Alzamiento contra el ajuste del FMI en Ecuador y degradación política en la región – Por Jorge Elbaum

986

Por Jorge Elbaum *

La Subsecretaría de Estado adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental (Bureau of Western Hemisphere Affairs, WHA), dedicada al relevamiento de los derroteros políticos de América Latina —eufemismo con el que se designa el aparato burocrático-militar destinado a incidir sobre la región—, empieza a evaluar con preocupación el encadenamiento entre crisis políticas y convulsiones sociales que se suceden en el área que denominan, en forma despectiva y arrogante, como su patio trasero.

Varios de sus socios más cercanos –los primeros mandatarios de Perú, Ecuador, Honduras y Argentina– atraviesan contratiempos políticos e institucionales motivados por la incapacidad de los programas neoliberales para ofrecer soluciones consistentes a los graves problemas estructurales que afectan a la región.

Por su parte, los experimentados funcionarios del Comando Sur, responsables de sugerir y/o imponer las visiones de seguridad continental, han dejado trascender a varios diplomáticos acreditados en el Cono Sur que el impeachment contra el Presidente Donald Trump tiene amplias posibilidades de generar una considerable merma de legitimidad de las instituciones estadounidenses sobre la región, provocando una mayor incertidumbre al interior de los gobiernos aliados a Washington.

Los efectos del enfrentamiento entre demócratas y republicanos, de cara a las elecciones del próximo año, limitarán –según los analistas adscriptos al WHA– las capacidades de la Casa Blanca para influir o digitar los convulsionados acontecimientos que se suceden en América Latina.

Saqueos del Fondo

Uno de los asociados de Washington en la región, el ecuatoriano Lenín Moreno, divulgó el último 1° de octubre la firma de un acuerdo crediticio con el FMI por 4.500 millones de dólares. Como contrapartida impuesta por el organismo multilateral, anunció el incremento del valor de los combustibles y el envío al Parlamento de un paquete de medidas dispuestas a impulsar reformas tributarias y laborales, exigidas desde el inicio de su gobierno por las corporaciones trasnacionales y las empresas monopólicas.

La hoja de ruta acordada con el FMI no previó las protestas y los saqueos que se sucedieron después de los anuncios de Moreno por cadena nacional.

En Honduras, donde se encuentra emplazada la base militar más importante del Pentágono en América Latina, altos funcionarios del Comando Sur advirtieron durante la última semana sobre el riesgo de epidemia de dengue entre las tropas de la Fuerza de Tarea Conjunto Bravo asentada a 8 kilómetros de Tegucigalpa, en la base de Palmerola.

Durante 2019 se han producido 80.000 casos, con una mortalidad elevada ligada a la malnutrición y a la pérdida de fuentes de agua potable, debido a la multiplicación de los proyectos mineros a cielo abierto que utilizan cianuro.

La crisis de los cinco presidentes

Otro de los mejores alumnos de Washington, la República del Perú, sufrió esta semana una nueva crisis institucional. Su Presidente, Martín Vizcarra, disolvió el Congreso apelando a una normativa constitucional que lo autoriza. Dicha medida generó una rebelión legislativa liderada por los dos bloques parlamentarios mayoritarios, seguidores del fujimorismo y de los sobrevivientes del desteñido APRA.

La crisis política se produjo luego de que Vizcarra advirtiera al Parlamento que lo disolvería si no brindaba un voto de confianza orientado a validar el método de designación de los magistrados del Tribunal Constitucional.

Dicho proceso, según los seguidores de Vizcarra, tiene como objeto promover el nombramiento imparcial de jueces con disposición para lidiar con los casos ligados a Odebrecht, medida que pretendió ser boicoteada por los parlamentarios, muchos de ellos preocupados por potenciales acusaciones de aceptación de dádivas ilícitas.

La respuesta de la mayoría legislativa consistió en un intento de suspensión de Vizcarra, aduciendo “incapacidad temporal”, como paso previo a su destitución. La tentativa malograda de imponer a la vicepresidenta segunda Mercedes Aráoz como primera mandataria no impidió que el último miércoles existiesen dos titulares del Poder Ejecutivo.

En la actualidad la jefa de la bancada mayoritaria del congreso, Keiko Fujimori (hija del dictador encarcelado por crímenes de lesa humanidad), se encuentra detenida en forma preventiva por lavado de dinero. El último Presidente electo, Pedro Pablo Kuczynski, fue destituido por las ramificaciones del Lava Jato brasileño. Otro ex mandatario, Alan García, se suicidó el último 17 de abril antes de ser detenido en el marco de imputaciones por corrupción.

El ex Presidente Alejandro Toledo está encarcelado en Estados Unidos a la espera de una extradición a Perú, imputado por sobornos de 31 millones de dólares que habría recibido para viabilizar la licitación de la carretera Interoceánica Sur. El también ex presidente Ollanta Humala fue denunciado por el CEO de Odebrecht en el Perú, Jorge Barata, de haber recibido millones de dólares para financiar sus campañas electorales. Estuvo detenido entre 2017 y 2018 y ahora sigue bajo proceso bajo «comparecencia restringida»-

Otro de los peones de Donald Trump, Mauricio Macri, continúa su campaña electoral mientras el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) confirma que sus políticas neoliberales han duplicado la desocupación e incrementado la pobreza y la indigencia.

La falta de consistencia de los sistemas políticos de América Latina y sus reiteradas crisis económicas y sociales –articuladas con una corrupción endémica e institucionalizada– se explican por el debilitamiento sistemático del Estado y la conversión de la política en una disciplina ligada al mercado.

El endeudamiento recurrente inducido por las agencias multilaterales de crédito tuteladas por Washington, la disminución progresiva del gasto social y la privatización de las empresas y servicios públicos se convierten en el territorio fértil para instituir negociados corporativos y vaciar la política del sentido de búsqueda del bien común.

Este panorama se concreta mediante la profundización de vínculos espurios entre empresarios (devenidos funcionarios gubernamentales, como el caso de Mauricio Macri en la Argentina), que utilizan los soportes mediáticos hegemónicos para hostigar opositores y legitimar negocios corporativos y/o mejorar posiciones relativas respecto a competidores locales o internacionales.

El eje de la austeridad neoliberal se sustenta en el privilegio de la especulación financiera por sobre la estructura productiva. Para eso requiere la precarización de las relaciones de trabajo y el debilitamiento de las capacidades sindicales. El pensamiento único instaurado como sentido común exige lógicas culturales y hegemónicas concebidas para silenciar propuestas alternativas; en especial, aquellas que formulan formas de integración regional, lógicas multilaterales de cooperación.

En un libro de próxima aparición de los periodistas del New York Times Michael Shear y Julie Hirschfield Davis (Guerras Fronterizas: el ataque de Trump a la inmigración), se relata una reunión en marzo de 2019 en la Casa Blanca, en la que Trump sugirió a los organismos de seguridad que procediesen a dispararle a las piernas a los migrantes y que creasen lagunas artificiales “repletas de serpientes o cocodrilos” para evitar la interacción fronteriza. Coherencia absoluta.

* Sociólogo, doctor en Ciencias Económicas, analista senior del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la). Publicado en elcohetealaluna.com 


VOLVER

Más notas sobre el tema