Iniciativa “América Crece”: América Latina para EEUU – Por Aníbal García Fernández
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.Por Aníbal García Fernández(*)
El 16 de diciembre de 2019, la Agencia de Comercio y Desarrollo de los Estados Unidos (USTDA) publicó la convocatoria para proyectos de infraestructura digital en América Latina y El Caribe (ALC), incluyendo la instalación de cable de fibra óptica, comunicaciones satelitales, conectividad y banda ancha, automatización de servicios públicos entre otros objetivos.[1] Esto se inscribe en el marco de la “Iniciativa América Crece”, que agrupa proyectos de energía e infraestructura con el sello de la actual gestión republicana. Ahora se suman proyectos en comunicaciones, ciberseguridad, servicios digitales, modernización de puertos, carreteras, aeropuertos y transportes, sobre todo de mercancías.[2] Este impulso se inscribe en el America First de Donald Trump: la expansión de la economía estadounidense en un continente en disputa con otras potencias, como China y Rusia, destacando la competencia con China en aspectos comerciales, telecomunicaciones y de infraestructura.
La Iniciativa América Crece es responsabilidad de varias agencias y departamentos del Gobierno estadounidense como el Departamento de Estado, del Tesoro, de Comercio y de Energía. Además, están la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la USTDA y la Corporación para la Inversión Privada en el Extranjero (OPIC), que cambió su nombre a Corporación Financiera Internacional para el Desarrollo de los Estados Unidos (DFC).[3] Desde 2018 se anunció una reestructuración de USAID y OPIC con la Ley BUILD.[4]
Uno de los aspectos más relevantes es el que se refiere a nuevos marcos regulatorios y estructuras de adquisiciones y compras gubernamentales abiertos, transparentes y de fácil consulta vía internet. México es el mejor ejemplo, donde la USAID ha financiado la adopción del Estándar de Datos de Contratación Abiertos (OCDS, por sus siglas en inglés).[5]
Vale destacar que la creación y expansión de estos marcos regulatorios forman parte de las estrategias del Gobierno estadounidense para garantizar estabilidad o certidumbre a sus principales empresas privadas que, si bien trascienden a la administración actual, se inscriben en un giro importante dado por el Gobierno de Trump. Desde su llegada al Ejecutivo, Trump recortó el presupuesto en asistencia para el desarrollo (especialmente el que corría por la vía bilateral). La asistencia es una forma de inversión (aunque no se presente así a nivel de discurso oficial) y, como tal, genera endeudamiento y atadura a determinadas condiciones para recibirla. En la actual gestión, se propicia la inversión de modo más directo vía sector privado y corporaciones empresariales (como la OPIC), a tono con el tipo de objetivos y retórica republicana, pero que de igual modo garantiza el acceso a mercados y el endeudamiento por parte de países receptores.[6]
América Crece (o la expansión de EE. UU. en América Latina)
La Iniciativa América Crece incluye a la mayoría de los países de ALC, excepto a Venezuela, Cuba y Nicaragua que están fuera por motivos políticos, geopolíticos y que, además, cuentan con sanciones económicas que tienen por objetivo deponer a los actuales gobiernos.
El caso de México es de vital importancia. El nuevo T-MEC incorpora nuevos aspectos en materia laboral, energética y apertura de sectores estratégicos que comenzaron gradualmente desde la década de los noventa (y que, debido a las reformas estructurales de 2012, sectores como telecomunicaciones e hidrocarburos, adquirieron mayor relevancia). Precisamente, uno de los planes para el sector privado estadounidense se encuentra en la guía “Grandes Proyectos de Infraestructura en México” publicada por la USTDA en 2014.[7] Hacia 2019 varios proyectos comienzan a materializarse en materia energética y faltan otros como el proyecto del tren transpeninsular, proyecto de larga data que ha sido uno de los principales objetivos de Estados Unidos (EE. UU.) en México desde el siglo XIX (Tratado McLane-Ocampo). Por último, el Plan de Desarrollo para Centroamérica propuesto por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), contará con recursos de EE. UU. y también de la Unión Europea.[8]
En el Caribe, como hemos informado,[9] una de las grandes apuestas es en energía. Para 2020 está pensada la creación de la Terminal de Gas Natural Licuado (GNL) y de la Planta de Energía en República Dominicana.[10] Este es uno de los rubros en disputa con China, país que también tiene proyectos de infraestructura energética en esa región.
