Alberto Fernández en México | Se reunió con Correa y habló sobre el aborto: «Es un problema de salud pública»

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Alberto Fernández sobre el aborto: «Es un problema de salud pública»

«Yo no soy un hipócrita. Si hay algo que me complica la vida es decir lo que creo. Toda mi vida enseñé que el aborto nunca debió haber sido un delito. Y esta altura de los acontecimiento creo que no debe ser un delito y que el Estado debe garantizar que las mujeres pueda acceder a un aborto en condiciones de asepsia», respondió el presidente electo Alberto Fernández a la primera pregunta que le hicieron ayer los estudiantes de la UNAM que fueron a participar de la charla que ofreció para hablar de Latinoamérica. Fernández siguió: «Es un problema de salud pública. Que el aborto no sea castigado, las mujeres no están obligadas a abortar», completó. Advirtió además que los derechos de las mujeres «van mucho más allá del aborto».

La definición tan tajante sobre un tema que muchos políticos suelen esquivar, sirvió para sumar puntos a una platea estudiantil que se mostro entusiasta desde el vamos. «Soy un hijo de la universidad pública», se definió Fernández, arrancando los primeros aplausos. Al hablar sobre su reunión con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que juntos podían comenzar a darle forma «a ese eje que a tantos preocupan y a nadie debería preocupar. Es un eje que debemos construir en el continente para sacar del pozo de la pobreza quienes están sumidos allí».

«El gran desafío que tenemos es dejar este estigma de dejar de ser continente con mayor desigualdad», definió Fernández, que insistió en el dato que al asumir el país tendrá un 40 por ciento de pobres. «Las mejores sociedades son las sociedades más iguales», comentó, y habló de los beneficios de atender las necesidades de los más postergados. «Es un imperativo moral que tenemos», insistió.

Puso el caso del ejemplo de Chile, que supuestamente tuvo durante muchos años los números de la macroeconomía positivos y hoy se encuentra en una situación de crisis social. «Cuando me hablaban del milagro chileno, yo les decía el único milagro chileno es que la gente no reaccionó. Ahora están todas esas desigualdades sobre la mesa», definió.

La conferencia de Fernández trató sobre el nuevo modelo de integración de América Latina en el antiguo y bello colegio de San Ildefonso, organizada por un programa de estudios de la Universidad Nacional de México (UNAM). En el colegio nació el «muralismo», la impactante expresión artística mexicana de la que Fernández tuvo un primer acercamiento el lunes, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador le hizo de guía sobre las bellas obras que Diego Rivera dejó sobre las paredes del Palacio Nacional. El público aplaudió sus menciones de Cristina y Néstor Kirchner, de Lula y de Evo Morales. También, por supuesto, a López Obrador.

Habló del lawfare, la persecución mediática-judicial a los líderes progresistas de la región. Dijo que, a diferencia de otros líderes que terminaron presos o exiliados, contra Cristina Kirchner no pudieron avanzar porque las pruebas eran inexistentes, porque el pueblo la eligió y porque detrás estaba el peronismo». Dijo que a Lula no le habían perdonado que consiguió que más de la mitad de los brasileños sean parte de la clase media.

Contó que en la entrevista que le hizo ayer, Rafael Correa le había preguntado cuál había sido el secreto del triunfo. «El secreto fue que nos dimos cuenta que divididos beneficiábamos a quienes estaba en contra de las políticas populares», le respondió Fernández. Que se habían unido y habían ganado, y que era el consejo que debía tomar América Latina. «Hemos vuelto», concluyó.

Página 12


Alberto Fernández se reunió con Rafael Correa en México

La agenda de Alberto Fernández en México en el marco de su primer viaje como presidente electo continuó este martes con un encuentro con el exmandatario de Ecuador, Rafael Correa, y una conferencia ante estudiantes de la Universidad Autónoma de México (UNAM) que tuvo como título “Desafíos de América Latina”.

Un día después de visitar al presidente local en el Palacio Nacional, Andrés Manuel López Obrador, y de cenar con empresarios mexicanos, Fernández fue entrevistado por Correa en la previa de la charla que ofrecio frente a cientos de personas en el el Antiguo Colegio de San Ildefonso, en el marco de un ciclo organizado por la UNAM.

Correa, que reside junto a su familia en Bélgica, viajó especialmente a México para grabar un capítulo de su programa de entrevistas televisivas con Fernández como invitado, cuyo triunfo electoral definió como un «vendaval de esperanza» para América Latina.

Tanto el ecuatoriano como el argentino se hospedan en el mismo hotel, Camino Real, y el encuentro entre ambos fue gestado por el excandidato presidencial de Chile Marco Enríquez Ominami, uno de los fundadores del Grupo de Puebla.

