Honduras: Hernández cumple tres años de reelección sin superar la crisis sociopolítica

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Presidente de Honduras cumple tres años de reelección, sin superar la crisis

El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, cumple mañana su tercer año de su segundo período de gobierno, sin poder superar la crisis sociopolítica interna y entre el rechazo de las principales fuerzas de oposición que han venido exigiendo su salida del poder.

Hernández fue reelegido en las elecciones del 26 de noviembre de 2017, en los que la oposición aduce que hubo «fraude» y alega también que no podía ser candidato porque la Constitución no permite la reelección presidencial bajo ninguna modalidad.

En efecto, la Constitución hondureña no permite la reelección presidencial, pero un fallo de la Corte Suprema de Justicia de 2015 dejó abierta esa posibilidad.

El depuesto expresidente hondureño Manuel Zelaya convocó el pasado domingo a sus bases a «protestar» este lunes contra Hernández y por la no ratificación del acuerdo de creación de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), dependiente de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Zelaya, coordinador general del Partido Libertad y Refundación (Libre), primera fuerza de oposición, señaló en Twitter que para Hernández y el secretario general de la OEA, Luis Almagro, «el pueblo hondureño no vale nada».

La Maccih se instaló en Honduras en abril de 2016 luego de un acuerdo entre el Gobierno de Honduras y la OEA, y su mandato concluyó el pasado 19 de enero debido a la falta de acuerdos entre las partes.

Honduras vive una crisis política y social desde 2009 a raíz del golpe de Estado a Zelaya y se agudizó con la reelección del presidente Hernández.

Según un informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas de Derechos Humanos (Acnudh), al menos 23 personas, incluido un policía, murieron, mientras otras resultaron lesionadas y detenidas durante las protestas, algunas de ellas violentas, tras los comicios de 2017.

Al gobernante hondureño también se le acusa de estar ligado al narcotráfico, luego de que un hermano suyo, Juan Antonio «Tony» Hernández, en octubre de 2019 fue declarado culpable de esa actividad en Estados Unidos.

El presidente Hernández ha rechazado todas las acusaciones y reiterado que no son creíbles declaraciones de narcotraficantes y asesinos confesos, a quienes se les incautaron bienes que amasaron con el tráfico de drogas en el país y negociaron con autoridades de EE.UU. para que les reduzcan sus penas, y en venganza lo han acusado a él.

«Tony» Hernández fue arrestado en noviembre de 2018 en Miami y acusado de conspirar para exportar drogas a EE.UU., de posesión de ametralladoras y de dispositivos destructivos y de mentir a las autoridades federales, de los que se declaró no culpable.

El país, con más de 9,2 millones de habitantes, sufre la violencia criminal que deja entre 10 y 12 muertos diarios, la pobreza que afecta al más del 60 % de su población, la falta de verdaderos líderes en sus instituciones políticas y otros flagelos como el narcotráfico, la corrupción y el desempleo.

La Vanguardia


Conflictividad social, una constante a la mitad del gobierno

La administración del presidente Juan Orlando Hernández llega justamente hoy a la mitad de su segundo periodo de Gobierno marcado por la incesante conflictividad social.
El gobierno exhibe logros como la estabilidad macroeconómica y la reducción de la violencia, pero deberá enfrentar retos como reducir la pobreza y la desigualdad, señalan varios analistas consultados.

Este 2020 se ha programado una cifra de 58 mil millones de lempiras en el marco del Presupuesto General de la República para obras de infraestructura, el gobierno deberá enfrentar a enemigos muy poderosos como la pobreza, la inseguridad, el terrorismo, las maras y pandillas, el narcotráfico y el cambio climático, tal como lo reconoció el sábado el propio presidente Juan Orlando Hernández en su informe al Congreso Nacional.

Pero un sector de la sociedad ha mantenido un reclamo permanente de mejores condiciones sociales y salariales, lo que ha conducido a niveles constantes de conflictividad social, con tomas y protestas en las calles.

Reversión de la violencia

En los últimos años el gobierno logró reducir en un 50 por ciento los homicidios por cada 100 mil habitantes en comparación con las cifras que se tenían en 2012, en 2019 hubo un ligero incremento de la violencia, según las estadísticas de la Policía Nacional, que coinciden con las cifras del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónomo de Honduras (OV-UNAH).

El Sistema Estadístico Policial en Línea (Sepol), contabilizó hasta el 22 de diciembre de 2019, un total de tres mil 920 homicidios en todo el país, 254 más que el año precedente, si se compara con el mismo lapso del 2018, cuando se contabilizaron tres mil 666 asesinatos.

Las cifras coinciden con la proyección del Observatorio de la Violencia del Instituto Universitario de Desarrollo, Paz y Seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), que proyectó una tasa de 42.8 por cada 100 mil habitantes lo que supone un aumento de 2.2 con relación a 2018.

Logros macroeconómicos

En materia macroeconómica, el gobierno arguye que las perspectivas del Banco Mundial son claras, Honduras es la segunda economía más dinámica de Centroamérica, con una expansión del Producto Interno Bruto (PIB) estimada en 3.3 por ciento en el 2019 y proyectada en 3.5 por ciento para este 2020, 2021 y 2022.

