Denuncias y pedidos de justicia por transfeminicidios en México y Ecuador

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México: exigen justicia por transfeminicidio

Por Efraín Tzuc

Hace tres años, una manifestación de cuerpo presente irrumpió en la Avenida Insurgentes Norte con Puente de Alvarado en la Ciudad de México.

Al frente, dentro de un féretro, estaba el cuerpo de Paola Buenrostro, rodeado por una docena de mujeres trans trabajadoras sexuales. Indignadas y molestas, exigían justicia por su joven compañera, asesinada cerca de ese mismo lugar dos días antes.

Asesinato a simple vista

Aquella madrugada, la del 30 de septiembre del 2016, Kenya Cuevas y Paola Buenrostro estaban trabajando en la avenida Puente de Alvarado cuando un automóvil gris se acercó y pidió sus servicios.

Paola accedió y entró al vehículo, pero pocos metros adelante le gritó desesperada a Kenya. Al grito de auxilio le siguieron dos detonaciones de un arma de fuego.

Lo que sucedió después quedó registrado en un video grabado por Kenya en su celular: las sirenas de las patrullas, el cuerpo inerte de Paola, los gritos de sus amigas que pedían ayuda y rogaban a Paola que aguantara la llegada de la ambulancia, y el rostro del hombre que conducía aquel automóvil gris, que después sería identificado como Arturo Delgadillo Olvera, cuando fue detenido por la policía.

Poco ha pasado a tres años del transfeminicidio de Paola: el presunto responsable de asesinarla sigue prófugo.

Impunidad abierta

Arturo Delgadillo fue aprehendido en el mismo auto donde se encontraba Paola ya sin vida; y fue señalado por Kenya Cuevas y otras compañeras suyas que presenciaron el asesinato. Aun así quedó en libertad. Los agentes del ministerio público adscritos a la Fiscalía Desconcentrada en Investigaciones de la ahora alcaldía Cuauhtémoc no otorgaron las pruebas suficientes que lo vincularan con el homicidio.

Fue hasta el 18 de octubre de ese mismo año que la Fiscalía Central de Investigación para la Atención al Delito de Homicidio, que asumió el caso, logró una orden de aprehensión. Pero hasta la fecha Arturo no ha sido localizado.

Kenya Cuevas, directora ejecutiva la Casa de las Muñecas Tiresias, dice que desde hace un año están a la espera de la captura del presunto responsable para que el proceso continúe. Pero a la fecha, no tiene información sobre diligencias realizadas por la Fiscalía para localizarlo.

Con pesar, Kenya recuerda no únicamente el caso de Paola. Ella ve la misma historia con Itzayana, otra mujer trans encontrada sin vida el pasado 22 de septiembre en su departamento. Aquella noche la esperaba su pareja, con quien había discutido previamente, según dijeron sus vecinos. Ella planeaba separarse por la violencia que ejercía contra ella.

De nuevo, el presunto responsable fue detenido y liberado porque la autoridad no presentó las pruebas suficientes para inculparlo.

Suicidios o transfeminicidios

En conferencia de prensa, Gisela Delgadillo, secretaría ejecutiva de Casa de las Muñecas Tiresias, mencionó el lunes pasado que han solicitado un nuevo peritaje. El dictamen de la Procuraduría concluyó que Itzayana se quitó la vida, sin que se hayan considerado otros elementos contextuales, como los antecedentes de violencia que habían sido mencionados por personas cercanas a la joven.

Rechazo institucionalizado

En junio, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) emitió la recomendación 02/2019, por el transfeminicidio de Paola Buenrostro.

En ella, el organismo reconoció que la Procuraduría violó los derechos humanos de la víctima y de Kenya Cuevas al no investigar con la debida diligencia y no aplicar la perspectiva de género y el enfoque diferenciado en la investigación de este transfeminicidio.

En el mismo documento la Comisión identificó que los agentes del ministerio público no realizaron ninguna diligencia para acreditar o descartar el transfeminicidio y mucho menos sobre la situación de vulnerabilidad en la que se encontraba Paola al ser una mujer trans que ejercía el trabajo sexual.

A pesar de que la recomendación fue aceptada por la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, Kenya no ha recibido las disculpas públicas por la violación a sus derechos.

“El silencio que ellos (La Procuraduría) tienen ahorita es violencia porque no están ejecutando correctamente esta recomendación; todavía ni la disculpa pública me dan y ya estamos en otro caso”, dijo en entrevista.

Como parte de las medidas de satisfacción, en la recomendación se establece que la Procuraduría debía realizar antes del 2 de septiembre un acto público de disculpa y reconocimiento de responsabilidad que no ocurrió.

Para Kenya es claro: la ganancia de derechos y de leyes no está impactando en la comunidad de mujeres trans.

El odio del cuerpo al lenguaje

Alejandro Brito, director de Letra Ese, reconoció que las mujeres trans son las más vulnerable a sufrir ataques por odio, hasta llegar a la violencia extrema: el transfeminicidio. La organización que Brito dirige publicó un estudio sobre los crímenes de odio cometidos entre 2013 y 2018. En todo el país, encontraron que en el 55 % de éstos, las víctimas fueron mujeres trans.

“En el caso de las mujeres trans encontramos una saña muy evidente, que a veces hay múltiples violencia ejercidas en los cuerpos de las víctimas antes o después de haber sido asesinadas”, afirmó Brito.