Al igual que Fernández, Correa integra el Grupo de Puebla, el foro de líderes progresistas de América Latina de reciente aparición, que nació en contraposición al «Grupo de Lima», donde confluyen gobernantes de orientación más liberal.

El ecuatoriano fue invitado al encuentro del Grupo de Puebla que tendrá lugar en la Ciudad de Buenos Aires entre el 8 y el 10 de noviembre (se desconoce si será de la partida), y es uno de los dirigentes latinoamericanos que defiende al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en medio de los fuertes cuestionamientos que recibe por la crisis política y social que enfrenta ese país desde hace varios años.

El Grupo de Puebla, que también integra el ecuatoriano, reúne a los líderes regionales que buscan hacer frente al «neoliberalismo» a través del impulso al «progresismo», al tiempo que pretende que la situación venezolana sea resuelta pacíficamente, sin una intervención directa de otros Estados ni con un bloqueo económico.

El encuentro de este Grupo en Buenos Aires contará con la presencia de Fernández, de la expresidenta de Brasil Dilma Rousseff, el exmandatario colombiano Ernesto Samper, el excandidato presidencial brasileño Fernando Haddad y el el chileno exsecretario general de la OEA José Miguel Insulza.

También están invitados el expresidente uruguayo José «Pepe» Mujica, el candidato presidencial del Frente Amplio de ese país, Daniel Martínez, el expresidente paraguayo Fernando Lugo, y el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera.

Clase magistral

En la conferencia, el presidente electo consideró que los líderes de América Latina tienen que «todo para darle al continente la igualdad que no tiene».

«La primera bocanada de aire fresco que hubo en América Latina fue el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, que volvió a mirar al sur», consideró el referente del Frente de Todos.

En el evento organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Fernández expresó: «Nosotros fuimos distintos, como México, porque les dimos derechos a los que estaban postergados».

«No miren al norte, miren a Europa, debemos estar unidos en economías regionales. Voy a trabajar incansablemente en unir a América latina en un solo continente. Se que no estoy solo», remarcó el mandatario electo.

Además, volvió a pedir por la libertad de Luiz Inácio Lula Da Silva, y señaló: «Lula quizás esté preso porque consiguió que más de la mitad de los brasileños sean parte de la clase media. Hasta entonces predominaba la pobreza y un sector muy chiquito concentraba la riqueza».

«A Cristina (Kirchner) la salvaron una serie de cosas: no pudieron avanzar porque las pruebas eran inexistentes, porque el pueblo la eligió y le dio fueros y porque detrás estaba el peronismo», subrayó Fernández sobre la vicepresidenta electa.

Ámbito


Las 15 frases destacadas de Alberto Fernández en la Universidad Nacional de México

El presidente electo, Alberto Fernández, ofreció este martes una conferencia magistral titulada «Desafíos de América Latina», en en el Antiguo Colegio de San Ildefonso organizada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), después de reunirse con el ex mandatario de Ecuador Rafael Correa y en medio del impulso al flamante «Grupo de Puebla», un foro de líderes progresistas de la región.

En la conferencia, el presidente electo consideró que los líderes de América Latina tienen que «todo para darle al continente la igualdad que no tiene». «La primera bocanada de aire fresco que hubo en América Latina fue el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, que volvió a mirar al sur», consideró el líder del Frente de Todos. En el evento organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Fernández expresó: «Nosotros fuimos distintos, como México, porque les dimos derechos a los que estaban postergados».

«No miren al norte, miren a Europa, debemos estar unidos en economías regionales. Voy a trabajar incansablemente en unir a América latina en un solo continente. Se que no estoy solo», remarcó el mandatario electo. Además, volvió a pedir por la libertad de Luiz Inácio Lula Da Silva, de quien dijo que «esté preso porque consiguió que más de la mitad de los brasileños sean parte de la clase media».

A continuación, las frases más destacadas de la exposición de Alberto Fernández:

Yo soy un hijo de la universidad pública de la Argentina. Los que pasamos por las universidades públicas les damos un valor singular. Sin ellas, muchos argentinos no podrían llegar a ser lo que son.

Gracias a Dios vivimos en países, Argentina y México, que han priorizado la educación pública. Para que todos puedan educarse y ascender socialmente. Yo soy un gran defensor de la educación pública y la universidad gratuita. Todavía doy clases cuando puedo y lo voy a seguir haciendo.

No es casual que mi primera salida después de ser electo sea venir a México. Los argentinos tenemos una deuda de gratitud eterna con México. Los perseguidos por la dictadura vinieron, y los mexicanos los abrazaron. Gracias México, de verdad, de corazón.

Durante años, México miró mucho al norte y miró poco al sur. Hasta que un día llegó Andrés Manuel López Obrador. La primera bocanada de aire fresco para América Latina fue su elección. Por eso quise venir a México precisamente en el momento en que llegó un presidente que volvió a mirar al sur. Estoy feliz de empezar mi tiempo de presidente en tierra mexicana.