Otro logro es una inflación interanual de 4.08 por ciento, ubicándose cercana al centro del rango de tolerancia establecido de 4.0 por ciento, e inferior a la registrada al cierre de 2018 (4.22%). Lo anterior a pesar de mayores precios de los combustibles, así como el ajuste al alza de las tarifas de energía eléctrica y transporte.

Un informe elaborado por el gobierno, indica que las calificaciones de las firmas internacionales Moody’s Investors Service y Standard & Poor´s reflejan que Honduras avanza por la ruta correcta, a la vez que la confianza y la credibilidad en el plano internacional es cada vez mayor.

Percepción de corrupción

Sin embargo, el reciente informe de la organización no gubernamental Transparencia Internacional (TI) sobre el Índice de Percepción de Corrupción, establece que Honduras cayó 14 posiciones en el ranking global de 2019, lo que, según los analistas, repercute en la atracción de inversiones y la generación de empleo.

La controversia generada por la no renovación del convenio de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), que desató de críticas, tanto internamente como a nivel internacional, también es anotado en el balance de los dos años de gestión, destacan los comentaristas.

El anuncio de la creación de la Unidad Fiscal Especializada Contra Redes de Corrupción (Uferco), en sustitución de la UFECIC, que trabajaba a la par con la MACCIH, por parte del Ministerio Público, ha aplacado los cuestionamientos. El presidente Juan Orlando Hernández destacó en el informe en el Congreso que está comprometido en la lucha contra la corrupción y la impunidad.

Década perdida

Para el analista Raúl Pineda Alvarado, si se analizan indicadores como la pobreza, la desigualdad y el mercado laboral, hasta el año 2019, se puede apreciar que se ha perdido una década en el desarrollo económico y social del país.

Detalló que la pobreza, que, según cifras oficiales, en 2010 era de un 60 por ciento, aumentó a un 62 por ciento en 2018, mientras que la extrema pobreza apenas bajó y de un 39 por ciento en 2010 pasó a 38.72 por ciento en 2018, según datos oficiales.

En cuanto al tema de seguridad, Pineda arguyó que se puede hablar de alguna mejoría en relación a las cifras que se han dado en el pasado, pero decir que se ha tenido éxito al reducir a 46 homicidios por cada 100 mil habitantes es algo relativo si se toma en cuenta que países como México tienen un índice de 22 muertes violentas por cada 100 mil habitantes y es considerada una sociedad altamente violenta.

Pineda aseveró que esa pobreza tiende a incrementarse en este 2020, lo que significa que la clase media se está volviendo pobre y se da el fenómeno de la “proletarización” de las profesiones universitarias ya que se puede encontrar trabajando de mesero o de taxista a un odontólogo, a un abogado o a un licenciado en administración de empresas.

El presidente no es un mago

No obstante, el analista reconoce que en lo único que se ha mejorado, es en el tema del analfabetismo ya que se ha logrado bajar ese indicador de un 14 a un 12.90 por ciento, lo que significa que se ha avanzado positivamente.

Asimismo, resaltó que acusar a un presidente por un problema tan grande como la desigualdad y la pobreza no es del todo justo pues no es un mago para engendrar una transformación como la que ocupa Honduras que necesita crecer a un seis por ciento por un período de 10 años para entrar en una etapa de estabilidad económica y desarrollo social.

Fracaso en políticas públicas

Por su lado, el expresidente del Banco Central de Honduras (BCH), Hugo Noé Pino, refirió que el presidente Hernández basó su campaña de reelección en dos aspectos: uno es el Plan 20/20 que se proponía crear 600 mil empleos y 13 mil millones de dólares de inversión en cinco años.

Asimismo, anteriormente venía hablando de la Ley Marco del Sistema de Protección Social y de la reestructuración del sector eléctrico, políticas públicas que también no han dado resultado, por lo que estos dos años de gobierno han representado un fracaso de las mismas.

Estabilidad

“Así que desde el punto de vista económico seguimos en la misma dirección con una relativa estabilidad macroeconómica, manifestada por un déficit fiscal bajo, una inflación relativamente baja, con reservas internacionales y una depreciación del tipo de cambio aceptable, pero eso en ningún momento se ha convertido en mejores niveles de bienestar para la población hondureña”, argumentó Noé Pino.

Respecto al acuerdo logrado en esta gestión con el Fondo Monetario Internacional (FMI), aseveró que ese convenio no era necesario pues los países acuden a ese organismo multilateral cuando tienen problemas con la balanza de pagos, y ese no es el caso de Honduras.

“El problema que tenía el gobierno y por lo cual accedió a suscribir el acuerdo con el FMI, fue por falta de credibilidad en el sentido de enviar a inversionistas nacionales y extranjeros un mensaje”, argumentó.

Señaló que, aunque no se cuenta con las cifras de cierre de 2019, las mismas autoridades reconocieron que la inversión extranjera directa en el primer trimestre del año pasado había caído en un 40 por ciento.

Destacó que en estos dos años de gobierno entre los indicadores macroeconómicos se produjo una desaceleración económica dado que en 2017 se creció en 4.8 por ciento, en 2018 en 3.7 por ciento y en 2019 se situará entre un 2.8 y 3.0 por ciento.

Proceso

 

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