Argentina: con críticas al gobierno, el Congreso presentó el informe sobre el hundimiento del submarino ARA San Juan
ARA San Juan: con críticas a Aguad y la Justicia, se presentó el informe del Congreso
Luego de 14 meses de trabajo, la Comisión Bicameral investigadora de la desaparición y búsqueda del submarino ARA San emitió su informe final en el que detalla las razones que provocaron la implosión del Submarino, narra con minuciosidad el desarrollo de la búsqueda y dejó en claro las responsabilidades en distintos niveles, que van desde el Ministro de Defensa, Oscar Aguad, hasta la cadena de mando de la Armada.
Ante la atenta mirada de los familiares de los tripulantes, el presidente de la comisión, el senador José “Nato” Ojeda (Justicialista), brindó una conclusión final, acompañado por el resto de los 11 legisladores que conformaron el cuerpo de trabajo y por el secretario Carlos Adolfo Álvarez en el Salón Pasos Perdidos.
Tras un minuto de silencio en memoria de los 44 submarinistas, Ojeda inició su discurso destacando los comienzos del trabajo de la bicameral -hace 16 meses- cuando “teníamos un submarino desaparecido, muchas preguntas y pocas respuestas; mucha desesperación de los queridos familiares a los que intentamos en todo momento contener y escuchar”.
En poco más de 300 páginas el informe da cuenta de una cantidad de negligencias tanto de la cadena de mando de la Armada como el ministerio de Defensa, en manos Oscar Aguad. En ese marco, el diputado Guillermo Carmona, al término de la reunión en la que se hizo público el informe manifestó que el Congreso quedó en condiciones de pedir el juicio político a Aguad.
Ojeda, en tanto, apuntó contra la justicia por su falta de colaboración. “Nosotros no estamos para juzgar. Del lado del gobierno y de la armada recibimos todo lo que pedimos. No así por parte de la justicia”. Según Ojeda, hubo “numerosos obstáculos” y “escasa colaboración” de la jueza federal de Caleta Olivia, Marta Yañez, a cargo de la investigación penal para dilucidar las responsabilidades políticas del caso.
Por su parte, la mendocina Anabel Fernández Sagasti se lamentó: “El oficialismo no quiso suscribir la parte donde se analiza la responsabilidad del ministro Aguad. Para nosotros es responsable porque hubo desmanejo desde el punto de vista técnico y político sino que también hubo ocultamiento de datos a los familiares”.
Además, la senadora manifestó que “conocer lo que sucedió tiene que servir para que nunca más las autoridades políticas del ministerio de Defensa permitan que nuestros soldados, nuestros aviadores o nuestros marino, salgan a patrullar en las condiciones que salió el ARA San Juan”.
El texto, que fue suscrito en disidencia por los cuatro miembros del oficialismo, marca puntualmente la responsabilidad política al ministro de Defensa, Oscar Aguad, en el manejo de la crisis y detalla un trato distante con los familiares de las víctimas en las horas posteriores a la pérdida de contacto con el submarino.
En el informe también se menciona «un sinnúmero de factores» como desencadenantes del naufragio en el que 44 tripulantes perdieron la vida en aguas del mar Argentino, cuando el submarino cubría el trayecto de Ushuaia a Mar del Plata, el 15 de noviembre de 2017.
Cómo se hundió el ARA San Juan, según el informe de la Comisión Bicameral
Poco más de once horas transcurrieron entre el principio de incendio en el tanque de baterías del submarino, que se produjo casi en la medianoche del 14 de noviembre de 2017; y su «colapso estructural», a las 10.51 horas de la mañana, que provocó la muerte de los 44 tripulantes que iban a bordo de la nave, según el informe final de la Comisión Bicameral Investigadora del Ara San Juan.
La primera señal de alerta que dio la tripulación del submarino a sus jefes fue a las 23.42 horas, cuando el teniente de navío Fernando Vicente Villarreal, jefe de Operaciones del ARA San Juan llamó al jefe de Operaciones de Submarinos, capitán de fragata Hugo Miguel Correa, para informarle «que habían tenido un principio de incendio en el tanque de baterías número 3, que estaba controlado, que apreciaban que había sido producto de la entrada de agua de mar por el sistema de ventilación», según declaró el capitán Correa.
