Tiempo Nuevo – La República, Perú

831

Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

El Perú se asoma a un tiempo nuevo, y tiene ante sí una compleja y desafiante oportunidad para renovar la democracia y sus instituciones, abriendo paso al optimismo contra el desánimo y la obstrucción.

Aunque doloroso, el parto de esa etapa se ha iniciado. En uso de sus facultades constitucionales, el presidente Martín Vizcarra ha disuelto el Congreso de la República, en respuesta al rechazo a la cuestión de confianza presentada por su gobierno contra el viciado proceso de designación del Tribunal Constitucional (TC).

Este rechazo se concretó cuando lejos de debatir la cuestión de confianza, el Parlamento decidió votar por la elección de dos miembros del TC, uno de los cuales fue elegido consumando un fraude electrónico, robándole el voto a una legisladora. Como ha sido anotado de modo reiterado, la mayoría fujimorista y sus aliados han defendido sus intereses relacionados a varios casos de corrupción hasta el último minuto.

La alianza que se apoderó del Congreso en julio pasado, ha actuado con evidente dolo. Impidió por la fuerza el ingreso del premier Salvador del Solar y su gabinete al hemiciclo del Congreso, infringiendo el mandato constitucional que le permite a este asistir al Pleno sin aviso previo o autorización. Luego de ser presentada la cuestión de confianza, el Congreso resolvió forzar la confrontación, asumiendo una actitud desafiante, bajo a convicción de que el jefe de Estado no usará sus facultades.

Sus cálculos fallaron; el presidente ha escuchado el clamor ciudadano y ha resuelto abrir una etapa de recuperación de la legitimidad de la representación, que supere el nefasto período que ha cumplido el Congreso disuelto, preñado de escándalos, acusaciones y abusos. Con esta decisión, la lucha democrática contra la corrupción ha llegado a un punto alto y sin retorno.

Esta medida es acompañada de la convocatoria a nuevas elecciones parlamentarias, para que este cuerpo legislativo cumpla con el período para el que fue elegido el año 2016 el Parlamento cesado. El 26 de enero del año 2020, el país tendrá una nueva representación parlamentaria.

Luego de su disolución, los ex congresistas se han atrincherado y de modo inconstitucional han declarado la incapacidad del presidente Vizcarra y lo han “suspendido” temporalmente, un acto no solo ilegal sino también írrito. Es obvio que la otrora mayoría parlamentaria está dispuesta a llevar a cabo una parodia con la increible cooperación de la vicepresidenta Mercedes Araoz.

No pasarán.

La República

 

Más notas sobre el tema