Al recopilar más de mil 150 notas periodísticas para su informe, Letra Ese encontró que 105 de los 261 asesinatos de mujeres trans fueron cometidos con arma de fuego, como en el caso de Paola.

Además, en 103 casos los cuerpos de las mujeres trans fueron depositados en la vía pública. En 32 casos la prensa reportó indicios de tortura y en 7 también se mencionó que las víctimas sufrieron violencia sexual antes de ser asesinadas.

Pero para las mujeres trans la violencia no termina con su propio asesinato ni se marca únicamente en sus cuerpos.

El caso de Paola es un botón de muestra sobre la violencia simbólica e institucional que enfrentan las mujeres trans y las personas cercanas a ellas, que frecuentemente son también mujeres trans sin vínculos consanguíneos con la víctima.

Desde el inicio de la investigación la identidad de género de Paola fue borrada de su historia y, evidentemente, de la investigación de su asesinato.

Tanto en la audiencia inicial como en la carpeta de investigación, para los agentes del ministerio público Paola era un “sujeto masculino que vestía prendas de mujer”, “el occiso”, “Manuel N.N.”, a pesar de que distintos testimonios con los que ya contaban los agentes y la propia expresión de género de Paola dejaban claro que era una mujer trans.

La misma transfobia sufrió Kenya Cuevas, que tuvo tramitar el cambio de nombre en su credencial de elector para que el personal ministerial respetara su nombre y los pronombres con los que se identificaba.

Sobre esto, la CDHDF concluyó que la Procuraduría violó los derechos de Kenya ya que el reconocimiento de la identidad de género no puede condicionarse a documentos oficiales porque es parte intrínseca de la personalidad y dignidad de las mujeres trans.

La transfobia no se detiene

De acuerdo a Letra Ese, en la Ciudad de México 19 mujeres trans fueron asesinadas entre el 2013 y 2018. A esta cifra se suman 16 asesinatos más, de acuerdo al conteo de The Associated Press.

La Procuraduría, al aceptar la recomendación 02/2019, se comprometió a tomar medidas que garanticen que no existan nuevos transfeminicidios y que se investigue con perspectiva de género cuando estos ocurran.

Kenya, sin embargo, lamenta que la Procuraduría ni siquiera ha dado la disculpa pública por su mala actuación en el caso de Paola cuando ahora acompaña un nuevo caso similar al de su amiga, el de Itzayana López.

“Estamos en un momento crucial: nos están matando y nadie está gritando nada”, advierte Kenya Cuevas, como lo hizo hace tres años cuando la indignación la empujó a ella y otras mujeres trans a romper el confinamiento en el que la transfobia las ha querido mantener para exigir justicia por Paola.

Pie de Página


Federación LGBTI denuncia el asesinato de una mujer trans en Ecuador

La Federación Ecuatoriana de Organizaciones LGBTI denunció este miércoles el asesinato, mediante un disparo en el corazón, de una mujer trans afrodescendiente en la provincia de Esmeraldas, noroeste de Ecuador, que se suma a una docena de fallecimientos similares en 2019.

En un comunicado la Federación, que engloba a más de cuarenta organizaciones LGBTI en todo el país, precisa que el colectivo Club Unión Despertar informó de que el pasado domingo la mujer, identificada como Cristal Cevallos Angulo, de 25 años, fue invitada por una amiga en la noche al sector «50 casas» de la ciudad de Esmeraldas, capital administrativa de la mencionada provincia.

A las mujeres se sumaron tres individuos que merodeaban por la zona y sobre las 23:00 hora local, de acuerdo a los datos del colectivo Club Unión Despertar LGBT de Esmeraldas, los tres se percataron de que Cristal portaba dinero.

Posteriormente el texto indica que los individuos le interpelaron a la mujer trans qué le gustaba, a lo que esta habría contestado -siempre según el comunicado- que «el genital masculino», momento en que uno de los tres hombres le dispara en el tórax y otro en el corazón, acabando con su vida.

De acuerdo al colectivo local, uno de los asesinos fue detenido, mientras que la suerte del otro presunto implicado en los hechos y del tercer integrante del mismo grupo se desconoce.

La víctima mortal fue enterrada el martes en Esmeraldas.

La Asociación Silueta X, miembro de la Federación Ecuatoriana de Organizaciones LGBTI, asegura que «este nuevo hecho enluta a la comunidad» en el documento al que se suman la Asociación Alfil, COAP y la Unión Nacional Revolución Trans.

La Federación junto a las asociaciones han solicitado a las autoridades, entre ellas Policía Nacional, Fiscalía y Consejo de la Judicatura que realicen «las investigaciones necesarias sobre este caso» y piden que «los dos prófugos de este terrible asesinato» sean puestos bajo disposición judicial «Esperamos una condena ejemplar que sirva para sentar un precedente por la muerte de la compañera Cristal», apostillan.

Con el asesinato de la joven afrodescendiente, aparentemente por un delito de odio transfóbico tipificado por la legislación local, ascienden a trece este tipo de crímenes o muertes que se sospecha violentas contra miembros de la comunidad LGBTI en Ecuador en lo que va de año, según el recuento del Observatorio Runa Sipiy.

Entre los fallecidos en casos que apuntan a criminalidad, se cuentan tres hombres homosexuales y diez mujeres trans.

La República


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