Desde entonces, se producen poco más de 10 comunicaciones entre el submarino y los jefes de la Armada, hasta que se produce el hundimiento del ARA San Juan. Por ejemplo, llega un mensaje por el sistema Tonina, que ratifica el ingreso de agua por sistema de ventilación, que produjo un cortocircuito y principio de incendio.
El submarino se encontraba en la segunda Fase de la Etapa N°3, denominada «Ejercicio conjunto de ataque y posterior patrulla». Realizaba adiestramiento naval y operaciones, «manteniendo el esfuerzo de vigilancia y control en un área específica», en tareas de identificación de buques que operan fuera de la milla 200 de nuestro mar. Navegaba con una velocidad de 5 nudos, con «mar gruesa, muy gruesa, que implicaría una altura de olas entre 4 y 6 metros, que puede haber sido mucho más», dice el informe de la Bicameral.
A las 0.28 horas del día 15 de noviembre, Correa avisa al comandante de la nave, capitán de fragata Pedro Martín Fernández, para que estuviera atento, ya que iba a comunicarse el Comandante de la fuerza de submarinos, capitán de navío Claudio Javier Villamide.
El comandante de la nave le pregunta a Correa sobre la posición de los otros buques de la flota, que en ese momento participaban del ejercicio naval, en el golfo de San Jorge. Estaban a 200 ó 250 millas de distancia, que eran unas 20 a 24 horas de navegación, «que podrían haber disminuido a la mitad si el submarino ponía rumbo de acercamiento a esas unidades, sumando la velocidad de desplazamiento de ambas en acercamiento», dice el informe.
Treinta minutos después, a las 0.58 horas, hablan Villamide y Fernández, mediante una comunicación satelital. El comandante de la fuerza de Submarinos le ordena cancelar la patrulla y poner rumbo de regreso a Mar del Plata. La respuesta fue que eso «lo haría cuando volviera a inmersión, porque en ese momento navegaba con rumbo 080, en alejamiento de la costa, propulsando con el circuito dividido y se encontraba cargando aire», dice el informe. Y agrega que esa carga de aire es normalmente lo último que se realiza ante de ir a inmersión.
Fernández estaba preocupado y vuelve a preguntar por la ubicación de los buques de flota. Pero sus jefes no le asignan la gravedad que tenía ese hecho y le ratifican que vuelva de regreso a Mar del Plata. «El capitán de navío Villamide nunca le ordena que regrese en superficie, pese al principio de incendio puesto en conocimiento», plantea el informe de la Bicameral.
Durante toda la noche no se vuelven a producir comunicaciones entre los jefes de la Armada y la tripulación del ARA San Juan. Recién a las 6 de la mañana el submarino informa que está en inmersión, luego hay dos comunicaciones más. Y a las 7.19 se produce la última comunicación telefónica, entre el jefe de Operaciones del submarino, Villarreal, quien llama al jefe de Operaciones de la fuerza, Correa, para informarle que ya estaban en inmersión, con rumbo a Mar del Plata, propulsando con circuito dividido, a una velocidad de 5 nudos. «Vamos a bajar a plano profundo a descansar (40 metros) y, luego, a inspeccionar el tanque de baterías», dijo Villarreal.
Todo indica que a las 0.28 horas el submarino estaba en superficie, a las 7.33 estaba a 18 metros de profundidad, a las 8.52 ya había descendido a 40 metros y a las 10.51 se registra el «evento acústico anómalo», que se produce con motivo del «colapso estructural del submarino ARA San Juan», cuando estaba a entre 550 y 750 metros de profundidad. Finalmente el submarino quedó hundido a 907 metros, en el Atlántico Sur, a 450 kilómetros de la costa de Comodoro Rivadavia.
¿Qué pasó para que se produjera ese colapso estructural en el submarino ARA San Juan?