Tuvimos un tiempo donde el continente tuvo una lógica de desarrollo en la que los más progresaban eran los que menos tenían. Los poderosos ganaron mucho en esa época. Pero por razones que no entiendo, es como que les molestara que los pobres dejen de ser pobres, y que los que no tienen derecho, los tengan.

La pérdida de esos derechos y del trato igualitario conduce a reacciones, como las que vemos en Chile y Ecuador. ¿Qué pasó allí? Que los que pierden derechos dicen ‘yo tengo derecho a tenerlos’. En todos estos años, escuché decir que Chile era el ejemplo a seguir, y parecía que la macroeconomía funcionaba pero la desigualdad era muy grande. Todos me hablaban del “milagro chileno” y yo contestaba que el único milagro es que la gente no reacciona, y un día reaccionaron y pusieron sobre la mesa todas las inequidades que estaban ocultas y silenciadas, y eran muchas más de las que creíamos. Así no se construye un buen continente.

Un buen continente se construyen garantizando la libertad y los derechos a todos. Necesitamos un continente con derechos para todos, para los que trabajan y los postergados. Nosotros, como en México, somos distintos porque los postergados tienen derechos: en Argentina fue gracias al peronismo. Y un día nos dijeron ‘hay que parar de dar derechos y empezar a ajustar’ y generamos una enorme desigualdad que conduce a este presente.

El gran desafío es dejar de tener este estigma de ser el continente con mayor desigualdad. Nadie puede estar feliz y tranquilo con esta realidad. Cuando me toque asumir la presidencia, el 40% de los argentinos estará bajo la línea de pobreza, pero eso le pasa a todo el continente. Ha llegado a hora de alcanzar la igualdad.

Lo que propongo no es en perjuicio de nadie, sino a favor de todos. Porque las mejores sociedades son las más iguales. Las sociedades desiguales son las que más promueven el crimen. El crimen organizado sabe encontrar allí a sus soldados. Darles oportunidades significa darles la posibilidad de crecer, educarse, trabajar, encontrar el amor, disfrutar la vida y morirse donde nació, sin necesidad de irse a otros países o ciudades, donde terminan postergados y hacinados.

No me muestren números de crecimiento donde hay 40 % de pobres. Eso es desigualdad, no es crecer. Esa es la tarea que tenemos que desarrollar en América Latina: hoy recordaba con Rafael [Correa] sobre esa década progresista que tuvo América Latina, con Lula, Evo, Correa, Bachelet, Néstor y Ctristina. ¡Lula libre, no nos olvidemos! En ese tiempo, toda América Latina entró en un ritmo de progreso muy grande, todos los países crecieron, y la sociedad se igualó porque todos los gobiernos trabajaron para igualar a la sociedad.

Tal vez Lula esté preso porque consiguió lo que nadie había conseguido en Brasil: que más de la mitad de los brasileños son parte de la clase media. Hasta entonces predominadaba la pobreza y un sector chiquito concentraba la pobreza. Tal vez eso no le perdonaron a Lula, pero eso pasó en todo el continente, en Argentina, Paraguay y Bolivia. ¿Qué es lo que no le perdonan a Evo Morales? ¿que da más oportunidades a todos los bolivianos?

Esos años terminaron: los tres más afectados fueron Rafael Correa y su vicepresidente, Lula y Cristina Kirchner, todos víctimas de un sistema judicial que articularon para perseguir a los políticos. Correa exiliado, Lula preso y contra Cristina no pudieron avanzar porque las pruebas son inexistentes y porque el pueblo la eligió y le dio fueros. Con cristina no pudieron.

Tenemos que discutir sobre cómo enfrentar la globalización, sin que nos lastime. El único modo es construir economías regionales, como Europa, no reneguemos de la globalización, sino de nuestra incapacidad de estar unidos. Voy a trabajar incansablemente en unir a América Latina en un solo continente, eso es lo mismo que quiere AMLO. Éramos una Patria Grande, pero inexplicablemente alguien nos dividió y se aprovechó de nosotros.

El secreto del triunfo argentino es que un día nos dimos cuenta de que nos habíamos dividido y eso les dio poder para volver a la Argentina. Eso que aprendí en Argentina quiero que lo aprendamos todos los latinoamericanos. Todos queremos la Patria Grande, seguimos teniendo las riquezas y posibilidades de construir una Latinoamérica más igualitaria con independencia. Estamos de pie, hemos vuelto y vamos a hacer lo que debemos.

Yo les dije a los jóvenes: cuando vean que me equivoco, salgan a las calles y me lo digan. La juventud está para ello en las sociedades y tienen derecho a reclamar, porque el futuro es de ellos.

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