El único proyecto subregional es para los países del Triángulo Norte de Centroamérica, donde se planea el desarrollo de infraestructura en comunicaciones, transportes y energía. En Honduras, uno de los proyectos energéticos ya construidos fue la planta geotérmica de Platanares. Dicha planta fue construida por la empresa estadounidense Ormat Technologies y Electricidad Cortes. Actualmente suministra energía a cien mil hogares[11] y fue uno de los proyectos que contó con apoyo del BID/USTDA.
En Guatemala los proyectos ya anunciados fueron la construcción de vivienda social y un parque industrial; un plan de interconexión eléctrica y la construcción de un tramo carretero que sería privado.[12] El proyecto de interconexión eléctrica no es nuevo, viene desde hace años como parte del proyecto Mesoamérica.
En Panamá uno de los acuerdos entre la USTDA y el Gobierno es para la capacitación de altos funcionarios para el análisis de costos en la adquisición de infraestructura. La iniciativa se encuentra en once países más.[13] Entre los proyectos de infraestructura más importantes que se encuentran actualmente en Panamá y que podrían entrar en la iniciativa de fomento a inversiones están el metro de Panamá, el Puerto de Contenedores de Colón y Puerto de Transbordo Corozal.
En el caso de Perú, al igual que Panamá, está por firmar acuerdos energéticos. Con Perú está en evaluación un Memorandum de Entendimiento.[14] Con Panamá se avanzó también en un proyecto energético para que el país se convierta en un punto de conexión energética y genere más electricidad con gas natural licuado proveniente de EE. UU.[15] En ambos casos se desconocen aún el tipo de acuerdo y las condiciones para financiar estos proyectos que en el pasado fueron vía endeudamiento y modificaciones en las leyes para permitir la entrada de capital estadounidense.
En Brasil los proyectos son en energía e infraestructura de transporte de mercancías, sobre todo en carreteras, aeropuertos, puertos e infraestructura ferroviaria. Desde 2016, después del golpe de Estado a Dilma Rousseff, el proceso de privatizaciones y liberalización de licitaciones a empresas privadas nacionales y extranjeras es parte de un proceso anhelado por el sector privado estadounidense y que forma parte de la Iniciativa América Crece. En este caso, se incluyó también el sector financiero y tienen en la mira la reestructuración del BNDES.[16]
China en ALC (o el freno para el America First)
En los últimos años, varios países de ALC se han asociado comercialmente con mayor solidez con China, que ya es el principal socio comercial de Argentina, Brasil, Chile, Perú y Uruguay. Además, es el segundo socio comercial de México y Colombia (aliado incondicional de EE. UU.), que ya comenzó a estrechar relaciones con China.[17] Las principales inversiones chinas son en infraestructura, energía, manufactura, innovación tecnológica, agricultura y tecnología de la información.[18] En total, el comercio de enero a noviembre de 2019 de la región con el país asiático, fue de 286.830 millones de dólares.[19]
Esta expansión de la presencia comercial y de inversiones chinas, puede ser leída en el marco de una guerra con EE. UU. que va más allá de lo económico, alcanzando aspectos geopolíticos. Es evidente la disputa por recursos estratégicos y espacios para el capital en áreas como energía e infraestructura de puertos, carreteras y aeropuertos, tres formas mediante las cuales se mueven mercancías. Menos visible es la importancia de las denominadas “tierras raras” en esta disputa. En este rubro EE. UU. tiene una alta dependencia de China (80%).[20]
Perspectiva y prospectiva hacia 2020
La presencia china en la región se ha incrementado notablemente desde que comenzó el siglo XXI mediante préstamos a gobiernos latinoamericanos, de inversiones y empresas. Ello implica la creación de empleos y de valor. Este es uno de los rubros fundamentales, pues la transferencia de valor de ALC no ha dejado de fluir, ahora, con más importancia hacia China, aspecto que EE. UU. pretende modificar a su favor.