«Los expertos señalan que pudo haber ocurrido una explosión al retirarse, en plano profundo, la tapa de ingreso al balcón de baterías, donde la excesiva producción de hidrógeno, por el principio de incendio, al liberarse, ocasionara una explosión que dejara sin capacidad de respuesta a la tripulación».
«Otra de las posibilidades es que al llegar a plano profundo, para verificar los daños, el principio de incendio no estuviere del todo controlado y el retiro de la tapa hubiere provocado la explosión, que inmediatamente dejara incapacitado al personal de comando de la nave, perdiendo plano irremediablemente hacia el fondo abisal».
«Recordemos que la entrada de agua salada es extremadamente peligrosa, dado que al ser sumamente conductiva, de tocar la barra de energía inmediatamente produce hidrógeno y gas sulfúrico. Este último de manera particular es altamente venenoso. Por eso la importancia de que la válvula Eco 19 se halle cerrada en navegación. Con el principio de incendio válidamente pudo haber dejado de funcionar el ventilador, lo que ocasionaría asimismo la acumulación del gas hidrógeno».
Es especialmente necesario tener en cuenta que, en cualquiera de ambos casos, sea la explosión o la contaminación de gas venenoso, se produce inmediatamente debajo del cuarto de comando y donde se encuentra más del 90% de la tripulación, que venía fatigada. Cualquiera de las posibilidades, ante una explosión que incapacite al personal, haría que el submarino precipite inmediatamente al fondo».
«Del análisis desarrollado, existiría alta probabilidad que cualquiera de ellas haya ocasionado el siniestro», concluye el capítulo del informe de la Comisión Bicameral sobre la Determinación de las Posibles Causas que Provocaron la Desaparición de la Nave.
El oficialismo rechaza acusaciones al ministro Aguad y apunta a la ex cúpula de la Armada
El oficialismo de la Bicameral que investigó el naufragio del submarino ARA San Juan, rechazó este jueves adjudicarle responsabilidad política al ministro de Defensa Oscar Aguad, por considerar que la normativa «es muy clara» respecto a que el control de los instrumentos de la Armada dependía de la cúpula de esa fuerza.
«Hay un decreto, número 1691 de 2016, que es de la época del kirchnerismo donde dice que el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas serán el organismo responsable del empleo de los medios militares en tiempos de paz», explicó a Télam el diputado radical Luis Petri, miembro de la Bicameral.
Petri agregó que, según esa resolución, es la cúpula de la Armada la que «ejerce el control funcional pero también el control operacional» por lo que «mal puede responsabilizarse al ministro de Defensa respecto de lo que tiene que ver con el control funcional y operacional que dependía del Estado Mayor Conjunto en este caso de (Marcelo) Srur».
Srur fue desplazado de la fuerza tras la desaparición del submarino, por disposición del ministro Aguad.
«Nosotros firmamos en disidencia porque no compartimos la visión que tiene el dictamen de la mayoría respecto de las responsabilidades políticas del ministro Aguad, un ministro que había asumido hacia dos meses, pero fundamentalmente porque la normativa es muy clara respecto de las responsabilidades operacionales que existen a la hora de la conducción de los instrumentos militares».
Petri añadió que, según los miembros de la comisión, que hoy difundieron su informe final, la responsabilidad mayor recae sobre la cadena de mando de la Armada y sobre el capitán del submarino que no debía haber sumergido a profundidad a la nave luego del incendio en uno de los tanques de batería.
«Creemos que ha habido graves problemas en la cadena de mando del Estado mayor conjunto desde el momento que el capitán del submarino advierte la presencia de fuego. La cadena de mando, quizás producto de la falta de protocolo, no tomó las decisiones que se debían haber tomado», subrayó.
Para el diputado de Cambiemos, «el submarino debía permanecer en inmersión, no debía haber ido a plano profundo» como finalmente ocurrió.
«La decisión que se tomó no fue la adecuada pero tampoco los mandos de la Armada advirtieron la inconveniencia que tenía efectuar una maniobra de este tipo con un incendio que no había sido aplacado», agregó.
