemos ser responsables y avanzar sin hipotecar el futuro de nuestros hijos con medidas que no sean sustentables. En términos regionales también estamos haciendo los esfuerzos para abordar las inquietudes de nuestras familias, es por esto que nos hicimos cargo de la apertura y operación de Chaqueta Blanca por ejemplo.

Han sido meses complejos, pero estamos trabajando para tener la paz social que permita ir tranquilos a nuestros hijos a clases, a nuestros trabajos o simplemente a disfrutar de un parque. Necesitamos esa paz para avanzar y tengo la convicción que la conseguiremos y así juntos podremos construir un mejor país.

Karen Rojo, alcaldesa de Antofagasta. Antofagasta pasó de ser parte de un movimiento social a nivel país a destacarse por actos vandálicos y violentos sin justificación. Sin duda que hay un aprovechamiento de este ambiente de incertidumbre y confusión que genera el estallido social, porque estos grupos violentistas que buscan generar caos en la ciudad utilizan las movilizaciones para lograr este fin.

Los planes para garantizar el orden público no han funcionado en Antofagasta. Las policías están saturadas y sobrepasadas y no hay una estrategia clara para frenar estos hechos violentos. Además existiría un factor que se ha evaluado por parte de organismos policiales y judiciales que está vinculado al tráfico de drogas. Existen más de 30 pasos fronterizos ilegales que ayudan al narcotráfico y tráfico de vehículos.

Nosotros hemos golpeado puertas para dar a conocer lo que está sucediendo en la comuna de Antofagasta, porque esto no es ni de hoy ni de hace cuatro meses. Ya es hora que pongan atención en lo que pasa en nuestra ciudad. Nos hemos reunido en innumerables ocasiones con autoridades a nivel nacional y les hemos hecho ver que Antofagasta tiene una realidad muy particular y que no por ser una ciudad minera no existen necesidades: Necesitamos mayor seguridad, mayor acceso a viviendas, beneficios fiscales y políticas públicas diferenciados que consideren el costo de la vida que tenemos en la ciudad.

Minimizar lo que pasa en la comuna sería una falta de respeto a todas las personas que la están pasando mal y que necesitan que se les garantice seguridad para ir a sus trabajos, a un centro de salud o a la escuela, sin temor de quedar en medio de enfrentamientos desmedidos.

Pablo Rojas, vocero de la Mesa de Unidad Social Antofagasta. Estos 4 meses de movilizaciones han marcado la ruptura con el acuerdo de la transición post-dictadura, que nos llevó a un desarrollo fuertemente neoliberal, marcado por crecimiento macroeconómico y reducción de la pobreza, pero profundamente despolitizador y desigual no sólo en la distribución de la riqueza, sino también en el trato y la fragmentación social.

El proceso que se ha abierto trae muchos desafíos y preguntas: ¿vamos a dar pasos decididos para superar el neoliberalismo y la privatización de derechos?; ¿vamos a convertirnos en un estado no sólo representativo, sino participativo y deliberativo?; ¿vamos a recuperar nuestros fondos de pensiones, bienes comunes y recursos naturales?; ¿vamos a descentralizar el poder político y económico?

El proceso constituyente iniciado en octubre y establecido institucionalmente gracias a la movilización social -con todos sus déficits y limitaciones-, permitirá ir dilucidando esta y otras preguntas.

No obstante es sólo un hito dentro de lo que puede ser un proceso mayor de transformación de nuestra sociedad. Depende de nosotros/as y los territorios organizados hacer que este proceso nos lleve a un Chile más justo, igualitario y democrático.

Marcela Mercado, presidenta de la Corporación Cultural La Toma. A cuatro meses del 18 de Octubre, lo primero que es interesante de pensar es que el Estallido no nace de un vacío ni como mero capricho, sino que surge como respuesta a múltiples problemas del modelo socioeconómico impuesto.

Un orden social construido sobre la base de una normalidad privilegios y no de derechos. La normalidad de la mayoría de los chilenos sigue siendo la normalidad de la precariedad laboral, de la vejez como sinónimo de pobreza, de la salud como un lujo, de la educación como deuda, del fin de mes como angustia permanente.

Se lee en la teoríca política Hannah Arendt, que no existe en el hombre nada político que pertenezca a su esencia. El hombre por sí solo es a-político. La política surge en el “entre los hombres”, o sea, fuera del hombre. Por lo tanto, no existe ningún orden político que sea sustancial al existente humano, tal como la elite plantea tan porfiadamente. Una de las perspectivas de este movimiento social es que hay hombres movilizados en la calle que reclaman contra el orden que existía y que se encuentra derrumbado. Ese orden social debe ser cambiado y la ciudadanía exige participar en la construcción de un nuevo pacto social más justo y con desigualdades que, si existen, respondan a otras jerarquías, distintas de la mera condición económica.

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