Guatemala: comprando aviones en el país de los niños famélicos – Por Rafael Cuevas Molina

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Por Rafael Cuevas Molina *

El presidente de Guatemala viajó a Argentina en gira de Estado, visitó la Fábrica de Aviones Argentina y compró dos avioncitos de combate que cuestan la bicoca de 28 millones de dólares. La fábrica había logrado concretar su primera venta en 35 años de existencia y el presidente de Guatemala se sintió satisfecho porque, según dijo, así el país podría combatir más eficientemente al narcotráfico.

El presidente guatemalteco, quien ha aparecido recurrentemente ante la opinión pública con disfraces seudomilitares, se subió a uno de los aviones, hizo como que lo manipulaba y se sintió por unos minutos piloto, sueño pueril del señor cómico que llegó a la presidencia del país subido en la ola de indignación contra la corrupción que suscitó el descubrimiento de las andanzas de su predecesor en el cargo, el general Otto Pérez.

Casi simultáneamente, la UNICEF reveló cifras escalofriantes en relación con la desnutrición en el país: el 49% de los niños menores de 5 años sufre desnutrición y, en algunas regiones de la Guatemala rural, donde la mayor parte de la población es de origen maya, los índices de malnutrición infantil alcanzan el 80%. Una dieta basada casi exclusivamente en tortillas de maíz causa unos daños con efectos permanentes en los niños y niñas que, como se sabe, al no tener una alimentación adecuada en sus primero años de infancia, quedan con lesiones cerebrales que los dejarán discapacitados para toda la vida.

Como dice la UNICEF, Las causas estructurales y socioeconómicas de la pobreza en Guatemala son complejas y tienen sus raíces en problemas profundos como la escasez de fondos públicos para fines sociales, educación y salud, la discriminación que sufren las poblaciones indígenas o la dependencia económica del exterior.

En el país en el que el la mitad de su población sufrirá lesiones cerebrales que les dejarán en desventaja para toda la vida debido a la desnutrición en su primera infancia, no es de extrañar que un millón 241 mil 32 personas mayores de 15 años, más o menos un 13% de la población, no saben leer ni escribir, y que existe aproximadamente un 35% de analfabetos funcionales.

Esta gente en desventaja desde el inicio de su vida vive en la pobreza absoluta o extrema. Según la ONU, se trata nada más y nada menos que del 83% de la población. El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, dijo: “ Solo una pequeña minoría concentra el poder económico y político, pero la gran mayoría del pueblo, y particularmente las mujeres, los indígenas, afrodescendientes, migrantes y personas con discapacidad sufren no solamente de la pobreza, sino también de la discriminación, la impunidad, la corrupción y las violaciones de derechos humanos».

El gobierno del señor Jimmy Morales se ha caracterizado, también, por echar atrás los avances que se habían logrado en los últimos 20 años en materia de derechos humanos, desmantelando las instituciones y los procesos que habían llevado al desmantelamiento de redes mafiosas que prácticamente han transformado al Estado en un aparato criminal.

Es en estas circunstancias que el gobierno guatemalteco decide comprar dos aviones caza que cualquiera con dos dedos de frente sabe que no servirán en absoluto para frenar el flujo de drogas hacia el Norte.

La clase política guatemalteca alcanza los límites de lo ridículo y de la insensatez con este tipo de acciones. ¿Qué son: cínicos o idiotas? Intente responder quien nos lea.

* Académico, presidente de AUNA Costa Rica


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