A la creación de la Iniciativa América Crece se suman tratados de libre comercio con varios países (siendo el más importante el T-MEC) articulados con estrategias militares como la Iniciativa Mérida, el Plan “Paz Colombia”, la Iniciativa Regional de Seguridad para América Central (CARSI), la Alianza del Pacífico y la Iniciativa de Seguridad para El Caribe.
Por último, la Iniciativa América Crece pretende colocar las exportaciones de gas en la región. La reforma energética de 2012 en México abrió el camino para la exportación y conexión de gas con Centroamérica. A su vez, Colombia, Ecuador, Perú y Chile entran en esa estrategia a través de la infraestructura de energía eléctrica. El golpe de Estado en Bolivia puede inscribirse en esta disputa por recursos (reservas de gas y litio) y habrá que ver cómo se inscribe en esta iniciativa. El yacimiento de Vaca Muerta en la Patagonia argentina, así como el control de las reservas de hidrocarburos del Pre-sal en Brasil, terminan por completar un mapa conocido por intereses públicos y privados estadounidenses de larga data en el continente y que se exacerban en la lucha con otras potencias. Venezuela sigue siendo el espacio en disputa en este escenario (con alianzas cada vez más estrechas con China y Rusia).
[1]https://ustda.gov/news/press-releases/2019/ustda-announces-call-digital-infrastructure-project-proposals-latin-america
[2]https://www.usaid.gov/sites/default/files/documents/1861/USAID_DCCP_Fact_Sheet_080719f.pdf
[3]https://www.state.gov/growth-in-the-americas/
[4]https://www.usaid.gov/news-information/press-releases/oct-3-2018-administrator-green-statement-creation-usidfc
[5]https://www.state.gov/reports/2019-investment-climate-statements/mexico/
[6] https://www.celag.org/del-soft-power-al-america-first-eeuu-la-asistencia/
[7]https://ustda.gov/sites/default/files/pdf/program/regions/lac/mexicoresourceguide/MexicoResouceGuide.pdf
[8]https://www.celag.org/la-union-europea-en-la-disputa-por-america-latina-y-el-caribe/
[9]https://www.celag.org/reordenamiento-estrategico-en-el-caribe/
[10]https://ustda.gov/sites/default/files/RFP-DR%20LNG%20TERMINAL-%20Annex%201-%20FINAL.pdf
[11]https://ustda.gov/news/success-stories/success-honduras-platanares-geothermal-power-plant
[12]https://forbescentroamerica.com/2019/12/19/america-crece-estos-son-los-4-proyectos-de-inversion-que-busca-desarrollar-guatemala/
[13]https://ustda.gov/news/press-releases/2019/ustda-panama-launch-life-cycle-cost-analysis-training
[14]https://www.americaeconomia.com/negocios-industrias/eeuu-esta-cerca-de-firmar-un-acuerdo-con-lima-para-contrarrestar-influencia
[15]https://www.eleconomistaamerica.com/energia-eAm/noticias/9337889/08/18/GNL-ariete-de-expansion-energetica-de-EEUU-en-America-Central-con-Panama-de-aliado.html
[16]https://ustda.gov/sites/default/files/pdf/program/regions/lac/brazilresourceguide/BrazilResourceGuide.pdf
[17]https://www.celag.org/mexico-y-colombia-en-la-disputa-entre-eeuu-y-china/
[18]https://www.celag.org/china-america-latina-segun-eeuu/
[19]https://www.perfil.com/noticias/internacional/china-pisa-fuerte-en-america-latina-y-compite-con-eeuu.phtml
[20]https://www.celag.org/los-recursos-estrategicos-de-latinoamerica-en-la-guerra-china-eeuu/
(*) Máster en Estudios Latinoamericanos (UNAM) (México).