ARA San Juan: piden abrir una causa por «abandono de persona» | Familiares de las víctimas acusan a la Armada y al Ministerio de Defensa
A un año y ocho meses del hundimiento del ARA San Juan, la causa judicial tiene más de 20 cuerpos, pero sigue sin imputados y con la inocua carátula de «averiguación de delito». Mientras una de las querellas recusó –por ahora sin éxito– a la jueza federal de Caleta Olivia, Marta Yáñez por mal desempeño en sus funciones, la otra pidió que la causa sea caratulada como «homicidio simple con dolo eventual, agravado por ser reiterado en 44 ocasiones», como consecuencia del fallecimiento de la totalidad de su tripulación. La imputación se basa en los datos que indican que las autoridades sabían de antemano que el buque no estaba en condiciones de navegar y cumplir la misión que le fue encomendada. Por otra parte, la misma querella solicitó que se abra una segunda investigación, en forma paralela, por el delito de «abandono de persona», para establecer las responsabilidades del Ministerio de Defensa y de la Armada por las deficiencias advertidas, a partir del 15 de noviembre de 2017, tras la declaración de la emergencia de la nave y en la posterior tarea de búsqueda del San Juan, que fue hallado exactamente un año después en el Atlántico, a más de 900 metros de profundidad.
La apertura de la causa por «abandono de persona» se fundamenta en «la búsqueda tardía y deficiente» del submarino desaparecido». Esto significaría la formación de «dos instrucciones distintas» con las citadas calificaciones. La querella encabezada por Valeria Carreras e integrada también por Lorena Arias y el Estudio Burlando, argumentó su pedido para que sea recaratulada como «homicidio simple por dolo eventual», cualquiera sea la hipótesis de las causas del naufragio: «implosión, falta de recarga de baterías, falta de apoyo de flota de superficie, falta de oxígeno» de emergencia. En suma, si fue una falla mecánica, el mal estado del material o las «acciones y omisiones concretas en la cadena de altos mandos».
En el escrito se recalcó que «todas las hipótesis llegan a un punto en común: el submarino ARA San Juan no debió zarpar a realizar la orden de operaciones» que lo condujo a altamar. En consecuencia, el hecho de «haberlo permitido», por obvia responsabilidad de los altos mandos, fue lo que «generó la tragedia».
Por otra parte, como resultado de los elementos reunidos en la instrucción, la querella señaló que surge «en forma indubitable que no se actuó en forma debida ante la desaparición» del submarino, dado que «no hubo la diligencia, el auxilio e inmediatez» que la situación exigía «para poner a salvo a su tripulación». Por esa razón se solicitó que se abra la investigación «por el delito de abandono de persona». Se señaló que desde la desaparición del navío «hubo conductas que encuadran en la tipificación prevista en el código penal por el abandono de persona, la falta de debido auxilio», desde el 15 de noviembre de 2017 en adelante.
Respecto del dolo eventual se afirmó que las deficiencias reconocidas por la Armada, previo a la partida del submarino, dan cuenta de que «hubo conocimiento previo del estado del submarino, de los alertas, los problemas de anteriores navegaciones, es decir que hubo representación del riesgo que implicaba volver a navegar y operar» en una travesía de más de 25 días. Aunque no se formulan acusaciones concretas, con nombre y apellido, se solicita que sean investigados todos los que tuvieron responsabilidad en la búsqueda, lo que supone desde la cúpula de la Armada hasta las máximas autoridades del Ministerio de Defensa que encabeza Oscar Aguad.
La otra querella, encabezada por Luis Tagliapietra, padre de uno de los tripulantes del ARA San Juan recusó a la jueza Yáñez y pidió su alejamiento de la causa, pero su reclamo fue rechazado por la Cámara de Apelaciones de Comodoro Rivadavia. Tagliapietra adelantó que insistirá en su reclamo ante el Consejo de la Magistratura.
Informe completo del hundimiento del submarino ARA San Juan presentado en el Congreso
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