Crisis en Haití: el presidente Jovenel Moïse afirma que no renunciará y convoca al diálogo, que es rechazado por la oposición

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Haití: Presidente Moise dice que no renunciará

El presidente haitiano Jovenel Moïse rompió el martes su silencio y dijo que sería irresponsable renunciar en momentos en que el país entra en su quinta semana de violentas protestas diarias que han paralizado la economía.

Moïse dijo en una conferencia de prensa sorpresiva que fue elegido constitucionalmente y solamente dejaría el poder a través de un proceso legal, como elecciones.

El presidente dijo que está dispuesto a cualquier negociación que lleve a una resolución pacífica de la crisis, y agregó que la oposición debería aceptar conversaciones para llegar a un acuerdo con su gobierno.

Los líderes opositores de inmediato rechazaron la oferta de Möise de un diálogo. Dijeron que la misma no era “creíble” y llamaron a más protestas callejeras para forzarle a renunciar.

Al menos 20 personas han muerto y más de 200 han resultado heridas desde el comienzo de las protestas.

Hoy


Lo que dijo Jovenel Moise en su primera comparecencia ante la prensa tras protestas en Haití

El Presidente de Haití, Jovenel Moise, hizo hoy un nuevo llamado al diálogo para solucionar la grave crisis que sacude al país, sin referirse en modo alguno a las constantes peticiones de dimisión en las reiteradas protestas convocadas en su contra por parte de la oposición.

En su primera comparecencia ante la prensa desde que en agosto comenzaron las movilizaciones, muchas de ellas de carácter violento, el mandatario se dirigió a la nación en una rueda de prensa celebrada en los jardines del Palacio Nacional, aunque fue muy evasivo ante las preguntas de los medios relativas a sus intenciones de seguir en el poder.

“El país es un país en crisis. La crisis social, crisis económica y crisis política son muy profundas, pero lo que quiero decir a la población hoy es que esas crisis solo hay una manera de resolverlas. Podemos resolverlas cuando decidimos unirnos”, afirmó.

Aunque Moise admitió que el país se encuentra en una crisis sin precedentes, achacó los principales males que sufre Haití al sistema que rige la nación- “Es un problema sistémico.

Es un sistema que tiene guardianes, herederos y víctimas”, dijo, y afirmó que “solo podemos tocar el sistema a través del diálogo.” Asimismo, reconoció que “cuando no se cumplen las expectativas, es normal que haya turbulencias”, las cuales comenzaron en 2017, a raíz de lo que la población denominó un “presupuesto criminal” porque las cuentas que aprobó el Parlamento aumentaban considerablemente los impuestos a la población.

En su momento, el presidente no lo admitió y, por primera vez, utiliza la expresión “presupuesto criminal”, como lo hacía la gente en las calles, y lo señala como origen de las primeras protestas contra su gobierno.

En ese sentido, el presidente dijo que el descontento social “es legítimo” pero que todas las cuestiones deben plantearse “en la mesa de negociación”, e insistió en que está “a favor de un diálogo que permita a todos los haitianos hacer oír su voz. Estoy listo para un diálogo franco y sincero”, reiteró.

El mandatario afirmó que su gobierno está “trabajando para devolver la serenidad al país” y para “recuperar la paz”, y se comprometió a hablar con la población más a menudo.

La comparecencia de Moise se produce el mismo día en el que las Naciones Unidas cierran oficialmente su misión de paz en Haití, después de que el pasado mes de abril se acordara una última prórroga de seis meses al mandato de la misión, conocida por las siglas Minujusth, creada en 2017 en sustitución de la Minustah, una operación mucho más grande que estuvo más de una década en el país.

Ahora, la Minujusth, que se ha centrado sobre todo en apoyar mejoras en la Policía Nacional, será reemplazada por una misión de carácter político, ya fuera de la rama de mantenimiento de la paz de la ONU.

La salida de la operación se produce en plena crisis en Haití, con repetidas manifestaciones multitudinarias contra Moise, que en ocasiones han desembocado en saqueos, violencia y muertes.

Haití no tiene un Gobierno efectivo desde el pasado marzo ante el bloqueo del Parlamento por parte de la oposición, pero la situación en las calles se complicó desde agosto en respuesta a problemas de desabastecimiento de combustibles. La corrupción, la escasez de combustible, el hambre y la inseguridad han exacerbado la crisis, que está paralizando todas las actividades en la región de Puerto Príncipe y en otras ciudades del país desde hace semanas.

Hoy


Presidente de Haití llama a diálogo y capital comienza a arder

Minutos después de que el presidente haitiano Jovenel Moïse llamara hoy a diálogo para solucionar la actual crisis sociopolítica, manifestantes comenzaron a erigir barricadas en algunas arterias de esta capital.

Este martes algunas escuelas y empresas abrieron sus puertas, después de la masiva movilización del domingo pasado convocada por los artistas, sin embargo, el discurso del mandatario caldeó la ira de manifestantes que desde hace un mes piden su dimisión.

‘Yo esperaba que renunciara’, dijo a Prensa Latina Marie Pierre, vendedora ambulante en las inmediaciones del aeropuerto internacional.

Lamentó que sus hijos solo han podido ir dos veces a la escuela desde septiembre, y cada vez vender en las calles se hace más difícil porque las personas permanecen meses sin trabajar.

Moïse señaló que el país está inmerso en una crisis socioeconómica y política profunda, pero insistió en que la manera de resolverlas es con un diálogo, que antes fue rechazado por sectores opositores.

‘Es un problema sistémico, es un sistema que tiene guardianes, herederos y víctimas’, dijo el mandatario y reiteró que ‘solo podemos tocar el sistema a través del diálogo’.

En el último mes, manifestantes y sectores opositores piden un cambio de sistema que permita atender las demandas de la mayoría, de mayor acceso a la educación, salud empleo y otros.

La nación de casi 12 millones de habitantes tiene una tasa de desempleo que supera al 70 por ciento de la población activa, además de mantener uno de los más bajos indicadores de desarrollo económico y social de la región.

Moïse coincidió con la legitimidad del descontento social, aunque subrayó que todas las problemáticas deben ser planteadas en la mesa de negociaciones y confirmó estar a favor de un diálogo ‘franco y sincero’.

Las palabras del gobernante tuvieron lugar el mismo día en que las Naciones Unidas cerraron en Haití sus operaciones de paz, después de 15 años en la nación caribeña, que ha sido catalogada por movimientos progresistas como ocupación militar al mando de Estados Unidos.

Pesa, además, la inexistencia de un gobierno desde hace casi siete meses, luego que en marzo pasado el Parlamento despidiera al primer ministro, y después de cinco sesiones infructuosas de establecer un gabinete.

Para los manifestantes y sectores opositores, el jefe de Estado ha exacerbado los males del país, y piden su renuncia e instauración de un gobierno capaz de hacer frente a los problemas urgentes.

Prensa Latina


La ONU cierra una página en Haití, pero no finaliza su apoyo

El último día del mandato de la Misión de Apoyo a la Justicia de las Naciones Unidas en Haití (MINUJUSTH), “cierra la página del mantenimiento de la paz”, pero no concluye el apoyo de la ONU a la nación caribeña, destacó este martes ante el Consejo de Seguridad el secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de la ONU, Mark Lowcock.

Con estas palabras, Lowcock se refería a la transición entre la MINUJUSTH, que finaliza sus actividades hoy, a la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH), una misión política especial, que iniciará su andadura este miércoles.

Sin embargo, Lowcock destacó que Haití todavía se enfrenta a una grave crisis política, entrelazada con desafíos socioeconómicos, que a su vez afectan al contexto de seguridad que agravan aún más la inestabilidad política.

Elementos claves de la crisis

Este entorno, propicia “un círculo vicioso que el país ha visto demasiadas veces” y que resumió en una serie de elementos clave como la parálisis institucional, escenificada en las cuatro propuestas de formación de Gobierno presentadas por el presidente y no confirmadas en el parlamento, o la negativa de la oposición al llamado presidencial a formar un diálogo nacional y la formación de un Gobierno de unidad.

A estos dos factores, se le añaden el deterioro de la situación de seguridad durante el último mes “a medida que grandes sectores de la población, insatisfechos con sus dirigentes y las condiciones socioeconómicas del país, son movilizados en nuevas manifestaciones de los dirigentes de la oposición, que exigen cambios, incluso en la presidencia”.

Según las estimaciones preliminares de MINUJUSTH, al menos 30 personas murieron durante las protestas entre el 15 de septiembre y el 9 de octubre, 15 de ellas a manos de agentes de policía.

Y, finalmente, una delicada situación humanitaria con bloqueos de carreteras e inseguridad generalizada que paralizan las actividades normales y obstruyen las operaciones humanitarias.

Pese a la actual situación, destacó los múltiples progresos que el mantenimiento de la paz trajo a la nación caribeña durante los últimos quince años. Entre ellos, el despliegue de la policía nacional, que dio lugar a importantes cambios sobre el terreno como la disminución casi a la mitad de la tasa de homicidios entre 2004 y 2019; las mejores en el sector judicial, con la promulgación de leyes esenciales desde el año 2004; y los programas de reducción de la violencia en las comunidades.

“Sin embargo, estos logros no ocultan el hecho de que Haití sigue necesitando el apoyo de la comunidad internacional y de las Naciones Unidas. Si bien el mantenimiento de la paz en Haití ha creado un entorno propicio para que se lleven a cabo los procesos políticos y democráticos, es necesario encontrar más soluciones políticas a los problemas políticos sistémicos”, declaró.

La ONU no abandona Haití

Añadiendo a continuación que “en este difícil contexto, el cierre de la MINUJUSTH no significa que las Naciones Unidas abandonen Haití. Por el contrario, conducirá a la continuación del apoyo de la ONU en Haití de otra forma”.

Lacroix estimó que el actual periodo de transición sirvió para que las Naciones Unidas obtuvieran las competencias necesarias para adaptarse a las necesidades sobre el terreno, que el cometido político y de buenos oficios lo asumirá la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití, y “que el equipo en el país se encargará de todas las actividades de apoyo programático y técnico”.

Tributo a la MINUSTAH

Del mismo modo, quiso recordar el legado de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH), que operó en el país entre los años 2004 y 2017, y recordó que con el fin de las misiones mantenimiento de la paz no concluye la labor de la ONU para eliminar el cólera o los esfuerzos para combatir la Explotación y el Abuso Sexual y los casos de paternidad relacionados.

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